El Gobierno impondría el bloqueo por la conversión de un grupo de radicales. El plan B de un sector de la UCR y la idea de Unión por la Patria, que analiza forzar una votación por el rechazo o la aceptación.
Buenos Aires.- La Casa Rosada activó los llamados a los gobernadores para que presionen a sus diputados y es el radicalismo el que hoy está en el foco de la disputa. En las últimas horas perdieron entre 8 y 10 votos, lo que deja a la oposición sin los dos tercios para poder insistir y al oficialismo con el logro de mantener el veto a la reforma jubilatoria.
La imagen de ayer a la mañana dejó en claro que el Gobierno logró doblegar a una parte de los diputados radicales. La foto que muestra al presidente Javier Milei en Casa Rosada junto a los diputados nacionales de la UCR Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Pablo Cervi, terminó de blindar la posición a favor del veto.
Lo llamativo de esto es que Milei logra asegurarse el veto con la ayuda del radicalismo a pesar de que el presidente del partido, Martín Lousteau, y el presidente de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad -ambos senadores y dos de las autoridades máximas de la UCR- le piden a los diputados de boina blanca que voten la insistencia.
“Nos están desplumando vía el radicalismo”, señaló un diputado opositor de otro bloque. “Es increíble, no se puede ser tan genuflexos, es su ley”, agregó sorprendido por el cambio que muestra el bloque que comanda Rodrigo De Loredo.
Ayer a la tarde hubo reuniones de todas las bancadas y se definirá el camino a seguir. En los sectores que impulsan la insistencia se trabaja en dos escenarios, descartando casi de plano la posibilidad de alcanzar los dos tercios.
“No llegamos, hay que ver hoy a las 11 de la mañana si los 10 radicales que se dieron vuelta bajan a votar en contra o alguno se ausenta. Ahí radica la diferencia. Hay algunos de los conversos que dicen que se ausentan, pero ya nadie les cree después de este sustancial cambio de actitud”, agregó la misma fuente.
Mientras en la calle se espera una fuerte movilización, mayor a la que se vivió la semana pasada y con la presencia de columnas sindicales y hasta del gobernador bonaerense Axel Kicillof, lo único garantizado hasta ahora es que habrá quórum y se alcanzarán los 129 diputados.
Sin el número necesario para poder avanzar contra el veto, la idea del plan B tiene dos variantes aunque una sola parece posible. La primera opción es la de avanzar en un veto parcial. Esta es la que se estudia en el radicalismo como una forma de “salvar la ropa” frente a sus colegas y a la opinión pública.
En este caso, la idea sería ir por una insistencia parcial que asegure el artículo que recompone el 8% perdido en el empalme de las leyes jubilatorias y la asistencia a las cajas provinciales, y se acompañe el veto en los artículos de mayor impacto fiscal: el pago de los juicios y un aumento anual que sea del 50% de la variación salarial, si es que los sueldos le ganan a la inflación.
El problema con el que se enfrenta esa idea es que el resto de los bloques de la oposición no lo acompañarían y, como también hace falta los dos tercios, no tendría el número. “Para eso, que se mantenga vivo el tema y que paguen el costo de político de no acompañar su propia ley”, señaló una fuente del bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto.
La otra variante que es la que parece tener mayor arraigo entre la Coalición Cívica y Encuentro Federal es la de, sin los dos tercios se asegure la insistencia, ir por el tratamiento en comisión emplazando a José Luis Espert, titular de Presupuesto y Hacienda, para que llame a su tratamiento. “Ganas tiempo y expones al resto, a Milei y a Macri”, explicaba un radical que quiere insistir pero que entiende que no están los votos.
El enojo entre los bloques que acompañaron inicialmente el proyecto radical crece exponencialmente. “No se entiende el cambio. No sabemos que les prometieron ni tampoco por qué lo aceptan si el Gobierno demostró que es un mal pagador”, argumentaron en relación a las promesas incumplidas por la Casa Rosada.
Hoy será el día en que posiblemente se defina el escenario para mañana en el recinto de la Cámara de Diputados. La mayoría de los bloques tiene programada reuniones durante el día de hoy para intentar definir una postura única, algo que parece difícil de conseguir.
El bloque que parece totalmente abroquelado es el de Unión por la Patria que está en una situación expectante y con una idea fija: con el quórum alcanzado, propondrían ir por el rechazo o la aceptación del veto del presidente Milei y obligar al resto de los bloques a tomar una posición definitoria. En especial al radicalismo, que al final del día quedará expuesto en su ruptura interna entre los sectores que acompañan al oficialismo y los que no.