Aldenio Ramírez, secretario general de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AFIP) de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, se refirió a la situación actual de AFIP, particularmente en la Patagonia y en la ciudad de Río Grande. Resaltó que en Tierra del Fuego la situación es preocupante, debido a que «en Río Grande tenemos 19 empleados y en Ushuaia alrededor de 25, donde junto con la Aduana somos aproximadamente 50 personas, quizás un poco más, por el tema de los pasos fronterizos».
Río Grande.- «Tenemos un gobierno, un Presidente que, para él, es un gran honor defender a los que roban y evaden, están cerrando el principal organismo de control y despidiendo a más de 3.000 compañeros, destruyen los organismos de control para facilitarle la tarea a los amigos del poder», sentenció Ramírez.
La situación es preocupante, con más de 3.000 personas afectadas.
«Exactamente, 3.155, según lo manifestado por el vocero presidencial», agregó.
Ramírez también señaló que el gobierno está estigmatizando a los empleados públicos. «Nos pone como la casta, como si fuéramos delincuentes solo por tener un buen ingreso. La AFIP es simplemente un agente recaudador. Los impuestos los fija el Estado, y nosotros solo controlamos que todo esté en orden. Nada más», afirmó.
El secretario subrayó que los ingresos de AFIP contribuyen al bienestar social. «Lo recaudado va en beneficio de la seguridad, los hospitales públicos, la educación, y mejora la calidad de vida de la población».
Medidas de Fuerza
En cuanto a las medidas de fuerza, detalló que «estamos con retención de servicio y apagón informático. Apagamos las máquinas y hacemos asambleas de 10 a 12, los días miércoles, jueves y viernes de esta semana».
Sobre el futuro, Ramírez indicó que aún no tienen definidas más acciones, pero están trabajando en conjunto con otros gremios como SUPARA, que representa a la aduana.
Respecto a la creación de un nuevo ente recaudador, Ramírez expresó: «Hay rumores sobre ARCA, pero creo que tiene más que ver con la destrucción de los organismos de control que con una nueva agencia».
Finalmente, Ramírez mencionó el impacto de la reducción de personal en AFIP: «Tenemos compañeros con 35 o 40 años de servicio que se están jubilando, y sin reemplazos, el trabajo se vuelve ineficiente. El Estado funciona cuando tiene las herramientas adecuadas, pero con despidos y falta de personal, es imposible».
Cuando se le preguntó sobre el tiempo que llevaría capacitar a nuevos empleados en caso de despidos, Ramírez señaló: «Formar a alguien en fiscalización puede tardar entre cinco y ocho años. Despedir personal ahora es un error que pagará el Estado».
En Tierra del Fuego, la situación es preocupante, debido a que «en Río Grande tenemos 19 empleados y en Ushuaia alrededor de 25, donde junto con la Aduana somos aproximadamente 50 personas, quizás un poco más, por el tema de los pasos fronterizos», concluyó Ramírez.