La Base Aeronaval Río Grande cumplió 75 años de rica historia

El Gobernador Gustavo Melella encabezó junto al Comandante de la Aviación Naval, contralmirante Carlos Falcone, y el Comandante del Área Naval Austral, contralmirante, José Garro, la ceremonia por un nuevo aniversario de la creación de la Base Aeronaval de Río Grande ‘Pioneros Aeronavales en el Polo Sur’, acompañando al Capitán de Fragata Alejandro Arroyo, Jefe de dicha base. Son 75 años reafirmando su papel crucial en el apoyo logístico y operativo de las Fuerzas Armadas en el extremo sur argentino.

Río Grade.- La Base Aeronaval de Río Grande ‘Pioneros Aeronavales en el Polo Sur’ celebró con un acto formal y un vino de honor sus 75 años, reafirmando su papel crucial en el apoyo logístico y operativo de las Fuerzas Armadas de Argentina.

La jornada fue compartida con integrantes de la unidad naval, representantes de las diferentes fuerzas armadas y de seguridad con asiento en la ciudad, Veteranos de Guerra, familiares y autoridades civiles.

El Gobernador estuvo acompañado además por la ministra de Obras y Servicios Públicos, Gabriela Castillo; el secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales, Andrés Dachary; el secretario de Representación Política, Federico Giménez.

Cabe destacar la presencia de la Presidente del Concejo Deliberante de Río Grande, Dra. Guadalupe Zamora; del Cónsul General de Chile en Río Grande y Tolhuin, Lic. Roberto Ruíz Piracés; autoridades municipales, de distintas fuerzas armadas y de seguridad, Veteranos de Guerra de Malvinas e invitados especiales.

Además de las palabras alusivas que destacaron el rol de la Base Aeronaval, este aniversario sirvió para presentar uno de los aviones P3C Orion recientemente adquiridos de la Armada Argentina.

 

Un piloto de combate al frente de la Jefatura de la Base Aeronaval Río Grande

 

El Capitán de Fragata Alejandro Adrián Arroyo, piloto de cazabombarderos Súper Etendard, desde febrero de este año está al frente de la Base Aeronaval Río Grande ‘Pioneros Aeronavales en el Polo Sur’.

Justamente en su asunción confió a la prensa que “yo deseaba hace mucho tiempo poder venir a ser Jefe de esta base, a estar acá en la zona. Es una localidad que he conocido gracias a despliegues que habíamos hecho con la Aviación Naval y realmente siempre decidí venir acá porque me invade la emoción estar en esta Base que tanto orgullo y tanto sentido de soberanía y pertenencia ha dado”, confió el aviador militar.

Recordó que en 1982, “de aquí partieron nuestros vuelos que fueron a defender nuestras islas Malvinas y toda aquella sensación que uno siente y que siempre fue adquiriendo a lo largo de nuestra carrera. Entonces para mí es realmente conmovedor y espero poder compartir con la ciudadanía, con sus vecinos y autoridades a los que desde ya estoy a disposición como siempre lo ha estado la Armada Argentina con Río Grande”.

En ese sentido aseguró que “las puertas de esta base siempre estarán abiertas, para que sigamos manteniendo ese sentido de pertenencia y patriotismo con la sociedad”.

Consultado si es la primera vez que se radicará en Río Grande, el Capitán Arroyo recordó que “no es la primera vez. He estado ya a lo largo de mi carrera, he sido comandante de alguna de las cuadrillas aeronaves, de la escuadrilla Súper Etendard. Después fui Comandante de Escuadra y en la isla, si bien es la primera vez que estoy como Jefe, he venido en reiteradas oportunidades volando con Aviación Naval”.

Finalmente destacó que la Base Aeronaval “también tiene mucho arraigo con la comunidad de Río Grande, con la tiene una hermandad muy fuerte. La expectativa es mantener este arraigo, poder brindar apoyo a la comunidad, mantener este espíritu de cercanía con la comunidad y poder brindar aquella ayuda, asistencia que podamos hacer a la comunidad y poder abrir las puertas; pero fundamentalmente cumplir con la función que la Constitución Nacional nos ha encomendado como integrantes de la Armada Argentina”.

 

Historia

 

La Base Aeronaval Río Grande fue creada el 26 de octubre de 1949 con el objeto de brindar apoyo a las unidades tanto de la Armada como de otras fuerzas armadas y de seguridad que operaren en la zona.

Como base aeronaval de apoyo, permite el sostenimiento logístico – operativo de aeronaves y sus tripulaciones que operan en la IGTF. Su ubicación y facilidades le permiten soportar la proyección Antártica.

Desde esta base militar partieron los pioneros aeronavales al Polo Sur y en 1982 fue una base muy activa en el conflicto con el Reino Unido en el Atlántico Sur. Son apenas dos de las innumerables menciones que se pueden hacer del papel fundamental que la Base Aeronaval Río Grande ha cumplido en el marco de los servicios prestados por la Armada Argentina a la Nación.

Bautizada en su origen “Hermes Quijada” en honor al jefe de la exploración argentina al Polo Sur, su nombre luego fue reemplazado por el de “Pioneros Aeronavales en el Polo Sur”. Es una base de despliegue que opera principalmente la aviación naval y, desde la Antártida hasta todo el litoral marítimo del Atlántico Sur al cuidado de los recursos naturales; también cuenta con una estación de meteorología, única que presta servicios en la Isla y brinda información al Servicio Meteorológico Nacional.

Muchos argentinos vinieron a hacer su servicio militar a través de la Armada y se quedaron en Río Grande, contribuyendo a la soberanía.

La Base, que antes del 26 de octubre de 1949 funcionaba como Estación Aeronaval y operaba con dos aviones Douglas, un DC-3 y un DC-4 hasta que el Comando de Transportes Aeronavales la reasignó como “Base Aeronaval Río Grande”, siendo su primer jefe, el teniente de Corbeta don David Flores Gómez.

Justamente y previo a esta nueva denominación y función, el 2 de abril de 1949 el CTA-2 aterrizó por primera vez en Río Grande, como parte de un vuelo exploratorio para luego incorporar estos aparatos a las filas de Transportes Aeronavales, cumpliendo el servicio denominado “Coy” hasta la ciudad de Ushuaia.

Con el crecimiento del tráfico aéreo, especialmente el comercial, se dotó a la Base de equipos de radioayuda.

Tres años después, el 7 de febrero de 1952, la Base Aeronaval Río Grade prestó apoyo fundamental para la realización del primer vuelo argentino con descenso en el continente blanco, partiendo desde esta base riograndense los tres hidroaviones Catalina PBY 5A al mando del entonces capitán de Fragata don Pedro Eusebio Iraolagoitía, quien aterrizó en la Isla Decepción para dejar inaugurado el primer servicio aeropostal naval y dejar así registrado el primer vuelo intercontinental.

El 19 de junio de 1959 la Base Aeronaval Río Grande quedaba establecida oficialmente como punto de apoyo a la aviación comercial, merced a un convenio con la Armada Argentina y las secretarías de Aeronáutica y de Transporte de la Nación.

En 1968 se construyó la pista de hormigón de más de dos kilómetros de extensión y la propia aeroestación que fue inaugurada con el primer aterrizaje de Aerolíneas Argentinas el 11 de julio de 1971, coincidiendo con el aniversario de la ciudad de Río Grande.   Durante esas épocas también se traslada desde Río Gallegos la Estación Meteorológica.

El año 1978 trae consigo nuevos equipamientos tecnológicos de última generación para la época, incluyendo un equipo de ILS (Instrument Landing System – Sistema Instrumental de Aterrizaje) lo mismo que instrumental moderno para las observaciones meteorológicas.

 

Tragedia del Neptune en la Antártida

 

En febrero de este año 2024 encontraron restos de un avión de la Armada que partió de la Base Aeronaval Río Grande y se estrelló en la Antártida hace 48 años. Viajaba a bordo Rodolfo Rivarola, Director de Canal 13 de Río Grande, quien iba a cubrir una nota.

La nave chocó contra un monte de la isla Livingston el 15 de septiembre de 1976. Una expedición búlgara encontró restos en la playa del archipiélago. El avión Neptune 2P-103 de la Armada Argentina pasó 48 años perdido en un glaciar de la isla Livingston, cercana a la Antártida.

Los restos fueron divisados por una expedición búlgara que pasaba por el lugar. La Armada Argentina estudió los restos y confirmó que se trata del vuelo de 1976 en el que murieron 10 tripulantes y un periodista fueguino que viajaba para realizar una nota. Se trataba de Rodolfo Rivarola, director del Canal 13, Río Grande Tierra del Fuego. El objetivo del Neptune era realizar un reconocimiento aéreo de la zona de glaciares para la Campaña Antártica que se iniciaría en el verano de ese año.

Como todos los años, el Neptune realizaba vuelos glaciológicos para verificar el estado de los hielos, el desplazamiento del límite de los mismos hacia el norte y relevar aerofotográficamente la zona, a fin de planificar las operaciones antárticas en base a los datos obtenidos.

El 15 de septiembre de 1976 arrancó el vuelo desde Tierra del Fuego rumbo a la Antártida. Los tripulantes eran: Carlos Migliardo (Teniente de Navío), Arnaldo Mario Mutto (Capitán de Corbeta); Miguel Angel Berraz (Teniente de Navío); Claudio María Cabut (Teniente de Corbeta); Nelson Dario Villagra (Suboficial Segundo); Remberto Eberto Brizuela (Suboficial Segundo); Juan Aurelio Noto (Suboficial Segundo); Carlos Omar Campastri (Cabo Principal); Jesús Oscar Arroyo (Cabo Principal) y Benjamín Pablo Scesa (Cabo Primero). También viajaba a bordo Rodolfo Rivarola, director del Canal 13, Río Grande Tierra del Fuego. La tripulación se dirigía hacia la Antártida Argentina.

 

Operación Soberanía

 

En 1978 y 1979 hubo una probabilidad de guerra entre Argentina y Chile a raíz del conflicto del Beagle. El Grupo Aeronaval Insular comandada por el capitán de navío Roberto Moya se desplegó en la Base Aeronaval Río Grande (BARD) y recibió la función de alistar aeronaves, aeródromos de campaña y medios de apoyo para ejecutar operaciones aeronavales en la isla Grande de Tierra del Fuego.

A raíz de todo ello, en 1978 se adquirió diverso material de apoyo terrestre; se asfaltó a las pistas de aterrizaje de varias estancias y así se las preparó para operar con aviones T-28, C-45 y PC-6; se construyeron refugios subterráneos para alojamiento de personal y habitación de centrales de operaciones, depósitos y pañoles.

En las postrimerías de 1978 el alistamiento había prácticamente finalizado y unidades aéreas de la Armada y del Ejército Argentino se desplegaron en la BARD; a principios de 1979 las unidades regresaron a sus asientos de paz y el Comando de la Aviación Naval (COAN) mantuvo la organización operativa para continuar con el adiestramiento y alistamiento del personal en lo sucesivo. Así fue que en 1979 y 1980 se incorporaron más equipos, se mejoraron los refugios y se intensificó el entrenamiento, alcanzando a ser rutinario, símil Grupo Aeronaval Embarcado. En 1980 y 1981 se construyeron más refugios y una nueva central de operaciones en forma de H.

 

Guerra de las Malvinas

 

De rol protagónico durante el conflicto bélico de 1982, la Base Aeronaval Río Grande “Pioneros Aeronavales en el Polo Sur” presta servicios invalorables en el extremo sur del planeta.

En 1982 se produjo la guerra de las Malvinas, entre Argentina y Reino Unido, por la soberanía de estas islas.5

La Escuadrilla Aeronaval de Exploración (EA2E) inició desde la BARD y otras bases aeronavales vuelos preliminares a la Operación Rosario —desembarco argentino en las islas Malvinas—. Por ello, la EA2E instaló un Centro de Operaciones Conjuntas (COC) para el control de sus vuelos en la Torre de Control Aeronaval.

 

El por qué de un nombre

 

El 17 de mayo -Día de la Armada Argentina- de 1983, la superioridad decidió imponerle el nombre de “Almirante Hermes Quijada” en honor al comandante de uno de los dos aviones que participaron del primer aterrizaje argentino en el Polo Sur. En noviembre de 2010 se decide ponerle “Pioneros Aeronavales en el Polo Sur”, en homenaje a toda la tripulación de doce hombres que realizaron esta proeza.

De este modo, la necesaria vinculación con el continente -ya consolidada por vía marítima- fue parte del desarrollo estratégico hacia el Sur y en la época donde la Gobernación Marítima de Tierra del Fuego daba visión al crecimiento, hombres de la Aviación Naval se transformaron en pioneros para consolidar las comunicaciones aéreas, por considerarlas fundamentales para el desarrollo de semejante extensión territorial.

Hoy la Base Aeronaval Río Grande “Pioneros Aeronavales en el Polo Sur”, sigue siendo un punto estratégico de despliegue y proyección de todo el Instrumento Militar en la Patagonia sur, en el Mar Argentino y su Plataforma Continental y en la Antártida Argentina, de hecho en la Provincia del Tierra del Fuego. Así, su presencia contribuye a la preservación de los recursos marinos, como así también la búsqueda y salvamento para salvaguardar la vida humana en el mar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.