La agenda quedó congelada mientras avanzan con las negociaciones puertas adentro. Todos los frentes siguen abiertos y los intereses en juego corren por fuera del proyecto
Buenos Aires.- El debate parlamentario por el Presupuesto 2025 quedó en un impass y el reloj corre: las sesiones ordinarias se terminan en un mes y, aunque la política acelere su tratamiento, no están los consensos para avanzar rápidamente hacia una votación. La oposición presentó su propia versión del Presupuesto, los pedidos para reasignar las partidas están trabados incluso entre aliados y el oficialismo, por ahora, no tiene intención de llamar a extraordinarias. Todos los frentes siguen abiertos pero el Gobierno no se muestra preocupado, puesto que ven con buenos ojos prorrogar el Presupuesto de 2023 otra vez si la oposición no cede al ajuste al modo del presidente Javier Milei.
“(Miguel Ángel) Pichetto está jugando para el Gobierno”, interpretaron irónicamente desde un despacho de Casa Rosada cuando el bloque que preside el diputado comenzó a difundir su propio dictamen. La versión de Encuentro Federal, a la que accedió BAE Negocios, propone, en esencia, redirigir el ajuste: mantener la regla de equilibrio fiscal pero aumentando las jubilaciones y las partidas universitarias mientras que le recortan a la Secretaría de Inteligencia (SIDE) -bajo el ala del asesor Santiago Caputo-, la Secretaría de Presidencia -a cargo de Karina Milei- y le reducen los beneficios impositivos a empresas y provincias que gozan de exenciones tributarias.
Las trabas en las negociaciones, según esta fuente gubernamental, le son funcionales al “plan A” de Milei -que no se apruebe- y el Gobierno no se deja acorralar: por el contrario, redobló la apuesta con la propuesta de colar por la ventana la reforma política como condición para aumentar el presupuesto universitario, a sabiendas de que la idea de eliminar las PASO y los fondos a los partidos políticos por sí sola no tendría futuro en el Congreso. La iniciativa le costó la construcción del “noviazgo” con el PRO y quedó con final abierto: el aumento para las Universidades todavía no está garantizado.
Agenda contrarreloj
Todo se desató la semana pasada, cuando no hubo reunión de comisión por Presupuesto ni mesa parlamentaria en Balcarce 50. La comisión que comanda José Luis Espert tampoco programó para esta semana, que se espera que sea de poca actividad legislativa por las elecciones en Estados Unidos -a las que Milei está muy atento-. Aunque el Gobierno se mantiene firme en su plan de aprobar el proyecto el 20 de noviembre en Diputados, en el Senado hay una regla de esperar una semana desde que se firma el dictamen para poder ir al recinto. Ni aunque consigan que pase como por un tubo conseguirían tenerlo listo este mes.
Según pudo saber este diario, el oficialismo no tiene planes de llamar a sesiones extraordinarias por ahora, aunque todo puede cambiar. Lo que sí consideran como una posibilidad es llamar a extraordinarias para continuar el tratamiento del Presupuesto en el Senado, pero la Cámara baja se mantendría en receso. Las negociaciones se estuvieron dando “en espejo” para que cuando llegue el momento no tengan que contradecir acuerdos y esperar otro mes como sucedió con la Ley Bases y el paquete fiscal a principio de año.
Los asesores del presidente de la comisión de Presupuesto en el Senado, Ezequiel Atauche, estuvieron presentes en las reuniones que se fueron dando en Diputados para mantenerlo al tanto del debate. A su vez, el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, ya comenzaron a pasear por la Cámara alta la semana pasada para conversar con los bloques dialoguistas. Las reuniones de los funcionarios se dan a dos puntas: por un lado con los referentes del PRO y, por el otro, la UCR y el nuevo bloque de gobernadores, Provincias Unidas.
Las deudas con las provincias
Los borradores sobre el Presupuesto se mantienen en privado y, si bien no hubo definiciones aún de qué aspectos cambiarían para llegar a un consenso, fuentes del oficialismo aseguran que en realidad la negociación se mantiene activa puertas adentro. El acuerdo con los mandatarios provinciales es la llave y los intereses que se ponen en juego corren por fuera del debate parlamentario.
Una fuente del oficialismo provincial alertó, en diálogo con este diario, que no les parece casualidad que el Gobierno anuncie ahora el Régimen de Reparación Federal para sanear las deudas entre las provincias y Nación. “Veo una maniobra encubierta también para dilatar aun más la negociación del presupuesto…”, consideraron. Uno de los pedidos principales de los gobernadores es que Milei salde el endeudamiento que la Nación mantiene desde la gestión anterior con las obras públicas que le traspasaron a las provincias: fue el tema principal de la reunión con los exJuntos por el Cambio en Casa Rosada.
La demanda de los gobernadores entorno a los giros suspendidos de Nación a las 13 cajas previsionales que adeudan las provincias no pareciera tener futuro. En ese sentido, el Ejecutivo se paró claro en no tener la intención de aumentar las jubilaciones más que lo que fijaron por DNU y aseguraron que se trata de un monto imposible de pagar en el corto plazo. “La deuda que tiene Nación por las cajas con Córdoba, Santa Fe, Provincia de Buenos Aires y Entre Ríos es gigantesca. Ahí les va a seguir dando saldo a favor a las provincias, a pesar del cruce de deuda. Hay que ver caso por caso…”, evaluaron las fuentes provinciales con respecto del régimen, que avecina un largo camino por recorrer.