El senador (mc) Ruggero Preto analizó el rumbo económico del país y aseguró que “si las cosas siguen así, del 2025 en adelante la economía no sólo va a crecer sino que se va a desarrollar”. Destacó que en once meses desde el gobierno nacional “han hecho mucho más de lo que todos esperábamos y que, en el marco de estabilidad que se perfila van a venir las inversiones, para lo que hay que ponerse a trabajar ya. Respecto de las tensiones entre el gobierno nacional y las provincias, dijo que “todos los gobernadores están acostumbrados a salvar sus gestiones con plata extra” y tendrán que adecuarse a los nuevos parámetros. “Gobernar bien es saber decir que no a tiempo”, subrayó. También opinó sobre el impuesto al turismo y lo calificó como “una aberración”.
Río Grande.- El senador (mc) Ruggero Preto analizó por Radio Provincia el panorama nacional a partir de la gestión Milei y sostuvo que “en los aspectos macroeconómicos el rumbo es el correcto. En lo personal me interesa el rumbo y adónde nos llevan, y en ese sentido vamos bastante bien, con los costos que corresponde pagar para un cambio de paradigma. Prometieron sangre, sudor y lágrimas, ganaron las elecciones y vamos con la sangre, el sudor y las lágrimas al estilo Milei. La realidad es que la economía está muchísimo mejor de lo que percibimos y el efecto cascada hacia delante de toda las medidas que se han tomado tiene como demostración la caída abrupta de la inflación. Salvo que ocurra algún imponderable, la economía va a ir escalando rápidamente hacia el bienestar y el progreso en los próximos años”, auguró.
“Los sueldos han mejorado pero tienen que llegar a un nivel en el que se pueda acotar más la pobreza y la marginalidad, porque le cuesta más al que menos tiene, pero si las cosas siguen así del 2025 en adelante la economía no sólo va a crecer sino que se va a desarrollar. Crecer es más fácil, pero después viene el desarrollo, que empieza con tener más empleo de calidad, competencia para que se generen puestos de trabajo bien remunerados para tener trabajo de calidad, el comerciante se tendrá que esmerar por comprar productos de calidad y a precios razonables porque tiene que competir, es decir que toda la cadena virtuosa de la economía se pone en marcha”, dijo.
Respecto del modelo anterior, advirtió que “el dedo del Estado nunca funcionó ni va a funcionar. La economía de mercado tampoco es perfecta, pero es la menos mala de todas las que se conocen hasta ahora. En Argentina nunca la hemos practicado integralmente, hubo atisbos de capitalismo pero nunca logramos practicarla en todos los terrenos”.
“Estamos saliendo de una situación terminal y lograr un nivel más razonable lleva tiempo. La riqueza no se crea de un día para el otro, se construye con esfuerzo, pagando costos en el medio. Hay factores como la inflación y la devaluación de la moneda que están cargados en los precios de la mayoría de los productos que la gente consume, porque había que cumplir una expectativa de reposición de stocks. Teníamos un 25% de devaluación en el mes y todo eso generaba una distorsión de precios y el industrial tenía que cubrirse con un porcentaje de recargo sobre el precio del producto. Todo eso en una economía estable se tiene que retrotraer. Tiene que haber una desindexación de los precios, que es quitarle el componente inflacionario y devaluatorio, para volver los precios a una nueva realidad, que es la estabilidad económica. No es fácil llegar a la estabilidad, porque los argentinos tenemos decenas de años de cultura en contrario, de vivir en devaluación constante y dirigismo estatista superlativo. De repente se libera y desregula el mercado, ponen reglas en la cual cada uno es dueño de su propio destino y hay que empezar a competir con calidad de productos, buenos servicios y precios razonables”, subrayó.
“Todos todavía tienen miedo de que algo haga tropezar las cosas y todo vuelva para atrás. Estamos en un momento de transición en el que tenemos que decidir todos los que vivimos de nuestro propio riesgo, si nos adecuamos, nos quedamos parados en el medio esperando que ocurra un milagro o no hacemos nada y vemos cómo la competencia se lleva nuestros negocios”, planteó.
“Hay que reconocer que el que está ahora lo está haciendo mejor, aunque no le guste la cara o la forma. Yo no soy defensor de Milei, miro la realidad y la realidad es que en once meses han hecho mucho más de lo que todos esperábamos, para bien o para mal según quién lo juzgue. Ni en sueños hubiéramos creído que en un año se iban a lograr los objetivos que se lograron en el terreno de la economía. En los últimos once meses tuvimos un 110% de inflación y una deflación del precio del dólar de casi el 30%. Esto abarata los costos, pero en el medio hay un stock que se pagó mucho más caro. Si esta economía va a durar en el tiempo, habrá que asumir la pérdida porque se va a reponer a precios más baratos en pesos”, aseguró.
Consultado sobre el impuesto a la riqueza, cuestionó que no se hayan visto resultados. “Yo pagué el impuesto a la riqueza y me costó el equivalente a seis camionetas cero kilómetro. Los impuestos se supone que son una imposición para un objetivo determinado, lo que me duele es que hasta el día de hoy nadie sabe realmente adónde fue a parar esa montaña de plata que se recaudó. Los efectos que dijeron que se iban a producir no se produjeron y eso molesta. Cuando uno paga por algo tangible, sabe que va a tener un retorno, pero cuando señalan con el dedo a los que tienen un cierto bienestar económico y no pasa nada después, eso enoja”, expresó.
Presupuesto provincial
Sobre la gestión del gobierno, aclaró que “hace varios años que dejé de seguir los presupuestos pero, como cualquier ciudadano común, uno ve todas las deficiencias que hay en los servicios públicos, los problemas de energía, los problemas con la educación, con la salud. El hospital no sé cuántos años lleva de construcción y creen que los ciudadanos somos estúpidos y porque vemos una cáscara por fuera ya está. Pusieron los vidrios pero, si miramos para adentro, está vacío. Ese tipo de cosas dan la pauta de que pasan los años y no se termina porque no hay plata. Si no hay plata no pueden decir que están mejorando la salud. No lo pueden hacer porque tienen uno de los presupuestos más elevados per cápita del país, pero gastado de manera deficiente”, criticó.
“La economía pinta que se va a estabilizar y a desarrollarse en el futuro, pero eso lleva años y hoy hay que empezar a contener el gasto público, a bajar el déficit fiscal, para que cuando haya mayores recursos por el desarrollo de la economía se puedan destinar los fondos a hacer obra pública, no solamente a pagar sueldos y cargas sociales, o gastos de funcionamiento. Hoy para hacer una obrita tienen que salir a pedir un ATN o algo por el estilo. Ese es el tironeo que hay hoy en la mesa del gobierno nacional con los gobernadores. Quieren plata para aprobar el presupuesto, porque todos están acostumbrados a salvar sus gestiones con plata extra. Nosotros pagamos las cuentas después por la emisión monetaria y la inflación que genera. En este tipo de cosas los argentinos somos todos expertos”, indicó.
“No es fácil poner médicos y especialistas en el hospital, porque no se puede competir con el sector privado dando incentivos, pero eso no quiere decir que no se puedan hacer acciones por lo menos para cubrir determinadas ramas de la medicina en la que es más fácil conseguir especialistas. Tenemos que agradecer a dios por tener la actividad privada que nos cubre de los problemas, porque si no, estaríamos como hace años cuando decíamos que el mejor médico era Aerolíneas Argentinas”, manifestó.
“Gobernar bien es saber decir que no a tiempo. Tenemos 200 mil habitantes que presionan por calidad de vida contra un gobierno que tiene cientos de funcionarios y no todos patean para el mismo lado. No todos tienen los mismos intereses ni la misma visión. Los gobiernos están acostumbrados a ser bastante livianos con el manejo del presupuesto, total después la inflación licúa todos los pasivos. Con un 300% de inflación tenían mayor recaudación y tiraban la pelota para adelante con los pagos. Eso ahora también se va a sincerar porque no va a volver a pasar. El gobierno tiene un problema para adelante, porque sus cuentas se van a exponer con mucha más crudeza, porque no va a tener baldes de plata que le va a tirar el gobierno nacional”, advirtió.
Crisis industrial
En cuanto a la crisis en la zona norte, señaló que “la economía lamentablemente es una ciencia donde prima la conveniencia. Si al industrial le conviene, va a seguir estando. Si no le conviene, va a cerrar la fábrica. Si el petróleo de Tierra del Fuego es de determinada calidad y tiene clientes que lo consumen, ahí hay una fuente de ingresos interesante. Hace más de medio siglo tuvimos la ley de promoción y en aquella época ya discutíamos si era más conveniente orientarla a un crecimiento más lento y ordenado, que eran los recursos naturales de la provincia; o generar un polo de desarrollo industrial electrónico o textil, y que a la primera de cambio pasara lo que pasó; porque cada vez que había un tropiezo, los industriales tiraban a los empleados en la Casa de Gobierno”.
“En una oportunidad siendo parte del gobierno le dije a los industriales que Tierra del Fuego no tenía industriales sino industrias, porque los dueños no vivían con nosotros ni había interacción. Lo que había era gerentes a los que llamaban de Estados Unidos y les decían que echara 150 ó 200 personas. Después de 52 años tenemos lo que tenemos y hay que hacer lo posible para sostenerlo”, dijo.
“Lo único que le queda al comerciante fueguino es hacer lo que corresponde en época de estabilidad económica, si cree que para adelante la estabilidad va a durar. En lugar de acumular stock para proteger su capital, tiene que hacer circular con velocidad el producto y pelear con el proveedor para conseguir buenos precios y productos de calidad, y desindexar los valores de venta al público para atraer a los clientes al negocio. Si no, otros lo van a hacer antes y les van a ganar de mano”, pronosticó.
Impuesto al turismo
También opinó sobre el debate que se está dando en Ushuaia por la creación del ENUTUR y el impuesto al turismo. “Me parece una aberración. Cuando se quiere gravar algo, así sea a nivel municipal, deberían aprender que los actores directos son la gente que invierte en la actividad. El municipio sólo pasa el platito. Una cosa es cobrar una tasa de permanencia por el uso de los servicios que ya están en la comunidad, como podrían ser baños públicos como tienen otras ciudades, donde se paga por el uso. Pero acá no están y los turistas tienen que entrar a una confitería. Para cobrar una tasa de permanencia primero tienen que poner los servicios en orden y prestarlos para poder cobrar. Después se tienen que fijar qué quieren cobrar, porque la tasa estaría en 20 dólares. Nosotros tenemos una franja de turismo que es el mochilero, la persona de bajos recursos, que viene a dedo o como puede, y va a un hostel o a un lugar de alojamiento donde le cobran 20 ó 25 dólares. En paralelo ese turista tendría que pagar una tasa igual que el alojamiento diario, es una locura”, calificó.
“Además nosotros estamos pagando Ingresos Brutos, tasas y servicios municipales, y es un montón de plata lo que pagamos. Cuando hicimos el Cerro Castor en nuestro gobierno, se planteó un centro invernal para que el invierno, que era baja temporada, se transformara en alta temporada. Hoy Tierra del Fuego está de alta temporada casi todo el año y hemos recuperado cincuenta mil veces las inversiones que se hicieron en el Cerro Castor por parte del Estado. Además la familia Begué no para de invertir, cuando otros hacen exactamente lo contrario en el resto del país. Si hay un ejemplo de lo que hay que hacer, es Begué y su forma de gerenciar”, destacó.
Las termas
Consultado sobre el futuro de las termas, observó que “habría que ver por qué las termas se concesionaron como se concesionaron en su momento y por qué no se exigieron las obras que había que hacer. Hacer una pileta al aire libre no es tener un centro termal y no sé cómo seguirá la película ahora. Sería muy positivo para Tolhuin y toda la provincia el desarrollo de las termas, pero las cosas que se hacen mal de entrada terminan peor”.
Futuro de la provincia
Preto se mostró optimista sobre el futuro de Tierra del Fuego. “Yo soy optimista por naturaleza y quiero mirar el vaso medio lleno. Tierra del Fuego tiene un potencial enorme, faltan medios de transporte y comunicación suficiente para mejorar la oferta. Si hay una política de cielos abiertos tenemos que tratar de que vengan más compañías a Tierra del Fuego para que traigan más turistas, que vienen a consumir y generan desarrollo. Para eso hay que planificar. Si es cierto que el 2025 es el año bisagra donde la estabilidad de la economía va a generar confianza, previsibilidad y eso va a traer inversiones, hay que empezar a trabajar desde ahora, porque el que llega primero, llega dos veces”, subrayó.