Organizado por la asociación Amigos del Reino Animal Fueguino –ARAF- se realizó en Ushuaia y Río Grande la capacitación sobre control poblacional de perros y gastos y su vínculo con la salud pública. Importantes especialistas en el tema disertaron y coincidieron en que la solución a la problemática es responsabilidad del Estado y que las matanzas de perros asilvestrados solo incrementa la población de estos animales.
Río Grande.- Se realizó en Ushuaia y Río Grande una importante capacitación sobre control poblacional de perros y gatos y su vínculo con la salud pública y ambiental impulsada por la ARAF (Amigos del Reino Animal Fueguino) y con la participación del colectivo ONGs en Red (que integran también legisladores de distintos estamentos, médicos, especialistas, veterinarios y voluntarios de diversas disciplinas), el Instituto de Derecho Animal de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional.
“Debemos parar y comenzar de nuevo con herramientas eficaces que ya existen”
La referente de ARAF, Rosana Vélez, quien ya ha participado en seminarios nacionales con todas las provincias, impulsó estas jornadas con el objeto de que los fueguinos conozcan otras herramientas que han sido eficaces y han solucionado la problemática de la superpoblación animal.
“Lo que se sacó en claro es que en las tres ciudades de Tierra del Fuego lo que está haciendo falta son esterilizaciones con políticas de campañas masivas y en serie. No llegamos ni por casualidad en las tres ciudades a los números óptimos y esto es muy evidente, al margen de los informes oficiales”, consideró Rosana Vélez.
La referente de ARAF entendió que tras este seminario “se debe hacer un parate en las tres ciudades y encarar la cuestión de la población animal desde otra perspectiva que sea eficaz y estas alternativas existen y son las que han expuesto los profesionales disertantes”.
La doctora Adriana Gaite, médica fueguina, dijo que “las medias adoptadas hasta ahora han estado puestas en otro foco y era tender a creer que la tenencia responsable de los particulares iba a traer la solución a esto y esto es responsabilidad únicamente del Estado, por el momento, hasta resolver el tema de la superpoblación de perros y gatos”.
La médica consideró que “si bien en Tolhuin ya dimos charlas y convenciones, pero no tan integrativo como en esta oportunidad y por ello estamos muy contentos”.
Recordó que justamente Tolhuin “tuvo su primera ordenanza no eutanásica en el 2004 y en el 2005 tuvimos la primera ley provincial donde trabajamos mucho para terminar con la matanza de los perros y de los gatos y poner a la esterilización como eje del programa”.
“La presencia del municipio en la problemática canina es una Política de Estado”
El subsecretario de Gestión Ciudadana del Municipio de Río Grande, Daniel Facio, destacó que “se trata de adquirir experiencias, corregir rumbos en cuanto a medidas que ya se han tomado en otros lugares y que han resultado efectivas”.
En tal sentido observó que “no hay mas que replicarlas a partir de que se trata de la misma problemática con distintos abordajes. Sumar herramientas es lo que nos va a permitir diversificar dicho abordaje; nosotros entendemos desde la gestión la presencia permanente del municipio como Política de Estado”.
Fundamentó que “nosotros evidenciamos esta presencia del Estado con tres quirófanos disponibles, el acceso a la castración es totalmente gratuito, tenemos unas cuarenta personas trabajando en Zoonisis, hay una toma de conciencia y hay una apuesta fuerte del Municipio en cuanto a lo presupuestario”.
También Facio reparó que “las medidas que tomamos tendrán un efecto en el tiempo y no debemos dejar de reconocer que la suma de conocimientos y experiencias por parte de distintos actores, en este caso, las ONGs, nos permiten tener a mano un abanico de posibilidades”.
Recordó además que el intendente Gustavo Melella ha jerarquizado la Dirección de Zoonosis dotándola de un área de Tenencia Responsable “que permanentemente trabaja junto a los vecinos en políticas de educación, prevención y cuidado de mascotas ya que entendemos que la problemática tiene varias aristas y que hay que abordarlas desde las distintas perspectivas”.
“Afortunadamente nos hemos encontrado con mucha apertura en el Municipio”
Por su parte Jorgelina Russo, presidente del colectivo ONGs en Red, explicó que “nacimos con un grupo de Organizaciones No Gubernamentales, pero ahora se han sumado legisladores y municipios de distintos puntos del país. Afortunadamente nos hemos encontrado con esta postura de tanta apertura y de tanto diálogo en el Municipio de Río Grande por lo que estamos muy contentos de estar en esta ciudad y la verdad no siempre es así”.
Agregó: “vimos mucha humildad en esta postura que es la misma que sostenemos nosotros teníamos los mismos problemas en muchas ciudades del norte del país y lo pudimos resolver a partir de que las mismas localidades nos ayudaran a pensar cómo corregir estos rumbos. Por suerte ya hay muchos lugares donde estas líneas de acción se aplican con óptimos resultados, como localidades de Buenos Aires, Santa Fe incluida Rosario y un poco la idea es pasar la posta. Los que ya tenemos el problema resuelto, vamos a visitar a otras localidades para que puedan conocer la experiencia ya que es una red solidaria de trabajo –somos todos voluntarios ya que trabajamos de otra cosa- a excepción de representantes legislativos –tanto diputados como concejales- que tienen su propio trabajo dentro de esta red”.
Asimismo confió Jorgelina Russo, que “nosotros capitalizamos los aportes que nos llevamos desde cada lugar y creemos que la salida es compartir las experiencias y replicarlas”.
“Venimos a traer experiencias exitosas y fácilmente aplicables”
El etólogo Maximiliano Aráoz, director de la Escuela y Centro de Gestión del Comportamiento Gulliver Docting, explicó que esta capacitación es abarcativa y multidisciplinaria. “Se entiende que cuando los animales están bien y empieza a haber un descenso poblacional, mejora la salud y la convivencia de toda la comunidad, con lo cual hay que tratar de meterse en campaña para lograr los objetivos”, dijo.
En ese punto informó que “venimos a traer un modelo que ya ha funcionado en otras provincias y también venimos a traer una propuesta en relación a los problemas que están teniendo en las zonas rurales con los perros asilvestrados y no hablamos de perros en situación de calle, sino de la tercera o cuarta generación de perros que están criándose en estado salvaje y representa una problemática para la pérdida del ganado”.
Aráoz aseguró que “nuestra propuesta es ética, responsable y obviamente empática con el mundo animal. Nosotros sabemos por experiencia que la matanza no es la solución; tenemos estadísticas de que por cada seis perros que se van a matar –por cualquier motivo de mordedura- nacen diez”, reflejó.
“La caza deliberada del perro asilvestrado es una variante no ética y que no funcionó en ningún país del mundo. Incluso acá cerca, en Chile, no ha funcionado y siguen teniendo una población altísima de caninos”, aseguró.
El entrevistado expuso “vamos a demostrar que con un conteo matemático, real y con una política de Estado seria, se pueden controlar la sobrepoblación de perros, incluso traemos experiencias de rehabilitación de perros para que se entienda también que un animal no es malo, sino que es un resultante de la sociedad y si es un resultante de la sociedad, el Estado tiene que estar a cargo de esto, tratando de brindar las herramientas”.
Agregó que “talvez no se tengan las herramientas para el manejo de estos animales y por eso venimos a compartir nuestra experiencia”.
Este centro posee 3 hectáreas en Cañuelas, además de sendas sedes, una en Avellaneda y la otra en Lomas del Mirador, en la Provincia de Buenos Aires.
Justamente, “en Buenos Aires tenemos un predio con ochenta animales en situación de rehabilitación de conducta, algunos son derivados de fiscalías, judicializados, de zoonosis y también de particulares que no han sabido conllevar al perro propio y no saben qué hacer porque representa un riesgo. Nosotros los rehabilitamos, los resocializamos y los reinsertamos en hogares”, contó Aráoz.
“El gatillo no va a eliminar una enfermedad zoonótica”
El especialista fue consultado sobre el rifle sanitario en caso de riesgo de la salud pública. “Cuando hay una política sanitaria, hay que establecer el patrón, la raíz del incendio como se dice, y si el animal está terminal, será el médico veterinario el que tomará la decisión de darle una muerte digna al animal. El gatillo no va a eliminar una enfermedad zoonótica que además es residual en el ambiente, sería inviable”.
Destacó que “Tierra del Fuego tiene una ley no eutanásica, pero estuvimos viendo una legislación nueva sobre perros asilvestrados que toma al can como una especie exótica y quizá permitiendo de esta manera pensar en un rifle sanitario que para nosotros es inviable. Pero se antepondría con la ley original que es no eutanásica, lo cual es una discusión constante”.
Explicó Aráoz que “cuando nosotros hablamos de rifle sanitaria, se da por hecho que se ataca a la población visible, pero hay que tener en cuenta que las perras tienen dos celos al año y hay casos de hasta tres si las condiciones ambientales cuando el alimento sobra, como es el caso de esta región, por lo tanto la supervivencia de la cría es altísima”.
“Es decir, se genera mayor cantidad de crías y además sobreviven por haber exceso de recursos alimenticios. Además, cuando las hembras están en época de crías, están en madrigueras, no salen en grupo a cazar y pasan tres meses en esta situación. Desde la preñez hasta que nacen los cachorros, dos meses y luego un mes para cuidarlos, por lo que se infiere que si son dos celos al año durante seis meses no se va a visibilizar ni a las hembras ni a las crías y si se aplica el rifle sanitario, van a matar a seis, pero quedan diez”.
Para concluir dijo que “no estamos hablando de números fríos, sino de animales y tenemos que tener empatía con esta situación y no es buena para la sociedad esa política de matanzas”.
El control de la población animal es una responsabilidad del Estado
La doctora Graciela Fayt, directora del Instituto de Derecho Animal de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional –que es la rama argentina de una organización internacional de Justicia Constitucional-, organización formada por abogados, muchos de ellos profesores universitarios, magistrados judiciales, tanto jueces como fiscales, y ministros de cortes de justicia provinciales, participó en Ushuaia y Río Grande de esta capacitación.
“El tema de la sobrepoblación de animales más cercanos a nosotros, que son perros y gatos, es un tema social y de salud pública que se ha modificado en muchísimos lugares del país, en muchas poblaciones, con lo cual, lo que hacemos, es traer las experiencias de las poblaciones que han solucionado el tema”, introdujo la doctora Fayt.
En ese sentido observó que “no hay que pagar derecho de piso, sino simplemente copiar lo que funciona y a veces pareciera que hay que hacer grandes cambios y sin embargo, no es así”, sostuvo.
Confió que “fue algo que fui aprendiendo: si nosotros no tenemos un buen diagnóstico, no vamos a tener nunca la solución. Si tenemos dos actores, por un lado el Estado y por otro la comunidad y un problema que solo lo puede solucionar el Estado; pero que se lo carga a la sociedad, ese problema nunca va a tener solución. Si hacemos ordenanzas de tenencia responsable, la tenencia responsable pone toda la tinta sobre la gente y el Estado queda afuera de toda responsabilidad”, entendió.
En este punto observó que “la sociedad, que es víctima de la falta de políticas, termina siendo la culpable, perseguida como por ejemplo con el impuesto al perro, el chipeado, las multas y todo eso no trae ninguna solución, trae más problemas”.
Fundamentó la doctora Fayt que “en comunidades en donde trataron de poner registros de dueños, chipeados, persecuciones, multas y otras medidas, tuvieron que dar marcha atrás porque fracasaron”, dijo e insistió en que “si lo tiene que solucionar A, no le puede poner la obligación a B porque nunca lo va a solucionar”.
En contraposición consideró que la solución a esta sobrepoblación animal, “se logra con castraciones masivas, que es la responsabilidad del Estado y todo lo explica el programa que expusimos en Tierra del Fuego” y además dijo que “estas castraciones masivas deben ser sostenidas y se deben realizar cerca de donde vive la gente porque la gente no se va a trasladar con los animales ya que no tienen cómo hacerlo, no tienen transporte público que los lleve, no hay taxis que los lleve y por lo tanto el que no tiene vehículo no tiene como llevar a sus animales a castrar aunque lo quiera hacer”.
“La facilitación del servicio es la clave y el servicio tiene que estar a disposición de la gente y no la gente a disposición del servicio. Si una persona tiene diez animales porque es compasiva y quiere que no estén en la calle, el servicio tiene que ir a su casa y castrarle los diez animales. No puede pretender el Municipio que esa persona tenga que llevar diez animales. Además, si esos animales no están castrados, se perjudican todos”, agregó la doctora Graciela Fayt, quien es hija del extinto Ministro de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt.
También observó que “tendemos a caer en el error conceptual de que el servicio público es para pobres y en realidad el servicio público, es público y debe ser gratuito porque esto es un tema de salud pública y además, en la Argentina, la salud pública, es gratuita y por ende, el servicio debe ser gratuito porque ya la gente paga sus impuesto y entonces, hay que administrar bien y darle la importancia que tiene; no gastar en falsas soluciones y no perseguir a la gente porque eso no soluciona el tema”, recomendó.
Reiteró que la clave está en la castración masiva, “pero hay que duplicar la cantidad de intervenciones en cada lugar en general, lo que vemos son esos puntos”.
La legislación vigente
Por otra parte se le consultó sobre la legislación que regula la población animal y comentó que “lo que hay son leyes provinciales. Hay varias provincias que tienen leyes de control ético de población, no eutanásicas y a través de castraciones”.
Graficó que “si imaginamos una pirámide de una sola perra reproduciéndose libremente, en siete años produce una población promedio de 5.400 descendientes. Nunca un problema se soluciona por la base y en la Argentina se ha estado matando, creyendo que así había una solución. Pueden matar cien, dos mil o diez mil perros, pero nacen cincuenta mil, ya que esa es la proporción y es así que siempre gana la reproducción”.
Para la entrevistada, “es evidente que se han hecho mal las cosas y el problema del error originado en políticas de este tipo hay que cambiarlas y dejar de culpabilizar a la gente, darle un servicio permanente que llegue al hogar, dar clínica médica básica, que eso no le quita trabajo a los privados, sino que ayuda a que la población se estabilice y que la gente valore más al animal y cuando lo valora, se ocupa de que esté bien”.
Finalmente, la doctora Graciela Fayt consideró que “es un tema social, hay que cambiar conductas, pero el que cambia conductas, es el Estado y esto se soluciona a nivel municipal con el apoyo de leyes provinciales y algún día tendremos una ley nacional, pero en realidad, son temas que los municipios deben resolver y tienen que hacer una muy buena administración de sus recursos porque no es un tema caro. Lo que es caro, es inventar registros, incrementar personal, burocracia, registrar a la gente, anotar, perseguir a la gente. Eso no sirve, si sirviera, tendrían otros resultados”.