El secretario Javier Eposto explicó que fue en el marco de “un pacto” que habría realizado con el intendente Gustavo Melella en una reunión reservada, en la cual le pidió que dejara de traer personas con antecedentes penales a la provincia porque generaban inseguridad, a cambio de “contener” a Hugo Moya, su ex chofer y testigo en la causa contra el intendente. Según Eposto había amenazas e intimidaciones de Moya hacia Melella y la forma de “contenerlo” fue, entre otras, dándole una vivienda de servicios del gobierno a su hija. Para el abogado de Melella queda demostrado que Moya declaró contra el intendente por haber recibido “favores” del gobierno, y además consideró que la justicia debe actuar de oficio e investigar la conducta del secretario Eposto.
Río Grande.- Un nuevo escándalo se desató ayer, a partir de la decisión del secretario de Seguridad Javier Eposto de salir a los medios a relatar detalles de una reunión que habría mantenido con el intendente Gustavo Melella a mediados del año pasado, de la cual surgió “un pacto” –según sus dichos- en virtud del cual el intendente dejaría de traer a la provincia personas con antecedentes penales, a cambio de que el funcionario provincial lograr “contener” a Hugo Moya, el ex policía chofer del intendente por entonces, quien estaría amenazándolo o intimidándolo. En lugar de radicar la denuncia correspondiente, Eposto reconoció que le dio una casa de servicios a su hija, entre otras gestiones enmarcadas en esa “contención”.
Hugo Moya es uno de los testigos clave en la causa contra el intendente de Río Grande, dado que declaró haber sido su custodio y testigo de los encuentros que mantenía con distintas personas a quienes les daba trabajo a cambio de favores sexuales. Para el abogado del intendente Melella, Dr. Francisco Ibarra, estas declaraciones del secretario Eposto invalidan el testimonio de Moya, dejando en claro que actuó condicionado por beneficios personales que había recibido, para sí o sus familiares.
El acta de la discordia
Cuando parecía que la causa contra Melella estaba dormida y había cesado el ruido mediático a nivel nacional hace tiempo, apareció un nuevo desencadenante de otro escándalo, que fue la presentación realizada por el Dr. Francisco Ibarra de la copia de un acta labrada por personal policial, donde Hugo Moya asegura que el secretario Javier Eposto le dio una casa del gobierno a su hija.
El acta se labró a raíz de una intervención policial que tuvo lugar en Chacra XIII a fines de septiembre pasado, cuando todavía no existía ninguna denuncia contra el intendente. La hija de Hugo Moya intentaba ingresar a un departamento del gobierno, del cual era responsable el jefe de gabinete Leonardo Gorbacz y, al ser indagada llamó a su padre, que apareció con las llaves y expuso que “su amigo Javier Eposto” había autorizado que la joven residiera allí.
Una copia de esa acta llegó a manos del Dr. Francisco Ibarra, que decidió adjuntarla como prueba de que Hugo Moya brindó testimonio condicionado por estos favores que había recibido del gobierno. La presentación fue realizada este martes ante el juez Raúl Sahade, y el Dr. Ibarra solicitó que se requiera el original del documento, que había quedado archivado y en el olvido.
El acta le dio verosimilitud a lo que había declarado Moya ante el juez, respecto de que los ministros de Obras Públicas y Gobierno “le habían prometido una casa para su hija”, si atestiguaba contra Melella, además de trabajo para él y su familia.
Una defensa complicada
Ayer el secretario Eposto decidió salir en varios medios de la provincia a aclarar el contenido del acta, que lo vinculaba con el testigo Moya y, lejos de negar los hechos, reconoció que le dio una casa a su hija a modo de favor, en el marco de “un pacto” con el intendente, que en una reunión privada le habría pedido que “contuviera” a su ex chofer, porque “lo estaba intimidando”. A cambio –según Eposto-, Melella dejaría de traer a la provincia personas con antecedentes penales, que “le hacían cachivaches” en materia de seguridad.
Para Eposto ese pacto se rompió cuando el Dr. Ibarra presenta la documentación a la justicia, por lo que reclamó “un careo” con el intendente ante el juez, a fin de aclarar lo que se conversó en aquella reunión.
Por FM Aire Libre, el Secretario de Seguridad de la provincia dijo que “es cierto que yo conozco a Hugo Moya, que es un policía retirado y fue chofer y custodio personal del intendente”. Expuso que hubo una reunión con Melella el año pasado, a raíz de que por el mes de julio habían detectado “tres personas en el albergue municipal de deportes que eran delincuentes. Había un chico de 19 años que tenía pedido de captura y había otros dos integrantes con antecedentes complicadísimos de robo y de tráfico de estupefacientes. Esta gente había dicho que venía a trabajar para la campaña de Gustavo Melella. Yo entendí que había que cuidar la imagen y la figura del intendente y me acerqué a hablar con él, porque me preocupaba que trajera gente con problemas de delincuencia a Río Grande, que hacen cachivache (sic), generándome mayor inseguridad. Le pedí si me podía recibir y el 12 de julio de 2018 lo fui a ver al despacho. Le planteé que no me parecía lo correcto y que no creía que tenía que traer delincuentes a la provincia. Al principio me lo negó, le di los nombres y le dije que en los allanamientos se los encontró en el albergue. Entonces me dijo que el “Piojo” (Fabián) Daldi traía gente del norte para hacer trabajos de obra pública. Daldi tiene vínculos con el intendente y le planteé que traer gente para hacer trabajos de pintura, de cordones o lo que sea me parecía irrisorio. Se comprometió en ayudarme en materia de seguridad y trabajar juntos. Le comenté la necesidad de luchar contra el narcotráfico y empezamos a entendernos. En ese momento me preguntó si lo conocía a (Hugo) Moya y le dije que sí, porque es ex policía, he dado cursos a muchos policías y sabía que fue chofer de él. Me comentó que tenía unas internas muy grandes con Moya, que lo estaba intimidando o amenazando, y lo pensaba despedir. Le planteé hacer la denuncia, pero dijo que Moya se había portado muy bien con él en su momento, y que en una disputa había recibido una puñalada en un brazo defendiéndolo a él de una pareja que le quiso pegar. Me dijo si podía contener a Moya, quedé en hablar con él y ahí terminó la reunión, con el compromiso de que él no me iba a traer más gente del norte con antecedentes para mantener la seguridad. Él reconoció que trajo estas personas con antecedentes”, remarcó el funcionario.
“Creo que mi error fue confiar, creer en el intendente, y tal vez tengo que pedir disculpas a la sociedad porque no fui claro desde el primer momento, pero yo no soy un hombre de la política. Tengo más código de cancha que de política, pero yo entendí que lo ideal era hablar con el intendente y pedirle que parara con esto”, señaló.
Terminada la reunión, el “pacto” fue “no traer más gente con antecedentes”. “Arreglamos todo eso y yo me encargaba de contener a Moya. Yo actué de buena fe y ahora espero un careo con el intendente frente a la justicia para decir lo que pasó en esa reunión. Yo no tengo nada que esconder. Lo conozco a Hugo Moya y me hago cargo, pero que el señor intendente se haga cargo también. Hicimos un pacto y ahora sale y me prende fuego”, manifestó, en virtud de la presentación del abogado defensor de Melella.
También reconoció ser responsable de darle una casa a la hija de Hugo Moya. “La hija de Moya tenía un problema importante que no voy a dar a luz y está viviendo en una casa de servicios (del gobierno). Yo quiero un careo con el intendente en la justicia, con los medios públicos en vivo, porque hay mucho más que hablar de esa reunión y me lo reservo para la justicia. Yo no tengo ningún problema en hacer un careo con el intendente en la justicia”, dijo.
“Me duele mucho lo que hizo el intendente conmigo. No se quieren hacer cargo de lo que hicieron, no hablan de los audios, de los cheques que recibía la contadora. Ante la justicia nos sacamos los trapitos al sol y que el intendente entregue su celular de esa época. Yo le presté la casa a la hija de Moya porque me lo pidió Gustavo (Melella), y eso está en los celulares. Que el intendente entregue su celular, yo entrego el mío y se puede levantar toda la información. Luego juzgará el juez”, sostuvo.
Para Eposto “Melella no le ha contado a su abogado de esta reunión. Ahora la culpa de todo la tiene Moya y nadie se hace cargo de nada. Que ellos se empiecen a hacer cargo de sus errores, porque yo me hago cargo de que le di la casa de servicios a la hija hasta que la necesite y solucione el problema que tiene”, concluyó el secretario.