La Municipalidad de Ushuaia recibió a una comitiva que recorre el mundo a bordo del Peace Boat, llevando el mensaje del desarme nuclear y la construcción de la Paz. En el crucero, acondicionado para la realización de conferencias, talleres, estudio y divulgación, viajan sobrevivientes de los crímenes de guerra que se dieron en 1945, sobre las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki.
Río Grande.- El jefe de Gabinete municipal, Oscar Souto encabezó el recibimiento y agradeció la presencia de los visitantes en nombre del intendente Walter Vuoto.
Por casi dos horas, Junko Watanabe, quien tenía dos años en 1945; Kei Moriyama, 3era generación de sobrevivientes y Adrián Godinez, representante e intérprete, dieron su testimonio sobre lo que ocurrió en Japón el día de la bomba sobre Hiroshima un 6 de agosto y tres días después una segunda bomba sobre Nagasaki. Cientos de miles de personas murieron al instante en ambos bombardeos, cientos de miles quedaron con secuelas, los efectos de la radiación continuaron por más de una generación y, en algunos casos, mantienen la incertidumbre sobre las consecuencias a futuro. Padecieron además de una gran discriminación en todo el mundo.
La historia de Junko Watanabe fue contada por la propia protagonista, quien explicó que sus recuerdos son una reconstrucción en base a testimonios de su familia y de los cientos de sobrevivientes que aún están en Japón o viviendo en otros países del mundo, como ella misma, quien reside en Brasil desde 1967. Recién en 1980 se enteró por sus padres que había estado sometida a la lluvia negra, expuesta a radiación. “Hemos conformado esta ONG hace 35 años, con origen en Japón, para lograr que podamos hablar de lo que se quiere borrar de la historia, de lo que no se cuenta, de los crímenes de guerra”, dijo.
“Somos promotores de Naciones Unidas, justamente trabajamos para el desarrollo sostenible, contamos con un estatuto especial consultivo y somos parte de la campaña internacional para el desarme nuclear”, indicó Godinez.
Watanabe aseguró que en Brasil, donde reside, hay una asociación de sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki, donde aún quedan 84 con vida y ella es una de las más jóvenes. En 1987 se encontró con gran cantidad de documentación, decidió organizarla, recogió el testimonio de más de 200 sobrevivientes que residían en países latinoamericanos y “no podía creer lo que leía en esas páginas, lo que ví en imágenes, el impacto fue tremendo”.
El encuentro estuvo acompañado por la prensa local que permitirá la difusión del mensaje y la divulgación de las experiencias de quienes forman parte del Barco de la Paz que tiene previsto su regreso a Japón el 31 de marzo, luego de recorrer un total de 17 países.
El Secretario de Coordinación dio gracias por el testimonio a los sobrevivientes, lo hizo en nombre de toda la ciudad. “Gracias por estar aquí, serán muy bien recibidos cada vez que vengan, gracias por ponerle voz a los que no tienen voz. Por eso es tan importante la memoria”.
El jefe de Gabinete, acompañado de la secretaria de Políticas Sociales, Sanitarias y Derechos Humanos, Malena Teszkiewicz, el secretario de Turismo José Recchia, los subsecretarios de Medio Ambiente Hugo Ponzo, de Juventudes y DDHH Sabrina Marcucci y de Coordinación Diego Salazar, anticipó que adherirán a la red de Alcaldes por la Paz. Recordó que “además de Hiroshima y Nagasaki hubo millones de inocentes muertos o con graves secuelas en Laos, Vietnam, Camboya. Porque sigue habiendo en el mundo quienes provocan conflictos a través de la violencia y las armas. Si bien las bombas venían desde arriba, no cayeron del cielo, las tiraron hombres. Y del otro lado hay pueblos enteros que no pueden aceptarlo. Es lícito y justo trabajar por la Paz”.
Fueron entregados obsequios por parte de la ciudad para quienes compartieron generosa y sentidamente sus testimonios y las pasajeras del Peace Boat entregaron grullas de la paz, símbolo que recuerda la historia de una niña que murió de leucemia, diez años después de la bomba sobre su ciudad, Hiroshima.