En los últimos días se realizó el primer juicio del año en la ciudad de Río Grande, y, al igual que en el 2018, se trató de una causa por delitos contra la integridad sexual. Asimismo, y con el inicio del año judicial, se dieron a conocer las diferentes fechas dispuestas o pautadas por el Tribunal de Juicio para la realización de los debates orales. La particularidad es que, en este 2019, y de acuerdo a las fechas tentativas, se realizarán al menos, desde marzo a septiembre, siete procesos orales no públicos contra hombres imputados en delitos de abuso sexual simple, abuso sexual agravado, abuso sexual gravemente ultrajante; cuyas víctimas son o eran en el momento de los hechos, menores de edad.
Río Grande.- Respecto de esta situación, y plasmada en números, que puede resultar alarmante para la comunidad, se consultó al licenciado en Psicología del Poder Judicial, Luis Camargo.
“Siempre hemos charlado que la cuestión cuantitativa en este tipo de delitos es poco estudiada por las características mismas del problema, entonces decir si hay más denuncias o menos, y mucho más juicios” es arriesgado, “entonces, recordemos que el juicio es la última instancia de las denuncias. Según estadísticas nacionales, respecto del tema abuso sexual solo el 1 por ciento de las denuncias, llega a juicio, de hecho, que haya más o menos juicios, no lo podemos tomar como una referencia de que el tema tenga más incidencia ahora que antes”.
En el mismo sentido, Camargo expresó: “Sigue siendo muy difícil establecer la cuestión cuantitativa, sin embargo me parece que hay otro aspecto que tiene que ver con lo cualitativo, estos juicios hablan de eso, el hecho que los medios se preocupen de lo que sucede con los juicios de abuso sexual o este tipo de cuestiones, da cuenta de un momento especial dentro de la sociedad respecto del tema del abuso sexual y sobre todo el abuso sexual intrafamiliar, y que nos sigamos ocupando de este tema”.
¿Hay más denuncias de abusos sexuales?, “la sensación es que sí”
Acerca del posible crecimiento en las denuncias por delitos contra la integridad sexual, el Licenciado indicó que “no lo puedo contestar fehacientemente porque no tengo los números pero la sensación es que si, por la cantidad de pericias que nos llegan; por la cantidad de intervenciones que tiene la Dirección Pericial. Se puede considerar, por lo menos, sobre todo mis colegas mujeres que intervienen en las audiencias 105, que son las audiencias testimoniales de las víctimas, tiene al menos una o dos por semana”, y agregó que “esto da cuenta que es un fenómeno que está inserto en la cuestión judicial, en este sentido creo que hay mayor incidencia que antes, pero desde lo institucional, no quiere decir que la incidencia sea del fenómeno. Yo no me animaría a decir que hoy hay más delitos contra la integridad sexual, quizás, hay una visibilización mayor, que hace que la gente se anime más a denunciarlo, y este fenómeno como el empoderamiento de la mujer ha servido mucho para esto” expresó el Licenciado, quien destacó los movimientos sociales feministas.
“Me parece que estas situaciones a nivel cultural ayudan a que la población y sobre todo las víctimas sientan que pueden ser escuchadas, creo que este fue el efecto fundamental del caso Fardin- Darthes, la posibilidad de ser escuchadas en algún lado, y sobre todo esto, que aún a pesar de haber pasado mucho tiempo, puedan ser escuchadas. Esto es lo que siente uno en los relatos de victimológicos de abuso sexual, son como prioritarios” y graficó “yo sentía que nadie me iba a escuchar, que nadie me iba creer incluso mi familia”.
La culpa como factor constante
En cuanto a algunos de los factores que se repiten en las víctimas de estos delitos, se encuentra indudablemente, la culpa, sin embargo, los efectos de la visibilización de algunos casos resonantes a nivel nacional, han permitido distintos espacios, cuanto menos, para que esas mujeres, se sientan escuchadas.
“Hay determinadas cuestiones que se repiten y que son las características centrales del fenómeno, esto de la culpa, de cómo la culpa queda ubicada del lado de la víctima y no del victimario, las niñas y los niños sienten que por algo les está sucediendo a ellas y por algo que ellas están haciendo y que está justificado y además, que si lo denuncian se corre riesgo de destruir la familia de dejar al hermanito sin su padre, a la madre sin sustento económico”, ejemplificó Camargo y agregó, “cuestiones todas, que hacen al vínculo perverso que se establece entre victimario y víctima. Esto hace que se ponga en juego el secreto, la normalización, la naturalización de este vínculo perverso, entonces como sociedad lo que estamos generando de a poco, digo como sociedad y no como instituciones, es la posibilidad de que las víctimas sientan que hay espacios sociales que permiten que la voz sea puesta en su lugar y que la culpa sea puesta en el lugar correspondiente y no en el lugar donde estaba naturalizado”, es decir que, ahora, se hace foco en la responsabilidad del ofensor o victimario.
“Esto es lo importante de estos movimientos sociales y lo que está sucediendo en el imaginario social, que me parece que en un punto estamos atravesando procesos sociales, tal como sucede en los procesos individuales. Nos estamos permitiendo el proceso de la escucha”.
El 80 por ciento de los abusos sexuales son intrafamiliares, Río Grande no escapa de esa estadística
En líneas generales, los abusos sexuales, suceden en el ámbito intrafamiliar, y esto no es novedad, así lo indican las estadísticas nacionales, las que indican “que alrededor del 80 por ciento de los casos de ofensores, son familiares o cuanto menos conocidos, Río Grande y Tierra del Fuego en su conjunto, no escapa a esa generalidad”, confirmó el licenciado Camargo.
“Es un delito en que los ofensores o victimarios se dividen en dos clases: los que planifican el abuso y que suelen estar en el contexto intrafamiliar, y aquellos que son más impulsivos o que tiene que ver con una cuestión circunstancial y ponen en juego el desconocimiento”, explicó.
Por último, Camargo reflexionó: “Me parece que lo que hay que trabajar es que está ocurriendo con la familia actual, que hace que este fenómeno sea posible en este contexto, uno escucha como todo el entorno es afectado, muchas veces las madres son cómplices involuntarios, pero cómplices al fin”.