El ministro Dante Sica anticipó cómo será la nueva estrategia de la cartera laboral de cara las negociaciones salariales que se vienen. Sin pauta de inflación, Trabajo quiere revisiones salariales cada seis meses.
Buenos Aires.- En las próximas semanas se iniciarán formalmente algunas de las discusiones paritarias con los sindicatos. En pleno año electoral y con una economía en crisis, el Gobierno intentará evitar conflictos que limen su imagen en los próximos meses por lo que busca abrir nuevos puentes en los que se refiere a las discusiones salariales.
Por lo pronto, Dante Sica, nada menos que el ministro de Producción y Trabajo, anticipó que en la mesa de negociaciones con distintos sindicatos se evalúa eliminar la famosa “cláusula gatillo” para actualizar salarios para directamente aplicar revisiones semestrales.
Durante una charla en el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, el funcionario señaló que “no vemos movimientos tan bruscos desde el punto de vista inflacionario como para poder tener revisiones más cortas” al considerar que su cartera evalúa “una revisión semestral antes de fin de año”.
El ministro recordó que «no hay pauta de inflación y por lo tanto no hay techo ni piso para las paritarias» y afirmó que las tratativas serán determinadas por «la capacidad de negociación de cada sector, la expectativa de inflación y la prioridad que pone el sector sindical a la hora de discutir, en el empleo o en la negociación salarial».
En cuanto al desempleo, Sica explicó la variación esperada «por el impacto de la caída del nivel de actividad» y recordó que «en octubre el seguimiento mensual arrojó un crecimiento bajo, seguido por descensos en noviembre y diciembre», en especial en la construcción y el comercio, por las menores ventas de autos y motos.
El ministro destacó la necesidad de una «modernización de las normas laborales, para adaptarlas a procesos que se aceleran, como la automatización y la mejora tecnológica de los procesos industriales, que impacta sobre las tasas de empleo».
Sica aclaró que «no hay algo así como una reforma laboral hacia la cual hay que llegar, sino un cambio en las relaciones sociales que requieren un consenso entre los sectores laboral, empresarial, ejecutivo y legislativo para avanzar todos los días con pequeñas modificaciones que nos permitan ir adecuando nuestros marcos, con el foco en la protección del trabajador».
Eso, agregó, incluye también a los empresarios, pensemos que «con distintos regímenes laborales y distintos modelos económicos, en 50 años no hemos podido perforar el 30% de empleo informal, más de 4 millones de trabajadores no tienen los derechos básicos que su puesto de trabajo requiere, y la contracara es la pobreza».