Hace un año la noticia era que el Papa convertía en obispo a dos curas villeros. Uno de ellos, Jorge Ignacio García Cuerva, que durante años estuvo en La Cava y luego en El Talar, fue nombrado como auxiliar en el obispado de Lomas de Zamora. Ahora Francisco le da un nuevo ascenso y el próximo sábado se hará cargo de la diócesis de Río Gallegos en la que confluyen Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Río Grande.- El propio Obispo invitó a través de un video a la misa de asunción para este sábado 23 a partir de las 11 cuando formalmente vuelva a su tierra.
De hecho el cura, que muchos señalan como peronista pero no kirchnerista, nació el 12 de abril de 1968 en Río Gallegos, llegó a estudiar Derecho y dejó la facultad para ingresar al seminario de San Isidro. Ya como sacerdote se graduó de abogado en la Universidad Católica de Salta.
El 24 de octubre de 1997 recibió la ordenación sacerdotal por imposición de manos de monseñor Alcides Jorge Casaretto, en la catedral San Isidro Labrador.
En La Cava generó un fuerte vínculo con Sergio Massa y Malena Galmarini, cuando el tigrense era intendente. Por eso la ahora concejal lo acompañó cuando fue nombrado en Lomas de Zamora y ahora viajarán ambos a la misa que se realizará en el gimnasio del Colegio Salesiano en Santa Cruz.
¿Qué dicen en el massismo sobre el viaje al sur? Intentan quitarle tono político y aseguran que García Cuerva, en sus años en La Cava y en el barrio San Pablo en Talar de Pacheco, trabajó junto a Massa y Galmarini «con un fuerte compromiso en la erradicación de la pobreza en las villas y la prevención de adicciones en el barrio San Pablo, uno de los más afectados por esta problemática en el conurbano bonaerense».
«Soy el padre Jorge García Cuerva, el nuevo obispo designado por el papa Francisco», se presentó a través de un video para anunciar que tomará posesión de la diócesis, misa que será transmitida en vivo por varios medios de las dos provincias que quedarán bajo su obispado.
García Cuerva fue vicario parroquial en Nuestra Señora de la Cava, de Béccar; párroco de Santa Clara de Asís, en la localidad de El Talar; miembro de la Comisión Nacional sobre la drogodependencia de la Conferencia Episcopal Argentina; delegado diocesano de la Pastoral Penitenciaria de 2007 a 2014; delegado regional de Pastoral Carcelaria de 2010 a 2017; y actualmente es miembro del Secretariado Nacional de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina. Y fue también capellán de unidades carcelarias en la provincia de Buenos Aires.
El 3 de marzo de 2018 fue ordenado obispo en una misa con monseñor Jorge Rubén Lugones SJ y como co-consagrantes estuvieron monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina; monseñor Jorge Casaretto, obispo emérito de San Isidro; monseñor Esteban María Laxague SDB, obispo de Viedma, y monseñor Miguel Ángel D’Annibale, obispo de Río Gallegos a quien ahora reemplaza tras su traslado a San Martín.
Hace diez días, García Cuerva concelebró misa con el vicario monseñor José María Bailña y el presbítero José María Di Paola en la basílica Nuestra Señora de Luján tras un encuentro de dos días con 2.000 personas de barrios de todo el país. En su homilía uno de los temas centrales fue la droga y pidió no sentirse derrotados ni sentir que «la droga les ganó» a quienes hayan caído en esa tentación. «Nosotros creemos en la victoria de Jesús en la cruz. Más allá de las dificultades, no debemos bajar los brazos. La droga no tiene más poder que Jesús», alentó a los que pelean contra ese drama.