Alicia Caballero es Decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA) se refirió a los Premios IB50 K, organizados en Bariloche por el Instituto Balseiro, entidad fundada en 1955 por un convenio entre la Universidad Nacional de Cuyo y la Comisión Nacional de Energía Atómica. Este concurso, que ya va por su novena edición, tiene por objetivo impulsar proyectos totalmente innovadores, de altísima calidad e intensidad tecnológica.
(Por Alicia Caballero en el Diario Clarín).- Nuevamente asistí, a fines del año pasado, a la entrega de los Premios IB50 K, organizados en Bariloche por el Instituto Balseiro, entidad fundada en 1955 por un convenio entre la Universidad Nacional de Cuyo y la Comisión Nacional de Energía Atómica. Este concurso, que ya va por su novena edición, tiene por objetivo impulsar proyectos totalmente innovadores, de altísima calidad e intensidad tecnológica. Confluyen proyectos elaborados por equipos profesionales interdisciplinarios formados por graduados en universidades argentinas y del exterior, muchos de ellos habiendo alcanzado post doctorados. Dado que en muchos casos se trata de temáticas vinculadas con las ciencias básicas (química, física, matemática), las universidades públicas tienen una presencia significativa. El ganador fue Untech, proyecto consistente en el desarrollo de un medicamento tópico para heridas crónicas, patentable internacionalmente, que cumple con todos los requerimientos terapéuticos y que utiliza moléculas y enzimas ya aprobadas por Anmat y FDA.
El segundo premio fue otorgado al proyecto Mamógrafo óptico, un sistema de formación de imágenes para mamografía que utiliza luz infrarroja en lugar de rayos X, para el diagnóstico de tumores de mama. El tercer premio fue obtenido por Renal Point, consistente en un dispositivo de monitoreo portátil que mide indicadores de enfermedad renal a partir de una única gota de sangre.
Si bien algunos de los proyectos ganadores están en la frontera de la innovación, y podrían estar lejos en el mercado, el proyecto ganador del año 2017, dedicado a la producción de máscaras para la impresión de microchips, cuyo fundador es un joven físico, ya está produciendo equipos y ha vendido varios al Sudeste asiático. Muy cerca del Balseiro, Invap es otro caso que pone en evidencia la capacidad que tienen algunos argentinos para lograr desarrollar ciencia, tecnología y empresas que son verdaderas generadoras de riqueza.
Creada en la década del 70 por la Comisión Nacional de Energía Atómica y la provincia de Río Negro, es una empresa dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos, en sectores como el aeroespacial, nuclear, energías alternativas, entre otros, y hace ya 30 años que compite exitosamente a nivel internacional. Es la única empresa argentina calificada por la NASA. Nunca como en este tiempo se percibe con tanta claridad que la mayor y verdadera riqueza se origina a partir del conocimiento, la educación y el talento. El trabajo duro y el esfuerzo son también fundamentales. Por ello, una buena educación debería incluirlos también. A veces el desánimo se extiende entre nosotros, muchos problemas persisten, y pareciera que no hay capacidad para superarlos.
Sin embargo, recomiendo a todos aquellos que, teniendo recursos, opinan que la Argentina no tiene salida que, en la medida de sus capacidades apoyen estos oasis de excelencia y prestigio. En una época en la que se exalta el emprendedorismo, y todos hablan de la importancia de fomentarlo, asombra que los organizadores de este certamen (doctores en Física y el mismo Director del Instituto Balseiro) tengan que hacer, año tras año, un esfuerzo realmente sobrehumano para conseguir los fondos, los sponsors y los mecanismos de difusión.
Una vez más, el Banco de la Nación Argentina decidió apoyar este certamen por considerar que estos profesionales de excelencia, formados fundamentalmente en Argentina pero con oportunidades para ubicarse en cualquier lugar del planeta, deben recibir la señal de que quedarse aquí vale la pena. Espero que en los años por venir se logren potenciar estos proyectos.
No habrá forma de reducir la pobreza que tanto nos aflige si no tenemos la inteligencia para reconocer y apoyar, no con palabras sino con políticas de estado estables y sostenibles, y con instrumentos adecuados, a estos creadores de riqueza que, como el Instituto Balseiro o Invap, con enorme humildad, forman profesionales de excelencia y exportan competitivamente bienes y servicios de calidad superlativa.
Alicia Caballero es Decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA).