El candidato a presidente del Frente de Todos consideró que las medidas anunciadas por el Gobierno no tendrán efecto de cara a las elecciones de octubre. Además, reiteró que él es solo un postulante y que «el poder de resolver lo tiene Macri»
Buenos Aires.- Luego de que asumiera Hernán Lacunza como reemplazo de Nicolás Dujovne en el Ministerio de Hacienda, Alberto Fernández consideró que el Gobierno está en «una situación difícil que no se la deseo a nadie» y, si bien se mostró dispuesto a ayudar en lo que se necesite, no fue muy optimista respecto de las medidas anunciadas por Mauricio Macri: «El daño que se ha hecho difícilmente se pueda reparar en dos meses».
«Cuando hablé con Macri le dije que me hablara las veces que hicieran falta. Entiendo la incomodidad de él. Pero es él el que tiene que decidir. Si en algo podemos ayudar, bienvenido sea. Uno no tiene la magia de resolver los problemas. Más allá de que a uno lo hayan votado más personas, el poder de resolver lo tiene Macri», expresó en diálogo con Oscar González Oro por Radio 10.
Y con respecto a lo que pueda suceder hasta fin de año, manifestó: «Me preocupa la tranquilidad de la gente más que la gobernabilidad, porque suena abstracto. ¿Qué quiere decir? Que un presidente no tenga sobresaltos, y no conozco ninguno que no tenga. En el gobierno estás para resolver problemas, que siempre existen. Uno tiene que aportar a la gobernabilidad si esto significa tranquilidad para la gente».
En sintonía con esto, ante la incertidumbre económica y una posible cesación de pagos, explicó: «Nadie padeció el default más que yo, porque yo manejé a la Argentina en default. Puedo ayudar dando estas certezas de que no soy una persona que miente. Lo que digo lo cumplo. Soy responsable y serio. Fui el único que se ocupó de que la Argentina no gastara más de lo que entraba. Todo mi mandato».
«Si la Argentina no hubiera tenido el apoyo del FMI, hoy estaría en default. El Gobierno tomó mucha deuda y a muy corto plazo, es parte de la impericia del gobierno de Macri», completó.
En referencia a la transición, Alberto opinó que «el Gobierno tiene que tratar de sostener la situación que ha creado» y pidió que haga el esfuerzo «de que los propios no multipliquen el desorden». Esto fue en referencia a Carrió: «Que a uno le pidan que apoye, acompañe, callarse la boca mientras del otro lado estén vociferando barrabasadas es difícil».
Luego, insistió sobre su rol de candidato y el alcance que esto tiene: «Es una falta de respeto a los argentinos hablar como presidente sin serlo. El Presidente me decía que era muy bueno, pero no lo es. Si no, es parte de la improvisación de la Argentina. Yo soy candidato. No hay dudas de que hay que prestarle atención a ciertas cosas, pero no tenemos que enloquecernos».
Sobre esto, hizo hincapié y se diferenció del Gobierno respecto a su actitud con el mundo y los mercados: «En la lógica que los gobierna, primero está darle explicaciones al mundo y después a los argentinos. Yo no voy a hacer eso. Yo voy a darles explicaciones a los argentinos y cuando me elijan voy a darle explicaciones al mundo. Mi primer acuerdo es con los argentinos, y a partir de ese acuerdo hablaré con el mundo».
Y añadió: «En el 2003 la gente nos pedía planes sociales. En el 2007 nos pedían mejores condiciones de trabajo. Cuando se fue Cristina, le pedían no pagar Impuesto a las Ganancias. Y ahora nos piden trabajo y comida. Es lo que más escuchás que te piden. Es muy impresionante. A Macri no le pasa porque no se mezcla con la gente. Pero es muy tremendo cruzarte con un abuelo y que te diga ‘o compro los remedios o ceno'».
También se refirió a una posible transición el 10 de diciembre y sus primeras medidas si es electo: «No sé qué me va a quedar en el Gobierno. Un mes atrás el FMI hizo un informe y decía que iban a quedar hacia fin de año 11 mil millones de dólares de reservas. ¿Cuántos quedan hoy? Hoy se fueron 3 mil. ¿Qué va a quedar? No lo sé. Es difícil calcular qué voy a hacer. Sí garantizo que todas la medidas van a estar destinadas a volver a poner en funcionamiento la economía, la producción, promover exportaciones, el trabajo y a volver a poner dinero en el bolsillo de los jubilados y asalariados. ¿Cómo lo vamos a hacer? Depende de lo que nos quede».
Una de las incógnitas es cuál sería su gabinete. Si bien no dio precisiones, admitió: «Ya lo tengo bastante ordenado en mi cabeza. No quiero que desgasten a nadie. Cuando llegue el momento, vamos a decir quiénes son. Hoy tengo más libertad para elegir».
En este punto elogió a Sergio Massa, quien se sumó al espacio para sellar la unidad del peronismo: «Era el símbolo de la unidad, la unidad sin Massa no hubiera sido unidad. A mí me sumó mucho, siempre estuvo. Sergio suma porque el massismo existe. Creo que va a ser una pieza importante en el futuro. Sería un muy buen presidente de la Cámara de Diputados. Lo tienen que elegir los diputados».
Fernández fue consultado acerca de Cristina Kirchner y de un eventual mandato compartido: «Está espléndida. El domingo fui a la tarde a verla. Me llevo muy bien. Es un vínculo muy afectuoso, de dos amigos. ¿Quién va a gobernar? Alberto Fernández. La lapicera la voy a tener yo. Con Cristina no alcanza y sin Cristina no se puede. Ella creyó que esta era la mejor opción. Les pido que terminemos con las disputas del pasado. El gabinete lo armo yo, punto».
«Me siento muy cerca de la Presidencia y muy responsable con los que me votaron. A los que no me votaron les digo que hay otra Argentina que los incluye. Es una Argentina en la que se acabó la venganza, a la única que voy a meter presa de por vida es a la venganza», concluyó el ex jefe de Gabinete.