Alberto Fernández, junto a su equipo de trabajo, se reunió con la misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) luego de la contundente victoria que obtuvo en las PASO del 11 de agosto. Por el lado del ente multinacional de crédito estuvieron Alejandro Werner, Roberto Cardarelli y Trevor Alleyne. Del Frente de Todos participaron Santiago Cafiero, Guillermo Nielsen y Cecilia Todesca Bocco.
Buenos Aires.- En un comunicado emitido una vez finalizado el cónclave, el ex jefe de Gabinete fue muy duro con el vínculo entre el FMI y el Gobierno: «Tienen la responsabilidad de poner fin y revertir la catástrofe social que hoy atraviesa a una porción cada vez mayor de la sociedad argentina. Para ello deberían arbitrar todos y cada uno de los medios y las políticas necesarias».
El postulante a la presidencia explicó que coincide con los cuatro objetivos del acuerdo (recuperar el crecimiento de la economía, (generar empleo para combatir la pobreza, reducir la inflación, y lograr una trayectoria decreciente de la deuda pública) pero fue contundente: «De estos cuatro objetivos no sólo ninguno fue alcanzado, sino que todo empeoró desde la celebración de aquel acuerdo».
Al respecto, detalló: «La economía cayó -1,7%, la deuda pública subió 29 puntos porcentuales del PBI, el desempleo aumentó al 10,1%, la pobreza creció a más del 32% y la inflación se disparó al 53,9%».
Y agregó: «El préstamo recibido por el país y el conjunto de condicionalidades asociado al mismo no han generado ninguno de los resultados esperados: la economía real no ha dejado de contraerse, el empleo y la situación de las empresas y las familias de empeorar, la inflación no ha tenido una trayectoria descendente sostenida y el endeudamiento público no ha dejado de crecer».
Fue el propio Fernández quien decidió ser parte de la reunión y no dejar el encuentro sólo en manos de su equipo. Eligió ponerse en el rol de posible presidente aunque, como suele decir, a pesar de la victoria en las Primarias, él es solo candidato. Fue Nielsen quien le indicó que la misión era más política que técnica aunque se abordaron detalles de la economía argentina.
No hubo foto ni se informó con anterioridad la hora y el lugar del encuentro, una manera de bajar la exposición de un candidato a presidente que no quiere desgastarse cuando aún no se realizó la elección general. Además de reservado, el lugar elegido para la reunión fue todo un mensaje: la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo que fue creada y es sostenida por el gremio de los trabajadores de la propiedad horizontal (Víctor Santa María) e inaugurada por Lula Ignacio Da Silva, el ex presidente brasileño hoy detenido.
Antes de las 17 llegó Fernández a la sede de la calle Sarmiento, cerca del Congreso, y esperó en la oficina del rector, el coordinador de sus equipos Nicolás Trotta. Lo acompañó allí su equipo (Nielsen, Todesca y Cafiero). Cuando llegaron los delegados del FMI bajaron al piso quinto donde no hubo foto pero donde en varias pantallas del comedor se proyectó el logo del Frente de Todos.
En el intercambio, Fernández transmitió su preocupación porque, según su visión, «los créditos otorgados por el FMI han sido utilizados, en gran parte, para financiar la salida de capitales». Y manifestó su preocupación por las reservas que recibiría en diciembre, en caso de ser electo presidente.
Sobre esto, desmenuzó que «los desembolsos efectuados suman un total de USD 44.500 millones aproximadamente y representan casi el 80% del préstamo total» pero que, acorde a cifras oficiales, » entre junio de 2018 y julio de 2019, salieron del sistema USD 27.500 millones en concepto de Formación de Activos Externos de libre disponibilidad (fuga de capitales argentinos) y USD 9.200 millones por inversiones extranjeras especulativas (reversión de inversiones de capitales golondrina)».
«La salida neta de dólares supera los USD 36.600 millones, lo que representa más del 80% de los desembolsos recibidos hasta la fecha», sentenció, y así lo escribió en un comunicado que prácticamente dictó él mismo. No delegó la redacción, como no delega el comando de campaña.
Según algunos de los presentes, la reunión duró poco más de una hora, una hora veinte minutos. De un lado de la larga mesa estuvo Fernández con Nielsen a su derecha y Todesca y Bocco a su izquierda. Enfrente se acomodaron sus invitados a quienes les ofrecieron agua y café.
Los que más hablaron fueron Fernández y Caldarelli y Alleyne, el veedor jamaiquino. El candidato argentino puso especial énfasis en señalar el «incumplimiento» del acuerdo (de ambas partes) y aseguran que se mencionó la difícil situación actual tras las PASO, momento bisagra entre un contundente triunfo y una elección general que será la que defina al ganador y a quienes participen del balotaje.
El candidato a presidente advirtió que «el último desembolso ha sido íntegramente destinado a financiar la fuga» y que esto es «un incumplimiento flagrante a lo dispuesto por Artículo VI del Acta Constitutiva del organismo cuyo primer párrafo dispone que ‘ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital'».
Ante esto, desde el espacio opositor se diferenciaron de Cambiemos: «El programa económico que impulsa el Gobierno no refleja ninguna de las prioridades establecidas en la plataforma del Frente de Todos. Tampoco existen coincidencias con las recomendaciones de política impulsadas por el FMI. Se trata, en ambos casos, de aproximaciones dogmáticas que no se ajustan a las condiciones objetivas actuales ni resuelven los principales problemas estructurales de la economía argentina».
«El programa económico de la administración de Macri empeoró muchos de esos problemas (como la inflación) y reinstaló otros que habían sido resueltos (como el del endeudamiento del sector público). El acuerdo con el FMI, por su parte, no ha logrado revertir ninguno de estos problemas y en algunos casos no ha hecho más que profundizarlos (precisamente, el del endeudamiento público). Mientras tanto, el modelo económico sigue con su lógica recesiva y regresiva», completaron.
Y añadió: «La recuperación del crecimiento a través del impulso de la producción y el empleo debe ser la componente central de un modelo económico alternativo. La recuperación de la economía real es, a su vez, una condición sine qua non para estabilizar la economía y reencauzar su situación financiera».