En contra de la ansiedad y los deseos de los inversores, que quieren conocer la postura de Alberto Fernández sobre la propuesta de «reperfilamiento» de la deuda trazada por el Gobierno, el candidato opositor tomó la decisión de mantenerse al margen de esa discusión, al menos hasta conocer los detalles de los proyectos que irán al Congreso.
Buenos Aires.- La decisión de evitar una opinión categórica sobre esta cuestión central, en medio de la crisis y las turbulencias en los mercados financieros, se tomó la misma noche de los anuncios encabezados por Hernán Lacunza.
Fuentes del «albertismo» admitieron a iProfesional que en el equipo del candidato existió una especie de «mea culpa» después de la reunión con la misión del Fondo Monetario. El comunicado dado a conocer la noche misma del encuentro -junto con la filtración de que allí se había hablado de un adelanto de las elecciones- provocaron un derrumbe de los mercados y críticas hacia Fernández.
La idea del Gobierno es que el proyecto de ley para reperfilar los vencimientos de la deuda entre 2020 y 2023 ingrese al Parlamento, a lo sumo, apenas pase el fin de semana.
El próximo miércoles se concretará el primer análisis del tema en el Congreso. Será en la comisión Bicameral de Seguimiento de la Deuda, presidida por el radical Miguel Ángel Mayans. Entre los integrantes de esa comisión figura Axel Kicillof, actual diputado y candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires.
El ingreso del proyecto será el Senado de la Nación. El jefe del bloque oficialista en Diputados, Álvaro González, argumentó que en la Cámara alta «las discusiones son más serenas».
El jefe del bloque del PJ Senado, Carlos Caserio, ya combinó con el titular del Senado, Federico Pinedo, la presencia de Lacunza y del resto del equipo económico en la cámara alta.
Caserio dio muestras, a la vez, de que el PJ podría adherir a la iniciativa oficial. «No es la mejor, pero peor es decirle a los bonistas no les vamos a pagar», deslizó ayer por la tarde luego del encuentro que mantuvieron Alberto F. y los senadores.
A mirar con lupa
Desde el justicialismo aseguran que mirarán con lupa la iniciativa. «No vamos a aprobar nada si esto es el ‘megacanje´», comentó un legislador del justicialismo a iProfesional. Hacía mención a las elevadas tasas de interés que surgieron de aquella operación, que empeoraron el perfil de la deuda en lugar de mejorarla, y por las altas comisiones bancarias que se abonaron, y que terminaron en una causa judicial.
Un miembro del equipo económico de Alberto F. dice tajante: «Nosotros no vamos a aprobar nada que sospechemos pueda perjudicar nuestra futura gestión».
Cerca del candidato señalan que el inviable peso de la deuda ya había sido advertido durante la campaña. Pero que no piensan aprobar nada a libro cerrado. «Vemos demasiada improvisación en los anuncios. El Gobierno corre la crisis desde atrás, y los funcionarios no parecen estar a la altura», refrendan.
En el círculo más cercano al candidato también se escuchan voces críticas hacia Lacunza. Lo notan soberbio en medio de las urgencias.
Alberto F., no obstante, pidió silencio a su equipo, a menos que él lo indique expresamente, como cuando le pidió a Guillermo Nielsen a contactarse con inversores de Wall Street o a hacer declaraciones a un diario financiero brasileño.
En la mesa chica del candidato creen que Macri quiere darle «el abrazo del oso». «Pretenden pegarnos a la crisis. Y, de vez en cuando, nosotros pisamos el palito», asume la fuente con una dosis de autocrítica.
«Macri y Carrió juegan al policía bueno y al policía malo. El Presidente habla de una transición en paz, mientras ella dice que Alberto es peligroso y que Cristina es el caos. Si nos mezclamos en esa lógica, nosotros tenemos para perder. Cometemos errores pero vamos corrigiendo», agrega la misma fuente.
Hacia adelante, la estrategia que quieren cumplir pasa por mostrarse preocupados por la crisis pero dando señales de que los problemas podrán resolverse una vez que Fernández gane las elecciones. «Después del 27 de octubre será otra cosa», mencionan desde el equipo dando a entender que habrá una participación activa de AF a partir de ese momento, siempre que -claro está- se confirman los resultados de las PASO.
La conclusión a la que llegaron en el equipo de campaña del peronismo indica que las incursiones más polémicas del candidato -la última vez tras el encuentro con los directivos del FMI- lo desgastan, aun cuando ni siquiera ganó las elecciones.
Y si bien no tienen en claro si esas participaciones le hacen restar votos de manera significativa, sí aceptan que hay distritos -como en la provincia de Mendoza-, donde la pelea electoral es más reñida, y un paso en falso podría determinar que pierdan la elección para gobernador.