El salario real de los trabajadores formales caería cerca de 7% a lo largo de 2019, afectado principalmente por la disparada del tipo de cambio y la posterior aceleración inflacionaria de agosto, de acuerdo a estimaciones de la consultora Ecolatina.
Buenos Aires.- «Lamentablemente, los próximos meses no permitirán revertir la pérdida sino que la agravarán. Según nuestras proyecciones, el salario real de los trabajadores formales caería cerca de 7% a lo largo de 2019», indicó la consultora en su informe «La caída del salario real: cuando la realidad supera las expectativas», publicado este domingo.
Luego de las PASO, en las que el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, superó por más de 16 puntos al actual mandatario, Mauricio Macri, Ecolatina consideró que «el próximo presidente electo deberá convocar a un acuerdo de precios y salarios a fin de recomponer los ingresos reales con el menor impacto inflacionario posible», lo que es «un resultado tan deseable como difícil de lograr».
En 2018, el salario real de los trabajadores formales cayó 12% debido a «una aceleración inflacionaria imprevista al momento del cierre de las paritarias» y «pese a las recomposiciones, cláusulas gatillo y bonos de compensación pautados, el poder adquisitivo arrojó su mayor retroceso desde 2002».
En tanto, este año, «aunque la recesión, el congelamiento de las tarifas de servicios públicos residenciales y de combustibles y la quita del IVA a algunos productos de la canasta básica atenuarán el traslado a precios de la depreciación del peso, lo cierto es que la inflación llegará por lo menos a 50% este año». «Dado que casi ninguna paritaria acordó una suba similar a este valor, la pérdida de poder adquisitivo se repetirá en 2019», indicó Ecolatina.
Según el INDEC, la inflación de agosto fue de 4% tras la megadevaluación post PASO. Así, la interanual ya suma 54,5% de incremento en los precios, y se espera que la inflación del 2019 sea la más alta desde la híper.
El informe de Ecolatina señaló que «producto de la desaceleración inflacionaria, la pérdida de poder adquisitivo venía morigerándose y, según nuestras estimaciones, habría mostrado una recuperación en julio, que prácticamente neutralizó el deterioro de los meses anteriores».
«Esta mejora continuaba en los primeros días de agosto, de modo que los ingresos parecían volver a terreno positivo luego de más de un año en rojo. Sin embargo, la disparada del tipo de cambio y la posterior aceleración inflacionaria dieron por tierra con este avance», se detalló en el informe.
Los bonos y devolución de aportes patronales y del impuesto a las ganancias en agosto y septiembre no son remunerativos por lo que «si bien aumentará el ingreso de los trabajadores no hará lo mismo con el salario real».
«Como resultado, la contracción del consumo sería menor que la del salario real, más aun considerando el impacto progresivo de los bonos de suma fija (a diferencia de los ajustes salariales, proporcionales a la remuneración, los bonos son fijos para todos sus perceptores) y la mayor propensión al gasto de los hogares de menores recursos».
En adelante, «si el mercado cambiario se estabiliza, es posible que los sindicatos comiencen a buscar paliar las pérdidas de los últimos meses y cubrirse ante futuras aceleraciones inesperadas de la inflación».