La presidente de la Cámara de Comercio de Ushuaia, Claudia Fernández, expuso el “enojo” del sector por los “manotazos de ahogado” del gobierno nacional, en este caso el bono obligatorio de 5 mil pesos. Dijo que la decisión los tomó de sorpresa porque pocos días atrás estaban planteando la emergencia pyme. El pago se haría en cuotas y a cuenta de futuros aumentos, pero espera que en adelante se trabaje “con seriedad”. Lamentó el estado de los comerciantes, que hace meses no tienen ganancia y son considerados clientes de riesgo.
Río Grande.- La presidente de la Cámara de Comercio de Ushuaia, Claudia Fernández, cuestionó los “manotazos de ahogado” del gobierno nacional y espera que sea el último la decisión de que el bono de 5 mil pesos se pague en forma obligatoria, para “empezar a trabajar con seriedad”.
Ayer quedó definido que será “una recomposición salarial obligatoria y no remunerativa de 5 mil pesos”, y “a cuenta de futuras paritarias para el sector”, por lo cual la suma se compensará en las próximas recomposiciones salariales y se pagaría “en octubre o en los plazos que acuerden las partes”. Según estiman medios nacionales, compensaría “sólo el 35%” del poder adquisitivo perdido por la corrida cambiaria posterior a las PASO, y mucho menos de pagarse en cinco cuotas porque se sumará la inflación del año próximo.
Claudia Fernández volvió a exponer las dificultades para hacer frente, cuando “la paritaria de este año cerró en un 25% y todavía faltan dos tramos, además de la cláusula gatillo. Recordemos que firmamos el mejor acuerdo paritario del año y estamos arriba de Camioneros”, subrayó, ante la improvisación del gobierno nacional de no tener en cuenta estas situaciones particulares.
“Esta medida se tomó muy mal, y quedamos sorprendidos con el anuncio del ministro Sica, porque hacía menos de tres días que habíamos presentado la situación de los comercios. Llevamos 19 meses consecutivos de caída de ventas y ya no tiene que ver con porcentajes, sino con la poca capacidad de reacción que tenemos, porque no podemos comprar materiales, no podemos implementar más máquinas, y todo eso repercute en el sostenimiento de los puestos de trabajo”, subrayó.
“Hablamos permanentemente con el gremio y estamos preocupados por la sostenibilidad de los puestos de trabajo, porque la situación es realmente muy complicada, no ha cambiado. Cuando anuncian esto que al principio iba a ser un bono, quedamos sorprendidos porque no sabíamos cómo lo íbamos a pagar. No desconocemos la situación de los sueldos de los empleados, porque tampoco desconocemos nuestra situación. En todo el país estamos en la misma”, dijo.
“Planteamos descontarlo de impuestos, de los aporte del 931. Sabemos que tiene que estar en el bolsillo de los empleados pero nos tiene que explicar cómo pagamos. Cuando uno habla con las Cámara del interior de Santiago del Estero, del Chaco profundo, es imposible pagarlo”, enfatizó.
“Durante tres años y medio se le habló permanentemente a este gobierno, se le planteó la situación. A nivel nacional y provincial somos los segundos dadores de puestos de trabajo y siempre se habló de que íbamos a tener menos desocupación, más trabajo. Hoy cuando alguien se jubila o se retira, nuestros colegas festejan, cuando antes era una tristeza que alguien se fuera. Y no podemos volver a tomar otra persona para cubrir el puesto porque no lo podemos sostener. Esto es lo más preocupante. Un país se levanta con trabajo, y con esto cada vez tenemos menos. Tenemos que pensar adónde apunta la Argentina y qué es lo que queremos”, reclamó.
“No queremos más manotazos de ahogado, y esto lo planteamos claramente las pymes: trabajar en serio en forma conjunta, con medidas sostenidas en el tiempo como para poder tener una perspectiva. ¿Hoy quién quiere hacer una inversión o poner un negocio? –se preguntó-. Antes por ser comerciante en cualquier ciudad los bancos te abrían las puertas, te regalaban tarjetas, te abrían cuentas especiales, y eras un cliente considerado; hoy todos los comerciantes somos clientes de riesgo, y no debe ser así porque somos dadores de puestos de trabajo y tenemos la responsabilidad no sólo de nuestras familias, sino de siete, diez, once, veinte, cincuenta, y todos los días ponemos la llave y arriesgamos todo lo que tenemos para seguir apostando al país”.
Reconoció estar “enojada” y afirmó que “es la situación de todos. Todos estamos enojados porque no puede ser que no podamos avanzar. Nadie pone un negocio para perder y hace muchos meses no tenemos una ganancia”, concluyó.