Federico Hellemeyer sostuvo que el decreto “claramente alcanza a todos los trabajadores del sector privado” y será resultado de las conversaciones entre las partes la forma de pago. La capacidad de las empresas para afrontar este bono se corresponde con la situación que viene de arrastre desde mediados de 2018 y se agravó en 2019. “La verdad es que no cambió nada y en todo caso empeoró el panorama”, dijo. Además consideró que el cambio de gobierno, o su continuidad, no traerá soluciones inmediatas y la perspectiva no es optimista, cuanto menos para el primer semestre de 2020.
Río Grande.- El presidente de AFARTE, Federico Hellemeyer, se refirió por FM La Isla al pago del bono de 5 mil pesos, que ya no es tal sino un monto a cuenta de futuros aumentos, y consideró incluido al sector metalúrgico. “Yo leí rápidamente el decreto que establece el bono, que es el 651 y salió publicado en el Boletín Oficial, pero me falta analizarlo con más detenimiento. En principio surge claramente que alcanza a todos los trabajadores del sector privado, con excepción del sector agrario y el régimen de trabajadoras de casas particulares”, dijo.
“Hay empresas que están tan mal, que es imposible afrontar esto, y ahora hay que analizar si se dieron aumentos posteriores al 12 de agosto, porque esos aumentos se subsumen con el pago de este bono; y si hay aumentos previstos que todavía no se hayan dado. También el decreto dice que las partes signatarias de convenios colectivos pueden regular de qué manera se va a pagar. El Poder Ejecutivo le dejó un poco de libertad a los sujetos colectivos para regular el pago de la manera que mejor les parezca”, indicó.
“Todos vivimos en este país y sabemos lo que significa la pérdida de poder adquisitivo en los salarios que hemos sufrido en el último tiempo. Este tipo de planteos es completamente razonable, pero desafortunadamente cuando vamos del otro lado del mostrador, nos encontramos con la realidad de la estructura de costos de las empresas. La pregunta es qué cambió o cómo mejoraron los ingresos de las empresas como para que puedan tener flexibilidad en la estructura de costos, y la verdad es que no cambió nada. En todo caso empeoró el panorama”, sentenció.
“La actividad que nos ocupa depende exclusivamente del mercado interno y venimos con una demanda súper parada. Este año proyectamos producciones de una manera un poco pesimista y conservadora, porque no queríamos generar una falsa expectativa, y ahora en algunas líneas de productos ni siquiera vamos a llegar a esos números. Tras cartón de que la situación económica está mal, nadie puede armar ningún plan para el año que viene y es muy difícil estimar cosas para el futuro”, dijo de las perspectivas para el 2020.
Aclaró que el pago de este bono “no colisiona con el acuerdo de congelamiento por dos años de las paritarias, porque ya no es congelamiento y hubo una actualización este año del 24%, que estuvo muy por debajo de la inflación, pero se dio en medio de negociaciones paritarias. Nada de lo dispuesto en el acuerdo de noviembre de 2017 ni en la adenda de febrero de 2019 colisiona con lo que establece este decreto”.
Lo cierto es que “el decreto manda a pagar el bono y está contemplada la posibilidad del pago en cuotas, porque dice que las partes podrán negociar si se paga en una sola erogación o en varias”, manifestó. No pudo precisar si habrá un acuerdo con la UOM a nivel local porque “también podría ocurrir que se dé un acuerdo a nivel UOM nacional. Hoy nos falta la certeza de cuándo y de qué manera se paga. Esto comprende a todo el país y veremos cómo se implementa”.
Declaraciones de Martín Kulfas
También se le preguntó sobre las críticas del economista cercano a Alberto Fernández al régimen industrial fueguino: “Yo conozco declaraciones que ha hecho hace tiempo y se pueden consultar vía internet. Nosotros no hemos tomado contacto con él y tomamos nota de lo que dice. Estamos hablando de un referente técnico que todavía no sabemos qué lugar va a ocupar. Tengo entendido que algunas autoridades electas del gobierno de Tierra del Fuego han estado con Kulfas y me parece que no hay que alarmarse por este tipo de cosas. No es la primera vez que un economista tiene una posición dogmática respecto del régimen de Tierra del Fuego. Si se concreta la llegada de esta persona a la gestión, hay que ver de qué manera mantiene esa opinión. Por el momento prefiero ser muy prudente y no hacer comentarios sobre estas declaraciones. Eventualmente si se confirma una serie de cosas, nos pondremos a disposición de él para acercarle toda la información necesaria y discutir un poco esos puntos”, adelantó.
“Nosotros también hemos escuchado hablar positivamente de la industria fueguina a Alberto Fernández en ocasión de la visita que hizo en las elecciones provinciales”, observó Hellemeyer, priorizando la voz del presidenciable en este caso.
La posibilidad de generar dólares, que es uno de los cuestionamientos de Kulfas al régimen, se da “solamente por exportación y nuestros productos siguen siendo para el mercado interno. Hay muchas limitaciones para exportar en Argentina que tienen que ver con la competitividad propia. Nosotros hemos mejorado muchísimo, pero mientras sigamos produciendo siete millones de celulares, dos millones y medio de televisores y menos de un millón de aires, no vamos a poder mejorar nuestro precio para entrar en otros mercados. Ahora, si hay una política nacional de incentivo a la industria manufacturera de Tierra Fuego, mediante reintegros o lo que fuere, se pueden salir a buscar mercados dentro de la región, y ver si de esa manera se acumulan volúmenes que nos permitan mejorar el precio de salida de la isla. Sería estupendo que eso ocurriera, porque es muy buena la idea de poder exportar, pero necesitamos más escala”, remarcó.
“Uno de los problemas más grandes de la Argentina, además del costo tributario, la logística y demás, es la escala que tenemos. Nosotros somos poquitos, y cuando uno fabrica para pocos no licua bien los costos fijos. Si uno amplía la escala, se vuelve más competitivo”, explicó.
Cambio de gobierno
Finalmente se le pidió opinión sobre la posibilidad de un cambio de gobierno y otra política respecto de la industria. “Estamos viviendo un momento de incertidumbre política que ha estresado mucho a la sociedad y a la economía. No corresponde que me pronuncie en un sentido o en el otro. Nosotros vamos a estar dispuestos a trabajar con la mayor entrega posible con el gobierno con el cual nos toque trabajar. En los últimos años lo hemos hecho con el actual oficialismo. Uno puede decir si alguno está más cerca de una visión más proteccionista de la industria o más aperturista de la economía, pero lo que hacemos es tener una agenda sectorial lo más objetiva posible, llevar adelante estadísticas lo más sanas y claras posibles. A partir de todo eso, haremos el trabajo con el funcionario que nos toque hablar”, expresó.
La visión de Hellemeyer fue pesimista al menos para el inicio del 2020, gane quien gane el 27 de octubre: “No se espera un veranito para la industria. Estamos tan golpeados en el mercado interno y la noción de veranito o pequeño impulso uno ya no sabe cuál es. Este proceso viene muy largo, porque a nosotros se nos cayó el consumo en junio o julio de 2018, con lo cual llevamos 14 meses. Llega un momento dado en que al empresario le gana la desesperación y dice que ojalá se reactive, pero yo no conozco factores puntuales concretos que hablen de lo que va a pasar en enero, febrero o marzo. Este año ya está jugado y la incertidumbre política va a seguir hasta el 27 de octubre, uno supone que no habrá balotaje, y que continuará la tensión hasta diciembre. El año que viene es una incógnita, máxime en el primer semestre. Si llega a haber continuidad, también hay incertidumbre y no hay ninguna causa objetiva para pensar en una reactivación en febrero o marzo. Si se da, enhorabuena y ojalá me esté equivocando”, concluyó.