Quiere que Macri restrinja más la compra de dólares el lunes

En el equipo de asesores económicos de Alberto Fernández no disimulan la tensión: existe gran preocupación por la dinámica financiera de los últimos días y, sobre todo, por lo que pueda ocurrir la semana próxima si -como indican las encuestas- las urnas dictaminan un cambio de gobierno este domingo.

Buenos Aires.-  El escenario de turbulencia financiera se aguardaba, pero eso no quita que se hayan encendido las alarmas. De hecho, el candidato recibe un reporte diario sobre la caída de las reservas del Banco Central.

Alberto F. había reclamado a viva voz que, pasadas las elecciones, Mauricio Macri «deje de hacer daño». «Espero que el Presidente empiece a conciliar conmigo políticas de cambio después del 27 de octubre «, había sugerido el candidato.

Si ese reclamo existió cuando el Banco Central perdía u$s100 millones diarios, ahora que las reservas caen a un ritmo de u$s450 millones, la inquietud se profundizó. Así lo dejan trascender desde su equipo técnico.

Fernández tiene pensado extremar la presión el lunes 28, una vez que -como apuntan las últimas encuestas- se consagre como presidente electo. El reclamo será directo: quiere que el Banco Central deje de perder divisas al ritmo que lo viene haciendo, de manera de cuidar las cada vez más escasas reservas en dólares.

No se trata de una tarea sencilla: con los mercados de crédito clausurados, la principal fuente de billetes verdes la aporta el propio Estado a través de la autoridad monetaria. Las cerealeras, que desde septiembre están obligadas a liquidar sus exportaciones en la ventanilla del BCRA, vienen retaceando esa operatoria.

Argumentan que vienen cancelando créditos en dólares ya tomados a pedido de los bancos, que a su vez sufren una sangría de depósitos dolarizados por parte de ahorristas temerosos.

Aun a riesgo de provocar el efecto contrario al buscado, y en un intento por llevar calma a los depositantes, Alberto F. aseguró durante la mañana del miércoles que «si se repiten los resultados, espero que el lunes los mercados estén tranquilos porque con nosotros están seguros, y los argentinos no tienen que estar nerviosos porque vamos a cuidar sus ahorros y sus depósitos en dólares».

En su penúltima aparición de campaña, en el municipio de Malvinas Argentinas, Fernández dejó de lado la campaña para focalizarse en el día después de las elecciones. Dijo textualmente: «Tenemos que pensar en el 28. Nos van a dejar un país muy complicado»

Una actitud similar tuvo Sergio Massa, candidato número uno a presidir la Cámara baja.

 

Todos los caminos llevan a más cepo

 

De lo que no hay dudas es de que Fernández reclamará medidas inmediatas a Macri para manejar de manera ordenada la transición de seis semanas hasta el 10 de diciembre.

Cerca del candidato prefieren no profundizar sobre la forma en que lo hará. Pero claramente el reclamo pasará por poner mayores restricciones cambiarias. En otras palabras: endurecer el cepo impuesto a principios de septiembre.

La medida es casi inevitable después de las declaraciones del candidato de esta semana: por un lado, pide preservar las reservas del Central pero, al mismo tiempo, exige que no haya una devaluación brusca, que sería la forma tradicional de cuidarlas.

Como sabe cualquier estudiante de economía, es casi imposible controlar al mismo tiempo las variables precio y cantidad. «Casi», pero no del todo imposible, porque queda la alternativa de controlar el mercado desde el gobierno: en este caso, extremar las restricciones para la compra de divisas. Sin compradores, no hay ni presión alcista sobre el dólar oficial ni necesidad de que el BCRA sacrifique sus reservas.

Uno de los economistas que acompaña a Alberto F. comenta a iProfesional que, por lo menos, habría que limitar en extremo la venta para atesoramiento y para hacer turismo.

Las últimas cifras oficiales detectaron que, contra lo estipulado por Guido Sandleris, una porción de los argentinos todavía mantiene su poder de fuego para dolarizarse.

Según reveló el último informe cambiario del BCRA, hubo un salto notable del atesoramiento durante septiembre, a pesar del «cepo». Al contrario: con las restricciones, la gente «corrió» a atesorar y el monto neto de compra trepó desde u$s1.873 millones en agosto a u$s2.891 millones en septiembre.

En cantidad de personas el número también fue altísimo: 1.700.000, lo que representó un aumento del 30% con respecto al mes previo.

La tendencia empeoró en las últimas jornadas. Ayer miércoles, el Banco Central perdió nada menos que u$s450 millones ante la ola de compradores y de importadores que, ante la expectativa de una nueva devaluación, adelantan operaciones pagando por dólares baratos.

Las mismas fuentes cercanas al candidato refuerzan la tesitura de que la idea sería excluir al comercio exterior de las restricciones. Es decir: no habría un pedido al actual Gobierno para que trabe las importaciones que, de hecho, vienen menguando. Incluso, se considera que una interferencia podría profundizar la recesión económica.

 

¿Macri hará «lo que hay que hacer»?

 

La postura sería la de evitar una mega devaluación como la que tuvo lugar en agosto, después de las PASO. A lo sumo, admiten, el tipo de cambio podría actualizar la inflación acumulada desde entonces hasta ahora, de por lo menos 10 por ciento. Lo que llevaría la paridad a unos 66 pesos.

La idea original en el equipo de AF era formar una especie de comité coordinador que mantenga encuentros con funcionarios de distintas áreas para realizar un traspaso prolijo. La intención se mantiene. Pero la cuestión de las reservas obliga a tomar medidas urgentes. Por eso habría un pedido especial sobre este tema.

Economistas cercanos al Frente de Todos consultados por iProfesional advertían que se desconoce, al día de hoy, cuál será la postura de Mauricio Macri. Si aceptaría imponer nuevas medidas restrictivas que eviten una devaluación más pronunciada o si, por el contrario, se negará a hacer un «trabajo sucio» que lo dejará mal parado ante su base de electores y le dejará una mácula en el final de su mandato.

En el Palacio de Hacienda dejan trascender que no habrá problemas que, llegado el caso, se realice un intercambio informativo con el equipo de Fernández.

Pero, se sabe, decisiones tan sensibles como qué hacer con el «cepo» deben ser tomadas directamente por el primer mandatario, más allá de las recomendaciones que reciba de parte de Hernán Lacunza o de Guido Sandleris.

De hecho, las «sugerencias» de Fernández, siempre para el caso de un triunfo holgado el próximo domingo, irían más allá de las reservas. Se trata de dos temas en los que el Frente de Todos intentaría que sea Macri el que haga el ajuste.

-La cuestión energética. Sobre todo en lo que respecta a los precios de los combustibles y de las tarifas de gas.

Sobre las naftas, las petroleras acaban de presentar una moción de amparo en el Poder Judicial para descongelar los precios. El mes pasado en los surtidores se concretó un incremento promedio del 4% pero las petroleras manifiestan que existe un retraso del 17 por ciento.

Sobre las boletas de gas, el tema es más turbio. Las tarifas se encuentran congeladas desde abril último cuando el dólar cotizaba en torno a los $43. ¿Ajustará Macri un ajuste luego de que el propio Fernández se pronunciara durante la campaña a favor de una desdolarización de las tarifas?

El otro tema refiere a las retenciones, sobre todo a la soja. Los derechos de exportación han quedado retrasados en términos reales porque tienen un componente fijo de $4. En principio de la idea de Alberto F. sería la de actualizarlas en función de la última devaluación de $45 a $60.

Desde la Casa Rosada hacen hincapié en un tema clave para saber si será posible una coordinación durante la seis semanas de transición y si Macri mostrará buena disposición a darle curso a los pedidos de Alberto: todo dependerá del resultado de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.

En concreto, si Horacio Rodríguez Larreta no logra un triunfo en primera vuelta y, por consiguiente, la definición se posterga hasta un balotaje -previsto recién para el 24 de noviembre-, ¿cuál sería el incentivo de Macri para tomar decisiones «fuertes»? La respuesta resulta lógica: ninguno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.