Las Pymes que utilizan tecnología para construir soluciones para la industria mantienen contactos con el albertismo y revelan lo que requiere el sector.
Buenos Aires (iProfesional).- Cuando en la Argentina se habla de empresas tecnológicas, es inevitable pensar en los unicornios como Mercado Libre, Despegar o Globant. Sin embargo, existe un gran pelotón conformado por firmas de menor tamaño vinculadas a la llamada «Economía del Conocimiento» que renuevan sus esperanzas ante la llegada de un nuevo gobierno.
Se trata de empresas, pequeñas y medianas, nucleadas en la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), que habían arrancado su reconversión a la «industria 4.0» durante la gestión Macri para proveer soluciones tecnológicas a diferentes rubros: logística, energías renovables, Internet de las Cosas (IoT), entre tantos otros.
Desde la entidad revelan a iProUP que ya se han puesto en contacto con el «albertismo» y confían en que se van a generar las condiciones para el despegue del sector que, según afirman, tiene una mayor integración de valor nacional que el de otras industrias, como por ejemplo la automotriz.
A diferencia de otros rubros, la relación de las empresas 4.0 viene más aceitada con el próximo presidente electo, reconocen desde CADIEEL, donde barajan algunos nombres que oficiarán de interlocutores: «Son varios de los que se están mencionando en los medios y otros no tan conocidos».
Como la entidad viene trabajando desde hace más de cuatro años en proyectos con la Universidad de San Martín (UNSAM), cuna del think tank albertista y bastión de varios de los intelectuales K durante el macrismo, hay diálogo directo con quienes están en danza para ocupar las sillas más importantes del futuro Gabinete.
Sin ir más lejos, Matías Kulfas, quien resuena con mayor fuerza para suceder a Hernán Lacunza en Hacienda, es profesor de la materia Desarrollo Económico en UNSAM, donde también se desempeña como investigador.
Producción, otro ministerio clave para el sector, también podría ser ocupado por un funcionario kirchnerista con domicilio en el municipio: Gabriel Katopodis, intendente del partido de General San Martín desde 2011.
Eso no es todo: Mercedes Marcó del Pont, potencial titular de la AFIP y ex presidenta del Banco Central, se desempeña como Coordinadora del Programa de Innovación Productiva y Desarrollo del Campus Tecnológico de la universidad ubicada en el noroeste del Conurbano.
El diagnóstico
En diálogo con iProUP, Guillermo Freund, de la comisión de Electrónica de CADIEEL, asegura que el gobierno de Macri diseñó un «coctel fatal» para la industria. Pero hubo uno de sus ingredientes que golpeó con mayor fuerza.
«Se abrieron las fronteras y no nos dieron ninguna posibilidad de reconversión. Si bien se nos permitió comprar lo que sea en el exterior, se me hace difícil explicar el desastre que se hizo en la industria», se queja el directivo.
En efecto, la libre importación de computadoras derivó en que los fabricantes locales –en gran medida, socios de CADIEEL– reduzcan sus instalaciones y personal. No obstante, remarca que los equipos «no son muchos más baratos».
El segundo componente está relacionado con el encarecimiento del crédito, con una tasa de referencia que hoy ronda el 65% y llegó a superar el 85%. «Las Pymes que pidieron financiamiento saben que se van a fundir. Las que quisieron mantenerse responsablemente, no sacaron créditos, sino que redujeron estructuras», dice Freund.
El tercer punto tiene que ver con el derrumbe del consumo, que no sólo achicó el mercado local ante la baja demanda por parte de empresas privadas, sino que también minó las compras estatales.
El directivo asegura que el Gobierno no puso el mismo interés en la industria tecnológica como sí lo hizo en otras, como la automotriz, también golpeada por la crisis.
«Está bien exportar autos, pero el valor agregado local en dólares es muy pequeño, 10% o 20%, especialmente cuando todas las autopartistas se fueron a Brasil. En cambio, el porcentaje de integración nacional de nuesta industria es del 70%», revela.
En cuanto a Ley de Economía del Conocimiento, Freund celebra que se haya promulgado, pero a la vez lamenta que el diseño de la norma no le sea útil al sector que él representa.
«Está muy bien orientada para aquel que abre una startup. Mucho mejor para Mercado Libre o Despegar. Pero se han dejado afuera a las empresas intermedias, a las Pymes que están en reconversión y que hoy no llegan a cumplir con el 70% de conocimiento pretendido», completa.
Según Freund, esto se debe porque muchas de las firmas del sector «vienen del fierro». Es decir, comercializaban hardware, y ahora «quieren agregar capas de conocimiento».
«Quizás lleguen a ese porcentaje dentro de cinco años. Cuando reclamamos que la ley no nos acompañaba, nos decían: ‘Hagan otra’. Pero nos está costando mantener las que firmas que tenemos», lamenta.
El futuro
Freund se muestra optimista sobre el futuro de la actividad. Siente que no hace falta pedir un plan, ya que gran parte de quienes conformarán el nuevo gobierno a partir del 10 de diciembre tienen conocimiento sobre las problemáticas.
«Los integrantes del equipo de Alberto Fernández ya tienen muy estudiado a nuestro sector. Las cadenas de valor que hay que recrear deberán tener algún tipo de injerencia estatal», adelanta el directivo, quien descarta un enfoque similar al que tenía hasta el momento Tierra del Fuego y celebra el nuevo empuje que dará el Frente de Todos a la isla.
Freund sintetiza los puntos que preocupa a la entidad y en los que están trabajando en forma conjunta con el albertismo:
- – Revisión de la Ley de Economía del conocimiento: concretamente, cuál es el porcentaje (de conocimiento) que cada cadena de valor necesita para dar trabajo
- – Financiamiento: «Volverán a otorgarse créditos para capital de trabajo e inversión atados a una tasa de interés lo más negativa posible en términos reales»
- – Capacitación: «Habrá una mayor integración con las universidades para generar nuevos planes de aprendizaje y para la creación de valor local que pueda ser exportable»
- – Aranceles: «Apuntamos a fijar un sistema que permita discriminar componentes de productos elaborados para la puesta en marcha de estructuras productivas que ya existen»
- – Mano de obra local: «Los profesionales argentinos deben resolver los problemas. Y los empresarios debemos recurrir a ellos en vez de comprar soluciones importadas»
- – Impulso al «Compre Nacional» y al «Compre Provincial»: «Muchas empresas del interior crean tecnología. Hay universidades que derraman muy buena ingeniería»
En cuanto a este último punto, Freund afirma: «Queremos que las empresas de concesiones cumplan con un porcentaje del compre nacional. Si se subsidian energías renovables, por ejemplo, que se obligue a que se cumpla con un porcentaje de integración local».
Según el empresario, esas medidas pueden revertir el mal momento del sector, que en los últimos años se evidenció en la pérdida del 20% de socios de CADIEEL. «Algunos se fueron para reducir costos. Otros, porque no tenían qué discutir en una cámara ante la crisis. Y muchos terminaron fundiéndose», dispara el directivo.
Sin embargo, con un escenario más benévolo para la industria 4.0, Freund asegura que Argentina tiene las condiciones para ocupar un lugar de privilegio a nivel regional en la creación de soluciones para distintas ramas de actividad, desde la energética y electrónica a aquellas vinculadas con la logística y software, entre tantas otras.
El sector espera que el próximo gobierno le permita recrear las estructuras que fue perdiendo y, con ello, las fuentes de empleo de alta capacitación técnico-profesional.
De ser así, esta rama de actividad -compuesta por más de 2.200 empresas y que es clave para el desarrollo del país- puede emplear a casi 100.000 personas, de las 60.000 actuales.
Es decir, la mitad de los 200.000 que había estimado el Gobierno que se van a generar gracias a la Ley de Economía del Conocimiento.