El diputado del FPV Matías Rodríguez destacó la “lucha de décadas” del movimiento de mujeres para lograr la despenalización del aborto y espera que pronto el Senado termine aprobando la ley. Consideró la votación de Diputados como “un gran paso” para saldar la deuda con las mujeres argentinas y resaltó la importancia de “quitar la carga cultural y religiosa” al momento de legislar.
Río Grande.- El diputado del FPV Matías Rodríguez analizó por FM Aire Libre el resultado de la votación de ayer en la Cámara baja, y la decisión de los cinco parlamentarios fueguinos de votar a favor del aborto legal, seguro y gratuito.
“Fue un día histórico, realmente al ver tanta juventud, tanta gente en la calle. Se estimaba que había 800 mil personas en algún momento. Yo tuve la oportunidad de salir del recinto, caminar la calle, estar entre la gente, y se sentía una demanda que por lo menos mi bloque venía interpretando”, dijo.
“Estoy convencido de que en Argentina la mujer no es totalmente libre y es una gran deuda que tiene nuestro país. Se logró un gran paso para poder empezar a saldar esa deuda”, subrayó.
Consultado sobre otra deuda pendiente, que es la educación sexual para decidir, recordó que “había sido sancionada hace años en Argentina, y es uno de los reclamos del movimiento de mujeres, que encabeza esta lucha y viene realizando estos reclamos de manera ejemplar. El proyecto que se votó venía ingresando año tras año en la Cámara de Diputados y el movimiento de mujeres insistía en que llegara al recinto. En un momento ellas reclamaron que la ley de educación sexual no se estaba cumpliendo en las provincias, o se cumplía a medias. Inclusive teníamos el reclamo de muchos jóvenes en distintas provincias, incluida Tierra del Fuego, porque no se estaba dando todo el contenido que debía tener la educación sexual”, expresó, sobre un punto donde también sigue existiendo resistencia desde los sectores religiosos.
“En el proyecto hay un artículo que profundiza sobre esto y es clave, porque toda la campaña del movimiento de mujeres tiene como primer punto la educación sexual. Se reclaman anticonceptivos gratuitos como segundo punto, y como último punto la libertad de la mujer para decidir sobre su cuerpo, incluida la interrupción de un embarazo”, remarcó, asegurando que “en el proyecto de ley, van a encontrar que esto está plasmado”.
Respecto del cambio de postura del diputado Roma, luego de participar de marchas en Río Grande en contra del proyecto, dijo que mantuvo diálogos tanto con Roma como con Stefani, uno de los indecisos: “Yo tuve diálogo con ellos, desconocía lo que había dicho Stefani antes y conocí la posición en la sesión. De Roma sabía que había sido firmante de otro proyecto, hablé con él y reafirmó sus valores personales, dijo que no está de acuerdo con el aborto; pero después de tanto debate antepuso su rol de legislador a sus convicciones personales. Eso me parece que fue una deconstrucción que le pasó a muchos legisladores, porque más de uno lo expresó en este sentido, y migraron de una posición a otra. Parece que fue importante el nivel de debate que hubo en las comisiones, con más de 700 expositores”, dijo.
Consultado sobre el papel de la diputada Carrió, que según dijo estuvo “encerrada rezando” durante el debate y reapareció enojada con Cambiemos, planteó que “uno termina dedicándole unos minutos a una persona y no veo desde dónde pudo haber aportado, porque ingresó en los últimos minutos, hizo una especie de show, buscando algún tipo de notoriedad para que se hable de ella, pero lejos estuvo de generar un aporte a la discusión o al proyecto. Hubo muchísimo tiempo para generar aportes, porque lo que se votó fueron nueve proyectos unificados. Esto no se da de un día para otro, significó muchísimo debate. Hubo diputadas de Cambiemos, del FPV, de la izquierda, del justicialismo, de la UCR en una misma sintonía hablando de este proyecto, y me quedo con eso, para que no nos distraigan este tipo de shows que nada tienen que ver con la política real ni con la construcción de la sociedad”.
La libertad de conciencia
En cuanto a uno de los 22 artículos de la ley, que habla de la libertad de conciencia, explicó que “las instituciones de la salud no pueden objetar libertad de conciencia, pero se garantiza para el individuo médico que no quiera dar acceso a este derecho. Estipula un procedimiento para que la institución pública o privada garantice la asistencia a la mujer dentro de los cinco días. Si no pudiese porque no tiene médico interviniente, tiene que hacer una derivación, pero siempre buscando preservar el derecho de la mujer que decide la interrupción, para que sea rápida y dentro de esos cinco días que prevé la ley”.
Si los médicos se niegan a practicar el aborto, reiteró que “está contemplada la libertad de conciencia y se pide que el médico avise en la clínica donde trabaja que no quiere realizar interrupciones de embarazo. Simplemente con este aviso la institución tiene que tomar los recaudos para no impedir el acceso al derecho. No está escrito cuáles son esos recaudos porque todavía falta que la ley pase por el Senado y la reglamentación, donde se verá en detalle las herramientas que tendrá que generar el instituto de salud para garantizar el derecho”.
Marcó “una diferencia entre la institución de salud que tiene que garantizar el derecho y el cuidado que hay hacia el médico, que puede apelar a la objeción de conciencia y deberá avisar a la institución para que tome los recaudos. Se pide que el aviso sea antes, para que la institución tome los recaudos y no invalide la protección del derecho de la mujer”, sostuvo.
Con relación a los menores de edad, en caso de que la menor no quiera practicarse el aborto pero los padres sí, aseguró que “siempre hay un abordaje en conjunto. La ONU el 6 de junio giró un escrito en este sentido a la Argentina, sobre el especial cuidado que hay que tener respecto de la voluntad del niño, niña o adolescente. Esto quedó plasmado en el proyecto y el niño, niña o adolescente, tiene derecho a ser oído. El abordaje es integral”, reiteró.
También aclaró que en esta ley no se tiene en cuenta el motivo por el cual se quiere interrumpir un embarazo, a diferencia de otras donde se debía plantear una violación. “No evaluamos esto, y si es cierto o no que una mujer fue violada. Hay leyes de años anteriores vinculadas con la posibilidad de interrumpir el embarazo en caso de violación, que no es este caso donde se atiende la decisión de la mujer sin exigir que justifique el motivo”.
Además se le preguntó qué ocurre si el padre biológico no quiere que la mujer aborte: “Esto también se tomó en cuenta. Había médicos a favor y en contra, pero la posición de los biólogos fue plantear que el embrión no es una persona, por lo tanto no hay una mamá sino una persona gestante, y en este caso el varón no tiene nada que ver con la libertad absoluta de la mujer y la autonomía de su cuerpo. El embrión no es una persona y por eso se puede congelar”, comparó en base a otras leyes vigentes vinculadas son salud reproductiva. “El aborto por violación ya era legal y también implica un embrión”, agregó sobre una práctica permitida y legalizada, que también avanzó por sobre el planteo de vida desde la concepción. “Acá estamos sumando la autonomía de la mujer para decidir”, manifestó.
“Uno cuando legisla debe quitar la carga cultural, religiosa, que debe quedar en el ámbito laico. Tenemos que pensar en la legislación de un estado laico, porque solamente un estado laico garantiza que cada una de las personas del país pueda profesar la religión que quiera. Además, el aborto está, no es que va a haber abortos a partir de hoy. Hay un promedio de 1.300 abortos diarios y 450 mil abortos anuales. Nosotros necesitábamos generar presencia del Estado y este no es un proyecto pro-aborto, sino que genera la libertad para que la mujer deje de ser estigmatizada y perseguida. Esto no significa que pueda decidir no abortar, pero hoy todavía es una cuestión ilegal y tenemos que generar las herramientas para el cuidado, frente a un problema de estricta salud pública”, concluyó.