Hubo gestos de fraternidad, abrazos de la paz y una imagen de cercanía personal pocas veces vista entre Alberto Fernández y Mauricio Macri. El pedido de unidad de la Iglesia en la basílica de Luján obligó ayer al presidente entrante y al saliente a mostrase en abierta sintonía. La convocatoria fue para terminar con “tantos desencuentros y peleas”. Acudieron los principales dirigentes del gobierno actual y del que asumirá el 10 de diciembre
Luján.- El presidente electo y el actual Jefe de Estado llegaron por separado a la Basílica de Luján y se reunieron a las 11, poco antes de comenzar la misa por el día de la Virgen María en el Museo Colonial. Con sus respectivos gabinetes presentes, intercambiaron unas pocas palabras y se los vio distendidos. «Fueron unas palabras protocolares y de buena sintonía”, expresó un allegado al presidente electo.
Después de ese breve intercambio ambos dirigentes se dirigieron hacia el altar dispuesto al aire libre frente a la imponente Basílica. En ese instante se escucharon algunos gritos contra Macri. También contra el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
En la disposición protocolar de la misa se ubicó todo el futuro gabinete de Fernández hacia la izquierda y el de Macri a la derecha. Tres ausencias notables llamaron la atención: la de la vicepresidenta electa Cristina Kirchner, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Los funcionarios y dirigentes que escuchaban la misa no intercambiaron más que saludos formales hasta que llegó el momento en que el arzobispo de Luján Jorge Scheining invocó por el abrazo de la paz. Ese fue el momento culmine de la misa histórica de hoy: Fernandez y Macri se fundieron en un abrazo largo y después cada uno de ellos saludó a los ministros y secretarios de cada sector oponente. También los ministros se cruzaron allí en abrazos y deseos de paz. Se los pudo ver juntos al futuro jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el ministro del Interior Rogelio Frigerio, a Peña con Gabriel Katopodis o a Gabriela Michetti con Gustavo Béliz.
Para ese entonces, el obispo de Luján ya había mencionado en su homilía dirigida casi en forma excluyente a Macri y Fernández que “la unión del pueblo es una tarea, una lucha que comienza en el corazón de cada uno y allí debemos ser capaces de vencer egoísmos profundos, vanidades, narcisismos, maldades y hasta la propia mentira que nos fabricamos para vender una imagen que no soy yo”. Este y otros pasajes fuertes del mensaje del prelado arrancaron aplausos de la gente que escuchó la mi
“Es un día histórico y de encuentro para la Patria”, dijo a Infobae un efusivo Eduardo Valdés al salir de la misa.
Fue también desde la multitud donde se escucharon gritos contra el presidente saliente y el entrante por sus posiciones a favor del aborto. “Asesinos, no al aborto”, gritó una mujer que les arrojó un pañuelo celeste y la acompañaron otro grupo reducido cerca de las comitivas. Se vieron también entre la multitud banderas de la Multisectorial nacional gremial y panfletos del radical kirchnerista de Luján Marcelo Montero.
Las palabras de monseñor Sheining impregnaron profundo entre las comitivas. “Estamos agostados de tantos desencuentros y peleas”, fue una frase del obispo de Luján que resaltaron en coincidencia varios referentes del macrismo y el kirchnerismo a la vez.
También hubo un efusivo aplauso de las comitivas y los feligreses cuando Sheining pronunció el mensaje del Papa Francisco referido directamente a que “caminemos juntos todos, cuídense entre ustedes y no se hagan daño”.
El otro gesto que despertó entusiasmo en la misa y entre la dirigencia política fueron las palabras finales que evangelistas, judíos y religiosos islámicos pronunciaron en otro reiterado pedido por la unidad y el combate contra la pobreza.
En el gabinete de Macri casi no hubo ausentes. Se los vio a Frigerio, Peña, Oscar Aguad, Jorge Faurie, Bullrich y Carolina Stanley, entre otros. La ciudad de Buenos Aires también estuvo representada por el ministro de Gobiernio, Bruno Screnci.
Del lado del gobierno entrante se los vio a Béliz, Cafiero, Wado de Pedro, Felipe Sola, Gabriel Katopodis, Nicolás Trotta, Marcela Losardo, Juan Pablo Biondi, Julio Vittobelo, Daniel Arroyo y Guillermo Oliveri, entre otros.
Sobresalió la figura de Roberto Lavagna que fue uno de los más aplaudidos al entrar, quizás un gesto de la militancia que abrazó al nuevo gobierno para romper con la grieta y atender el reclamo de unidad de la Iglesia en Luján.