El ex gobernador, después de finalizado el mandato de cuatro años, aseguró que no compartía las políticas de la gestión Bertone y que tuvo una mala relación con gran parte del gabinete. Además, reveló que no quería integrar la fórmula nuevamente para las elecciones de este año, que terminó perdiendo. No reparó en reproches a Bertone por haber montado “una campaña en su contra” a través de distintos medios y redes sociales. Concedió que tenía rumores de que esto ocurría, pero “uno no lo quería creer. Por los acontecimientos que me tocó vivir en estos últimos tiempos, era como me comentaban”, dijo. Acusó a los ex funcionarios que “operaron” en su contra, gobernadora incluida, de estar “llenos de odio”. No tienen “ni un solo voto en la sociedad y llegaron por el dedo de alguien”, disparó, diferenciándose porque puede “caminar la calle con tranquilidad” y recibe “el cariño de los vecinos”. Sin ofrecimiento de cargos hasta el momento, disfrutará de su jubilación junto a su familia.
Río Grande.- El ex vicegobernador Juan Carlos Arcando decidió despedir el año con una sucesión de reproches a quien fuera su compañera de fórmula, a la que acompañó en los cuatro años de gestión y con quien aspiraba también a la reelección.
Tomó distancia de las políticas implementadas durante el gobierno de Bertone y afirmó que no las compartía, no obstante lo cual acompañó en función del proyecto. Incluso reveló que no quería ser parte de la fórmula de la reelección, aunque terminó aceptándolo. El punto de quiebre fue la “campaña” montada en su contra de la que hizo responsable a la propia Bertone y a parte de su gabinete, al punto de señalar que “no quería creer” que se manejaban de esta manera, hasta que le tocó convertirse en blanco.
Por Radio Provincia, se le preguntó en principio sobre su futuro político y, hasta ahora, no tiene ofrecimientos de ningún cargo. “Por el momento descanso, estoy jubilado y me voy a tomar un par de meses para disfrutar de la familia y ordenar cosas personales. Después veremos qué me depara el destino”, manifestó.
Hace pocos días barajaba un cargo nacional, no descartaba uno provincial como tampoco en las municipalidades, fundamentalmente en Tolhuin donde el intendente es de su fuerza política. “Si bien estuve en contacto con algunos compañeros a nivel nacional, ninguno tenía definido qué lugar iba a tener. No profundicé ninguna charla en ese sentido y después de que regresé a la ciudad decidí disfrutar un poco de la familia. No voy a decir que no tuve diálogo y algún ofrecimiento, pero por el momento no hay nada. Si alguno necesita algún consejo o sugerencia, pueden contar conmigo desinteresadamente”, dijo.
Repasó que fue “jefe de la UDAI Ushuaia de ANSES” y ocupó varios cargos. “Fui concejal, Secretario de Obras Públicas, legislador, vicegobernador y después me tocó gobernar la provincia por nueve días”, por lo que se considera calificado para cualquier puesto.
La campaña “impensada”
Respecto de los ataques mediáticos de Bertone y su entorno, aseguró que “jamás pensé que hicieran la campaña que hicieron lo doce días antes de finalizar el mandato el 17 de diciembre. No sé cómo calificar esa campaña, pero realmente fue terrible esos días, de parte de quienes no tienen un solo voto en la sociedad y llegaron por el dedo de alguien. Yo cuando llegué a algún cargo, fue por los votos de la gente y en su momento fui el concejal más preferido, pero esta gente que estaba designada a dedo en la provincia se encargó de hacerme una campaña terrible, siendo que fui una persona muy leal, a pesar de que no coincidía con muchas cosas”.
“Me dolió que ella también (por Bertone) se pusiera al frente de esas críticas de las cosas que yo hice. Sabían bien cómo pensaba yo. Mi conciencia está tranquila pero sentí mucho dolor, porque hasta tomé una decisión que no quería tomar, para acompañar a un proyecto político de reelección, pensando que las cosas podían cambiar. Si hubiéramos resultado electos, después de estas actitudes hubiera sido peor aún de lo que fue el tránsito nuestro en los cuatro años que nos tocó estar al frente de la provincia”, sostuvo, exponiendo una relación tortuosa que, hasta ahora, quedaba en rumores.
Arcando reconoció que le habían llegado versiones de operativos que se montaban contra opositores, pero había elegido no creer, hasta que le tocó: “Muchos me lo decían y uno no lo quería creer, pero por los acontecimientos que me tocó vivir en estos últimos tiempos era como me comentaban”, dijo, y lo definió como “una página amarga de la historia uno de la vida política. Hoy tengo que mirar hacia adelante, estar al lado de mi familia y de los vecinos que siempre me acompañaron. Me llevo el cariño que siento cuando transito las calles de Ushuaia, porque los vecinos me saludan”.
Acusó “a los que enviaron tuits y usaron las redes sociales para denigrarme como persona” de estar “llenos de odio. Ese odio que tienen lo manifestaron a través de las redes sociales. Yo ya dije que en mi mochila no cargo ni odios ni rencores, lo único que cargo es paz y tranquilidad. El pueblo tanto a ellos como a mí nos dio su apoyo, pero ellos no lo han sabido valorar. Yo sé valorar y me llevo la tranquilidad de haber hecho todo lo que pude. Uno se da cuenta después de que deja la función de que ha estado con gente que muchas veces no pensaba lo mismo” dijo, con un dejo de arrepentimiento.
A lo largo de los cuatro años de gestión “con muchos del gabinete tuve diferencias y muchos escribieron en las redes sociales. Algunos fogoneaban en silencio”, agregó sobre esta supuesta campaña, pese a lo cual se mostró satisfecho por haber llegado a ser gobernador. “Me tocó gobernar la provincia por nueve días y llegar a ese lugar es lo mejor que a uno le puede pasar”, evaluó.
Cuestionó que Bertone no quisiera llevar adelante la transición y el malestar que le causó que él sí abriera la información al nuevo gobierno. “Ellos no pudieron llevar adelante la transición y ojalá hubiéramos tenido más tiempo, porque el pueblo merecía un gobierno que pudiera abrir las puertas en la transición. Si se pierde una elección, al otro día hay que acompañar a quien fue electo, porque si a esa persona le va bien, nos va ir bien a todos. Si se ponen trabas, no le va ir bien al pueblo. No lo pudimos lograr porque fue muy poco tiempo, pero hicimos lo humanamente posible y abrimos todo lo que pudimos, aunque nos faltó tiempo para brindar toda la información”, lamentó.
Expresó su deseo de que “le vaya bien al profesor Gustavo Melella como gobernador de la provincia, a la vicegobernadora, a Walter, a Daniel y a Martín Pérez. Si al gobierno y a los intendentes les va bien, a los que vivimos en la provincia nos va a ir bien también”.
La fórmula forzada
Consultado acerca de si realmente no estaba de acuerdo en conformar la fórmula con Bertone, lo reconoció y dijo que “no me arrepiento de la decisión que tomé en su momento, pero si me preguntan hoy con el diario del día después, obviamente que sí, porque no pensé que podían actuar de esta manera. No se actúa así con una persona que decían que le tenían toda la confianza y todo lo que ponderaban de mi persona en ese momento, para después terminar como terminaron hacia mi persona, diciendo las cosas que dijeron de mí. Utilizaron todos los elementos que tenían a disposición, pero ya está. Yo lo aclaré con el periodista de TN en mi despacho, que me dijo incluso ‘vamos a ver cómo lo editan’, porque uno sabe que lo pueden editar. Ojalá hubieran pasado la entrevista completa. Yo contesté todas las preguntas que me hicieron porque nunca tuve nada para esconder. Sacaron algunas partes porque la nota fue mucho más larga de lo que apareció en los medios, y uno sabe que esto puede ocurrir. Yo me quedo tranquilo porque el periodista me dijo que estuve abierto a contestar todas las preguntas, y siempre he sido así”, manifestó.
Sobre la imputación de “traidor” que le valió desde el bertonismo el haber facilitado la información al gobierno entrante, dijo que “si hubiera sido eso, hubiera tomado la decisión de no acompañar. Mañana es Navidad y espero que el señor pueda cambiar el corazón de estas personas, que lo único que llevan es odio y rencores. Yo no soy así. Es un trago amargo de mi historia personal en la política, pero hay que mirar hacia adelante, porque nos merecemos una Tierra del Fuego mejor”, priorizó.
“Si querían que uno se amargara, lo pudieron haber logrado en su momento, porque a uno le duelen estas cosas, pero ya pasó. Hay que mirar hacia adelante. Ellos seguirán cargando en su mochila las cosas que hicieron en su momento, pero yo no. No voy a negar que me dolieron, y pensé qué equivocado que estuve, pero no se puede hablar con el diario del día después. Yo tendría que haber hecho lo que tenía pensado en su momento y ellos lo sabían”, dijo de sus aspiraciones al municipio de Ushuaia.
“Todos lo sabían, sabían cómo pensaba, y cuando me dijeron que posiblemente renunciara Bertone les dije que había que hacer el bastón y la banda, porque todos los gobernadores se estaban haciendo el bastón, incluso el propio presidente de la Nación. Guste o no, es un atributo que lo tenés que tener. En un momento tuvimos cinco presidentes, y los cinco tuvieron la banda y el bastón en la Argentina del 2001. Es parte de los atributos que debe tener un gobernante. Si ven el bastón de mando que tenía, era el más sencillo de toda la Argentina, por el material que se utilizó. No era ni plata, ni oro, ni nada, sino que eran las vainas de las balas que utilizaron nuestros soldados en Malvinas y el orfebre Pallarols había recogido. Yo me fui con mi bastón, con mi banda, me los pagué yo y hoy estoy en Ushuaia en lugar de tomarme vacaciones. No importa, allá ellos”, cerró, deslizando cierta responsabilidad de la gobernadora y su entorno con haber tenido que destinar sus ahorros a pagar los atributos, y resignar las vacaciones que había planeado.