El Tratado Antártico entró en vigor el 23 de junio de 1961, al obtener la ratificación parlamentaria de todos sus signatarios originales. La Argentina es Estado miembro y mantiene un reclamo de soberanía reivindicando el denominado “Sector Antártico Argentino”, definido por el paralelo 60º Sur como límite Norte, y los meridianos 25º y 74º de longitud Oeste. A su vez, los reclamos de Chile y el Reino Unido se superponen con el argentino. El del Reino Unido abarca por completo el sector reclamado por la Argentina, y el chileno se superpone parcialmente. Desde 1947, Chile y la Argentina se reconocen mutuamente derechos de soberanía en la Antártida, quedando pendiente la delimitación en la parte superpuesta de sus reivindicaciones. El próximo sábado se cumplen 116 años de presencia argentina en la Antártida.
Como resultado de las experiencias del Año Geofísico Internacional -iniciativa multilateral que imprimió un fuerte énfasis a la ciencia y la cooperación antárticas- el 1 de diciembre de 1959 Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica y la entonces Unión Soviética firmaron en Washington el Tratado Antártico, con el objeto de asegurar la libertad de investigación científica y la promoción de la cooperación internacional con fines científicos en la Antártida, y para garantizar que el sexto continente tuviera usos exclusivamente pacíficos. El Tratado Antártico entró en vigor el 23 de junio de 1961, al obtener la ratificación parlamentaria de todos sus signatarios originales.
La Argentina es Parte Consultiva del Tratado Antártico desde su entrada en vigor en 1961. Son Partes Consultivas (con voz y voto) aquellas que hayan demostrado un interés en la Antártida a través de la conducción de investigación científica importante ya sea mediante la apertura de una Base o mediante la ejecución de una expedición a la Antártida. El Tratado tiene hoy 54 Partes, (29 son Partes Consultivas, el resto son adherentes), las cuales se reúnen anualmente para tomar las decisiones necesarias para asegurar su adecuada implementación.
Reclamos de soberanía en la Antártida
Siete de esos doce países mantenían en aquel momento reclamos de soberanía en distintos sectores de la Antártida. La Argentina era uno de ellos, reivindicando soberanía en el denominado “Sector Antártico Argentino”, definido por el paralelo 60º Sur como límite Norte, y los meridianos 25º y 74º de longitud Oeste. A su vez, los reclamos de Chile y el Reino Unido se superponen con el argentino. El del Reino Unido abarca por completo el sector reclamado por la Argentina, y el chileno se superpone parcialmente. Desde 1947, Chile y la Argentina se reconocen mutuamente derechos de soberanía en la Antártida, quedando pendiente la delimitación en la parte superpuesta de sus reivindicaciones.
Por su parte, Estados Unidos y la Unión Soviética reservaron sus fundamentos para efectuar reivindicaciones territoriales sobre la región antártica en un futuro. El resto de los Estados no reclamantes no reconocen reclamos sobre ninguna porción de la Antártida.
Con el objeto de evitar que el asunto de los reclamos pudiera extenderse, el Tratado establece que, mientras esté vigente, no se efectuarán nuevas reclamaciones de soberanía en la Antártida, ni se ampliarían las ya existentes.
En virtud del Artículo IV del Tratado Antártico, los reclamos de soberanía se encuentran bajo una fórmula de salvaguardia, que se conoce como “congelamiento” de los reclamos. El Tratado dispone que nada en el Tratado ni las actividades llevadas a cabo luego de su entrada en vigor puedan ser interpretadas como una renuncia o menoscabo de los derechos de soberanía, de los fundamentos de esos reclamos o de la posición de los países con reclamos de soberanía. De esta forma, al no afirmar ni desconocer derechos territoriales, el Tratado preserva la posición de los Estados reclamantes, al tiempo que la armoniza tanto con los países que reservan sus fundamentos de reclamación, como con aquellas Partes que desconocen cualquier tipo de reivindicación de soberanía.
Otras disposiciones del Tratado
Para asegurar un efectivo sistema de consulta mutua, el Tratado resolvió que sus miembros se reunieran a intervalos regulares (al inicio fue una vez cada dos años, y luego, a partir de 1991, se decidió acortar el período a un año), en sedes rotativas, en lo que se conocería como las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico (RCTA).
Asimismo, y con el objeto de garantizar que todas las disposiciones del Tratado pudieran ser fiscalizadas, y de esa manera poder aplicarse en forma eficaz, el Artículo VII establece que cualquier país parte del Tratado tiene el derecho a llevar a cabo inspecciones a las instalaciones antárticas de los otros países, lo cual no sólo incluye a bases sino también a equipos, navíos y aeronaves.
El Tratado establece también la prohibición de realizar explosiones nucleares –disposición propuesta originalmente por Argentina-, así como de eliminar desechos radiactivos en la Antártida. Asimismo, el Tratado prohíbe cualquier actividad de carácter militar en el continente, con excepción del apoyo logístico a investigaciones científicas u a otras actividades con fines pacíficos realizado por personal militar.
Sistema del Tratado Antártico
Se entiende como Sistema del Tratado Antártico al conjunto de normas e instituciones surgidas del Tratado Antártico, esto es, el texto del Tratado Antártico, los instrumentos internacionales asociados al Tratado y todas las medidas e instituciones creadas a partir de dichos instrumentos. Estos instrumentos asociados incluyen tres acuerdos logrados en el seno de las RCTAs, o bien a partir de ellas: La Convención sobre la Conservación de Focas Antárticas (CCFA, o CCAS, 1972), La Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA, o CCAMLR, 1980) y el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente y sus Anexos (Protocolo de Madrid, 1991).
La Secretaría del Tratado Antártico
En sus primeros treinta años de existencia, hasta 1991, el Tratado Antártico funcionó en base a una secretaría no permanente, que rotaba en forma paralela a la organización de las Reuniones Consultivas (RCTA). Durante la XXIV RCTA (San Petersburgo, 2001), y tras casi 10 años de arduas negociaciones, se obtuvo finalmente un Acuerdo de Sede para la instalación de la Secretaría Permanente del Tratado Antártico en Buenos Aires, la cual fue inaugurada el 7 de septiembre de 2004.
La Secretaría es una entidad administrativa, cuyo Secretario Ejecutivo es un funcionario internacional elegido por la Reunión Consultiva del Tratado Antártico.
Presencia argentina en el continente blanco
Si bien las campañas antárticas tal como las conocemos hoy arrancaron en 1947, fue en enero de 1904 cuando bajo la presidencia del General Roca la República Argentina compró las instalaciones de lo que había sido un albergue temporario de expedicionarios escoceses, que al mando de William Speirs Bruce habían pasado momentos poco gratos cuando quedaron atrapados por los hielos polares. El gobierno argentino tomó posesión oficial de las precarias instalaciones el 22 de febrero de 1904, quedando las mismas a cargo del Ministerio de Agricultura. La primera dotación que habitó el asentamiento de las Orcadas incluyó a un meteorólogo, un zoólogo, un especialista en ganado y un cocinero «heredado» de la expedición de Escocia.
Anteriormente, en noviembre de 1903, una dotación de marinos argentinos al mando del Teniente Julián Irizar llegó al confín del mundo a bordo de un diminuto barco, la Corbeta Uruguay. A más de 100 años de aquella hazaña, la corbeta descansa en el dique 4 de Puerto Madero y el emblemático rompehielos de la Armada Argentina porta el nombre de «Almirante Irizar», en honor al líder de aquella expedición de rescate.
La Antártida hoy
Luego de atravesar distintas configuraciones, el sostenimiento logístico de la actividad antártica está hoy en manos del Estado Mayor Conjunto de las FFAA, por intermedio del Comando Antártico Conjunto, a cargo del General de División Justo Treviranus. El jefe militar dialogó con Infobae hace exactamente un año.
-¿Cuál es la importancia para el país de tener actividad antártica?
-La importancia tiene más que nada que ver con el valor estratégico que tiene ese continente para la nación. Hacemos no solo presencia física, sino que además a través de la ciencia el país hace un aporte fundamental a la comunidad nacional e internacional. Cada vez son más los países que descubren el valor excepcional que tiene para una nación tener presencia antártica.
–Siendo la Antártida una zona de paz, ¿qué hacen allí los militares?
-Obviamente en la Antártida no se realizan actividades militares, lo que hacemos allí es proporcionar apoyo logístico en un todo de acuerdo con las directivas políticas que recibimos a través del Ministerio de Defensa y de las directivas del Estado Mayor Conjunto. Simplemente desplegamos los medios terrestres, aéreos y navales que tenemos y que constituyen un apoyo fundamental a la actividad científica argentina.
-¿Cuál es el despliegue de personal y medios que se hace en la Antártida anualmente?
-Tenemos seis bases permanentes y siete temporarias ( que abren solo en verano); atender las mismas implica no solo contar con dotaciones militares que apoyen a los científicos integrando las dotaciones que viven en el continente blanco, sino además movilizar buques, aviones y helicópteros para tender los puentes marítimos y aéreos necesarios para unir el Continente Americano con el Continente Antártico.
Son cientos de hombres y mujeres, aeronaves de gran porte como los Hércules C130 y otros más versátiles como los Twin Oter, buques logísticos al margen, claro está, de la herramienta por excelencia que es el rompehielos Almirante Irizar, el sostén logístico principal.
-¿Qué significa para un militar, ser el Comandante Antártico?
-En lo personal, luego de más de 40 años de vida militar es un verdadero honor, pero la idea es rescatar a todo el equipo que conforma el esfuerzo antártico. Desde los distintos comandantes de unidades y jefes de base, hasta todos y cada uno de los miembros de las 3 FFAA que se han integrado en forma sobresaliente y que llevan adelante con precisión y profesionalismo su misión en esas alejadas y heladas latitudes de la patria.
Vale acotar que, en el presente, el Rompehielos Irizar se encuentra realizando la segunda etapa de la campaña antártica 2018/19, continuando su tarea de reaprovisionamiento y recambio de dotaciones civiles y militares, aún restan dos etapas más, con lo que se estima que continuará en alta mar hasta por lo menos mediados del mes de abril.
Durante el día de hoy, el personal destinado en las diferentes bases fue felicitado mediante un radiograma y el próximo martes, en las instalaciones del Museo del Bicentenario, tendrá lugar el acto central que contará con la presencia del Presidente de la Nación Mauricio Macri.
Fuentes: Gobierno argentino e Infobae.