El Ministro de Trabajo manifestó que, para un comercio con dos empleados, que tienen un promedio salarial de 60 mil pesos, una PyME necesita entre 200 y 250 mil pesos, y abogó por acuerdos de reducción salarial para proteger las fuentes de trabajo. Planteó que los ATP están llegando solamente a algunas empresas que tienen normalizada la situación. Paralelamente se están gestionando los REPRO para las industrias en crisis, que prevén el pago del total de la masa salarial por un año. Respecto de la asistencia del Gobierno provincial a toda la demanda, admitió que “no tiene espalda” y que incluso el Gobernador analiza pedir ayuda a Nación, de ser necesario, para afrontar el pago de los sueldos de los empleados de la administración pública.
Río Grande.- El ministro de Trabajo Marcelo Romero planteó la crítica situación de la provincia para atender toda la demanda generada por la paralización de la actividad económica, y abogó por acuerdos de reducción salarial en el ámbito del comercio.
Por FM La Isla, sostuvo que “la prioridad sigue siendo la salud pero también la preservación de las fuentes de trabajo, el no quiebre de la empresa para que el trabajador pueda tener continuidad. Muchos criticaron el acuerdo de UOM y AFARTE pero nosotros entendimos que teníamos que sincerar a la sociedad sobre cómo viene la mano. Hay una herramienta importantísima que podemos llevar adelante a nivel provincial, como es la suspensión y reducción salarial prevista en el artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo. Esta reducción salarial permite a los trabajadores mantener la fuente laboral y en esto estamos trabajando”, dijo.
“Todos los gremios son libres y los trabajadores son libres de decidir, pero nosotros estamos dándoles este mensaje, porque hay que buscar todas las formas de preservar el trabajo”, subrayó, previendo que “esta cuarentena puede durar tres meses o más. Yo le dije al gobernador, a los legisladores y a todo el que me pregunta que no estoy preocupado por el sector industrial, los textiles o los plásticos, que agrupan quizás el número más importante de la población económicamente activa. Lo que me preocupa es el comercio minorista, que no tiene las espaldas suficientes para afrontar dos o tres meses los salarios y las cargas laborales, sin ingreso de recursos, además de impuestos provinciales y tasas municipales”.
“Un empleado de comercio aproximadamente cobra 60 mil pesos de bolsillo y esto implica 110 mil pesos en total de masa salarial. Un comercio con dos empleados tiene que pagar entre 200 y 250 mil pesos, sin tener ingresos y la situación es gravísima”, afirmó.
“Hay gente que lo está afrontando con mucho esfuerzo, pero hay situaciones donde no se puede y, si no hay acuerdos de reducción salarial, peligra la fuente de trabajo. El comercio que se cierre en este tiempo va a ser difícil de recuperar en un año o año y medio, y el trabajo que se pierde por ese comercio durante la cuarentena no lo consigue nadie. Hacia fin de año o mediados del año que viene también va a ser imposible conseguir otro trabajo, porque la actividad económica va a estar aletargada, regresiva. Se va a mover, pero no va a tener la contundencia que se necesita para ir recuperándose”, avizoró.
“Ya venimos de cuatro años desventajosos, con importaciones que cercenaron la posibilidad de producción local y, sumado todo esto a la cuarentena, trae aparejados un sinnúmero de inconvenientes en lo laboral. Hace poco tiempo se creó un plan nacional de Asistencia al Trabajo y la Producción, los ATP, que ya empezaron a llegar a la provincia. Esto implica por 60 días el pago del 50% de la masa salarial y el diferimiento impositivo del SIPA –Sistema Integrado Previsional Argentino-, que son los aportes y contribuciones a nivel nacional. Esta ayuda está llegando a algunas empresas que se registraron y fueron avaladas, pero no olvidemos que normalmente las empresas medianas a grandes son las que tienen normalizada su situación. Esto difícilmente ocurra en un comercio de barrio y el trámite les resulta oneroso, porque tiene que recurrir a un contador y quizás quedaron afuera de este esquema”, expuso.
También tuvo en cuenta la informalidad en estos comercios chicos, que “generalmente dan empleo al hijo o a un familiar, que no están registrados y trabajan en negro, y es otra variable que tenemos”.
REPRO para la industria
Por otra parte, mientras plantea reducción salarial para los empleados de comercio, dio a conocer las gestiones para el pago total de la masa salarial en algunas fábricas en crisis. “Otra herramienta son los REPRO para la industria, pequeña y mediana empresa, que es una asistencia de Recuperación Productiva. Estamos hablando con nación sobre algunas empresas clave en la provincia, como Textil Río Grande, Ambassador Electrónica de Ushuaia, Digital Fueguina. Es un programa que prevé el pago de toda la masa salarial por un plazo de 12 meses, para que la empresa empiece a carretear y tome vuelo, y se mantengan las fuentes de trabajo y la productividad”, recordó.
“En videoconferencias que hemos tenido con el Ministro de Trabajo de Nación y ministros de otras provincias, el Ministro nos dijo que la última crisis fue en 2009 y la Nación asistió a 4 mil empresas. Hoy están pidiendo asistencia 250 mil. Esa magnitud habla a las claras de la crisis que estamos viviendo”, subrayó.
Gobierno sin espalda
Consultado sobre la capacidad del gobierno para asistir a toda la demanda de diversos sectores, reconoció que no la tiene: “Indudablemente al ser una cuestión excepcional, muchas veces tenemos que ir detrás de la ola ante las cuestiones que se van planteando en la vorágine de esta situación. La primera atención fue para las personas que no estaban trabajando y necesitaban recursos, como el inmenso universo de cuentapropistas, es decir gasistas, electricistas, changarines, albañiles, la gente que vendía alimentos en las veredas. La otra prioridad fue el comercio en la cuestión salarial, y ahí se establecieron créditos tanto del banco provincia como del banco Nación a tasas fabulosas del 24%. Al principio fue mínimo pero hoy el BTF ha volcado cerca de 200 millones de pesos en estas líneas crediticias, a efectos de pagar la masa salarial. Es cierto lo que dicen los comerciantes respecto de que el período de gracia es ínfimo, porque son dos meses, y después hay que empezar a pagar el crédito. En el caso de los hoteleros o de la actividad turística, esta ayuda es ínfima porque son las actividades que menos expectativas tienen de volver a reactivarse en el corto tiempo”, planteó.
“Si uno analiza el comercio minorista, como una ferretería, una óptica, un comercio de barrio o un corralón, es interesante esta herramienta. Para el comercio minorista el Ministerio de Producción y Ambiente está preparando una asistencia crediticia a modo de subsidio, porque más allá de no tener los papeles en regla, hay que mantener la fuente laboral y en esos casos se otorgan subsidios. La Ministra de Producción ha estado registrando la situación de muchos comerciantes minoristas”, aseguró.
También alertó sobre la posibilidad de que no alcance el dinero para los salarios estatales: “Si el gobierno de la provincia retrocedió en el acuerdo de aumentos salariales que había comprometido, es porque el faltante de dinero es importante. Los pequeños comerciantes, medianos y la actividad industrial no pueden afrontar sus obligaciones y eso significa que recibamos menos impuestos. Las regalías hidrocarburíferas se reducen hasta un 30% e indudablemente la provincia no tiene espalda para afrontar toda la crisis. Otra de las desventajas que tenemos es que no podemos emitir dinero o valores. La Legislatura a través de los legisladores de la UCR y el MPF han acercado propuestas y el propio gobierno tiene una idea a partir de que la Legislatura sesione, y entre todos estamos buscando herramientas que buscan cómo conseguir dinero y cómo distribuirlo”.
“El propio gobernador ha dicho que, de ser necesario, prevé recurrir a Nación para solicitar una ayuda para pagar los salarios públicos de los empleados de la provincia. El Estado provincial no puede dejar de funcionar, porque es la rueda motora para que todo el sector activo de la provincia tenga los recursos necesarios. Poner la obra pública en marcha, permitirle a la obra privada que empiece a realizar algunas actividades, que el comercio minorista y la industria se pongan en marcha, tiene que ver con toda esta reactivación. Es muy difícil esta etapa, estar en el pellejo del presidente, del gobernador e incluso de los intendentes”, concluyó el ministro.