El ex gobernador Martín Torres instó a “reconquistar la jurisdicción marítima” como proyecto unificador, así como lo fue en su momento la provincialización de Tierra del Fuego. Relató la intervención de intereses británicos en su destitución y el intento de impedir la sanción de la ley. Sostuvo que la recuperación de nuestro mar “es el proyecto en que todos deberíamos coincidir porque ahí están los recuso económicos para nuestro futuro”, y destacó la decisión del presidente Alberto Fernández de derogar los tratados firmados por Menem y Cavallo que impiden esta reivindicación. “Este es un acontecimiento que nos convoca a trabajar con un sentido específico”, sentenció.
Río Grande.- El ex gobernador del Territorio Martín Torres y diputado nacional (mc), dialogó con Radio Universidad 93.5 a pocos días de un nuevo aniversario de la jura de la Constitución provincial. “Es un acontecimiento histórico y de suma trascendencia para nosotros, porque de esa manera nos incorporamos con plenos derechos al resto de la nación. Hasta ese momento éramos una dependencia administrativa del gobierno central”, dijo.
“El nacimiento de la provincia se produce el 26 de abril y el 1° de junio se va a conmemorar el aniversario de la jura de la Constitución de la provincia, que ya cumplió sus 30 años. En ese momento teníamos una deuda a nuestro favor y la posibilidad de dar los primeros pasos en buena situación económica y de reclamar nuevos derechos económicos. Inmediatamente después del golpe del ’76, cuando empezó toda la lucha en Tierra del Fuego para recuperar la democracia, se pensó en la provincialización. Cuando llegamos al ’83, el peronismo de Tierra del Fuego tenía estudiado el tema y el proyecto que implicaba la provincia. Luego la ejecución se dio a través de la diputación nacional, porque las provincias las crea el Congreso y fue mi tarea llevar adelante lo que me habían mandado mis votantes, que era lograr la provincia, y fue lo que hicimos. Los territorios nacionales no tenían la misma representación legislativa, no teníamos senadores. Como éramos un territorio nacional teníamos solamente dos diputados, cuando el mínimo es cinco, y yo estaba con Sciurano. Fue una tarea tremenda para lograr el trabajo que se hizo”, aseguró.
“Era un gobierno radical y por lo tanto el gobernador era designado por el Dr. Alfonsín. Tuvimos una gran discusión porque el radicalismo abrazó el proyecto de provincia chica y tuvimos que dar una gran pelea en Diputados y en Senadores para revertir esa posición. Finalmente triunfó el proyecto de provincia grande en al año ’90. En ese momento yo era gobernador, designado en el año ’89 por el presidente de la nación. Yo fui designado gobernador del territorio nacional y me transformo en un gobernador provisorio de la provincia, pero no electo. Estabillo es el primer gobernador electo y mi mandado como gobernador provincial surgía de la ley, que aconsejaba que los funcionarios que no hubieran sido electos siguieran en su cargo hasta entregar el mando a los electos en las primeras elecciones provinciales. Yo fui la mitad de mi mandato gobernador territorial y la otra mitad gobernador provisorio”, recordó.
La destitución
Se le preguntó por qué el ex presidente Menem le pidió la renuncia y terminó destituyéndolo, y reveló los intereses británicos que se mezclaron con las internas locales de ese tiempo. “Yo recomiendo leer el libro del Dr. Adrián De Antueno, que era ministro de gobierno, porque está sumamente detallada toda la experiencia del proceso de provincialización y el proceso de nuestro gobierno. Nosotros tuvimos una gran inestabilidad política producto de rencillas internas propias de Tierra del Fuego. Hasta tuvimos una rebelión policial, en ese momento promovida por un abogado de Ushuaia, ‘Titi’ Pena. La intención era ocupar mi lugar y empezó un proceso de inestabilidad. La Legislatura produjo una resolución en la que decía que no éramos provincia y teníamos que seguir denominándonos como Territorio Nacional. Esta situación generaba la suficiente confusión en Buenos Aires como para no darnos los recursos que reclamábamos. Nosotros reclamábamos la coparticipación porque ya éramos provincia, pero nos respondían que los legisladores decían que no lo éramos. Tuvimos que soportar esta inestabilidad todo el año ’90. El día que se sancionó la ley de provincialización, el tratamiento empezó a la madrugada y hubo una interferencia del ministro Cavallo, que quiso que no se tratar la ley. Envió al Congreso un par de delegados de la Cancillería para impedir que se aprobara. El diputado Manzano, a quien le terminamos agradeciendo, estuvo sentado con todos los diputados esperando para tratar la ley, y yo estaba en el palco invitado como gobernador. Cuando aparecen estos dos delegados, Manzano me manda llamar y me encuentro con estos dos personajes en su despacho. Me preguntó qué hacía, y yo no tenía idea que eso pudiera estar pasando. Ni siquiera entré al despacho y desde la puerta le dije que llamara al presidente”, relató.
“Lo llamó a las dos y media de la mañana, le contó que estaba la gente de Cavallo diciendo que no querían que se tratara la ley, y Menem le respondió que me preguntara a mí. Con esa respuesta, Manzano le dice a estos dos personajes que el presidente había dicho que le preguntara al gobernador Torres y que la sesión se iba a hacer. Por eso la sesión empezó a las dos y media de la mañana”, explicó.
Afirmó que “Cavallo no quería que el territorio pasara a ser provincia por la guerra de Malvinas y los compromisos con los ingleses. En el momento en que se estaba sancionando la ley, ya se estaban redactando los tratados de Menem y Cavallo con Inglaterra, que ahora el presidente de la nación dice que se van a denunciar. Evidentemente la provincialización surtió efecto y los diarios de la época dijeron que los ingleses estaban enojados por la incorporación de las Malvinas a la provincia de Tierra del Fuego. Los ingleses movieron la Cancillería para que impidiera el tratamiento de la ley”.
“Como parte de la campaña de la convención constituyente, yo hice una serie de invitaciones al embajador de China, el de Estados Unidos y el de Japón, para hablar del tema industria, puerto y ganadería. Se produjeron las visitas del embajador de China y Japón y, cuando estaba por llegar el embajador norteamericano, se produce el fenómeno de la destitución. Fue una suma de la interna fueguina más los intereses ingleses que logran esta situación. Presionaron al presidente de la Nación para que ilegalmente me destituyera del cargo. Yo no renuncié, porque ya no éramos territorio y el presidente no tenía autoridad para infringir la autonomía de la provincia. Es como si ahora el presidente quisiera destituir a Kicillof. Yo no renuncié y tanto la Legislatura como la convención constituyente tendrían que haber hecho algunas cosas que no hicieron”, cuestionó.
“Los que en esta interna tenían la expectativa de sucederme en el cargo quedaron en el camino y Tierra del Fuego se sumergió en la vergüenza de haber tenido el gobierno de Fariña y Matilde Menéndez, después de ser provincia”, expresó.
“La falta de defensa de la autonomía de la provincia y la llegada de Fariña y Matilde Menéndez es una de las vergüenzas que tuvo que soportar Tierra del Fuego en ese momento. Yo fui designado por un decreto del presidente pero, al ser provincia, el presidente ya no tenía autoridad para destituirme y tendrían que haber intervenido las instituciones provinciales, porque éramos provincia desde el 26 de abril de 1990. En enero de 1991, el presidente ya no tenía poder para destituir un gobernador”, remarcó.
Inversiones frustradas
Entre tantos intentos de inversiones importantes que no prosperaron por distintos intereses políticos, Martín Torres hizo referencia al viaje que realizó a Japón en busca de los créditos no reintegrables que estaban dando en distintos países que a ellos les interesaban por la cuestión de la pesca. “Tierra del Fuego en el mandato de Helios Eseverri había tomado contacto con la dependencia del gobierno japonés abocada a esto. Fuimos a Tokio a decir que estábamos interesados en completar el trámite y que se nos asignara el crédito pendiente. Allí nos dieron la carpeta con los requerimientos y prácticamente estaba vacía, porque no se había presentado la documentación exigida. No pude hacer ninguna gestión porque no había trámite para continuar, sino que había que iniciarlo de cero. Era noviembre del ’90 y en enero del ’91 se produce mi derrocamiento, así que no pudimos hacer nada”, dijo.
Una nueva etapa
De cara a este presente complejo y un futuro incierto, Torres instó a fijar un nuevo objetivo común entre los fueguinos. “El proceso histórico de la provincia nunca termina, y siempre hay cosas por hacer, pero creo que se ha cumplido una etapa. La provincialización era un objetivo intermedio, porque a fines de los ’70 nos proponíamos tener 200 mil habitantes. Pasaron 30 años, superamos ese número, y ahora Tierra del Fuego se tiene que plantear un nuevo desafío, que es duplicar esa cantidad de habitantes, y para eso necesita recursos nuevos”, planteó.
“En aquella presión de los ingleses sobre el gobierno para derrocarme, también hubo presión para quitarnos el mar. Mi proyecto planteaba la delimitación marítima de Tierra del Fuego e incluía las 200 millas, donde están los recursos que necesita la provincia para este siglo. Así como la provincia fue un proyecto de todos, ahora necesitamos otro proyecto en el que volvamos a coincidir todos los fueguinos. Nosotros nacimos como una provincia marítima y nos quedamos en tierra”, lamentó.
“Reconquistar la jurisdicción marítima es el proyecto en el que todos deberíamos coincidir, porque ahí están los recursos económicos para nuestro futuro. Si no, vamos a vivir del Estado toda nuestra vida. Ningún gobierno tiene estabilidad con los recursos de la 19640, la coparticipación o las regalías. Los dirigentes tienen que tener un mínimo acuerdo respecto de un proyecto que nos contenga a todos. Este es el mensaje hoy. El presidente de la nación ha dicho que van a derogar los tratados que nos impiden esta reivindicación y este es un acontecimiento que nos convoca a trabajar con un sentido específico para reconquistar nuestra jurisdicción marítima. No vamos a poder hacer frente a las necesidades humanas y financieras sin nuevos ingresos”, advirtió.
“Tenemos totalmente descuidados nuestros recursos naturales, nos están depredando nuestro mar, y nuestros barcos están en el muelle. Ahora tenemos que ayudar al gobierno nacional a denunciar los tratados con Inglaterra y armar otra relación que involucre la soberanía sobre las Malvinas, que son argentinas y fueguinas, y recuperar el mar”, concluyó.