Según datos de la Cámara de fabricantes de Electrónica de Tierra del Fuego (AFARTE), la producción cayó un 48% en comparación al mismo período del año anterior. Se fabricaron 1.817.765 teléfonos celulares y las ventas cayeron en un 22% por reducción de stock.
Río Grande.- “Peleándola». Apenas esta palabra sirve para resumir la sensación que flota en el aire luego de dialogar con ejecutivos de empresas que fabrican productos electrónicos en Tierra del Fuego. Los problemas en la isla no son nuevos pero la pandemia puso en pausa sus planes para este año. Las fábricas arrancaron el 2020 con un stock limitado y un alto porcentaje de capacidad ociosa a raíz de las altas tasas que debían pagar en 2019. Y ahora se vieron obligadas a volver a cerrar.
Según datos de la Cámara de fabricantes de Electrónica de Tierra del Fuego (AFARTE), la producción cayó un 48% en comparación al mismo período del año anterior. Se fabricaron 1.817.765 teléfonos celulares y las ventas cayeron en un 22% por reducción de stock.
La mayoría de las fábricas en Tierra del Fuego están cerradas desde hace 10 días por casos positivos de COVID-19. Actualmente trabajan en la industria electrónica 7.500 personas de forma directa y otras 2.500 de manera indirecta, que ven peligrar sus salarios desde que el 17 de marzo, unos días antes que en el resto del país, arrancó la cuarentena en la isla.
Las fábricas estuvieron cerradas 50 días en promedio y reabrieron recién sus puertas a mediados de mayo, con protocolos de bioseguridad, que incluyen separación de puestos de trabajo, instalación de mamparas divisorias y fijación de equipos higiénicos, que lentificaron la producción.
En el mismo período del año anterior, se fabricaron más de 3.4 millones de teléfonos celulares. «La diferencia entre producción y venta se explica por la reducción de stocks. No hubo un mayor ingreso de artículos importados, que siguen en torno al 5% del mercado, así que la cadena de distribución se acostumbró a trabajar con mínimos stocks», sostiene Federico Hellemeyer, presidente de AFARTE. «Se va a acentuar el faltante de stocks», advirtió Hellemayer.
Vuelta al cierre
Las autoridades fueguinas determinaron que las fábricas continúen cerradas hasta nuevo aviso. La única fábrica en funcionamiento es Newsan: produce para LG y Motorola. Luis Galli, CEO de Newsan, explicó que «lentamente se empezó a corregir el desabastecimiento», en gran medida gracias al nuevo protocolo, que ya no limita la capacidad productiva. «Igual, la cantidad de unidades producidas es menor por algunos factores que tienen que ver con el protocolo actual», aclaró.
Marcelo Daniel Girotti, CEO del Grupo BGH, detalló la situación en sus plantas: «Todos los operarios tienen barbijos; guantes; trabajan con alcohol en gel; hay cámaras termográficas; rondas aleatorias de tomas de temperatura; las mesas están separadas con acrílicos; y, además, vamos a buscar a los operarios a sus casas».
Desde AFARTE, en tanto, consideraron que «es muy incierto en este momento hablar de volumen de mercado y de perspectivas de aquí en adelante. Probablemente caiga la demanda. Si se hace un promedio respecto a la caída del PBI, estimada por economistas en orden del 8 o 9 por ciento, evidentemente, algo de eso nos va a pegar a nosotros, como a todos», completa Hellemeyer. Las ventas de celulares cayeron a mínimos históricos siendo el peor año de ventas en los últimos 17 años, reportó Infotechnology.