El abogado que representa a un grupo de trabajadores apuntó contra el ex concejal y actual asesor del senador Pablo Blanco, Tomás Bertotto, acusándolo de tener una “empresa fantasma” y de someterlos a una situación de explotación “que está al borde de la trata laboral”. Dijo que les hacía cumplir jornadas de 12 horas, los siete días de la semana, con un sueldo mensual de 18 mil pesos, compartiendo guantes y barbijos, en “una garita sin calefacción”.
Ushuaia.- El abogado Jorge Hernández, quien impulsa una denuncia penal contra el ex concejal Tomás Bertotto, explicó por “Aire Libre FM” que concretaron “una denuncia penal contra el ex concejal Bertotto, pero hay que separar los temas porque una cosa es la cuestión penal y otra la laboral”, advirtió el letrado.
Después señaló que “se conoce el tema gracias a la cuestión penal, ya que un periodista de judiciales terminó levantando la información y ahí se conoce el asunto. Nosotros hicimos esta denuncia porque en el tiempo que estábamos en la pandemia, en el momento más crudo de la misma, libró permisos de tránsito para sus empleados –a los que tenía por supuesto en negro y mal registrados- presentándose y consignando los permisos cómo gerente de Sheriff TDF S.R.L. una empresa inexistente, que no está registrada”, remarcó Hernández.
Mencionó que “conociendo la comisión del delito tuvimos que hacer la denuncia, porque además representa una prueba importantísima a los fines de hacer un reclamo laboral. Por ese motivo nos presentamos en Tribunales con una denuncia, con tres de sus empleados a los que les hizo el mismo tipo de permiso”. Dijo que concretamente se denunció que los permisos “eran apócrifos, que se estaba cometiendo el delito de falsificación y por supuesto que se estaba violando el artículo 205, que prohíbe cualquier acción que uno realice y que pueda terminar propagando la pandemia”.
El abogado además señaló sobre la cuestión laboral que “a partir del año 2007, el por entonces concejal Bertotto –mientras estaba en actividad como concejal- tenía una empresa que no estaba registrada, que no hacía aportes, que no existía en los términos de empresa, en la cual tenía a los empleados en negro y les abonaba unos 18 mil pesos mensuales por realizar tareas de seguridad en obras en construcción”.
Hernández indicó que no solo tenía a los trabajadores sin registrar, sino que además “les hacía cumplir jornadas de siete días a la semana durante 12 horas. Uno siempre escucha cuestiones que tienen que ver con empleados mal registrados, trabajo en negro; pero esta es una cuestión que va un poco más allá. Porque trabajaban 12 horas por día, siete días a la semana, sin franco, los tenía en una garita sin calefacción, durante la pandemia los obligaba a compartir guantes y barbijo; una situación totalmente irregular”, insistió el abogado.
Dijo que la denuncia se apoya “en los dichos de los empleados, en testigos, lo estamos probando en razón de esta denuncia penal que hemos hecho por permisos que ha firmado el señor Tomás Bertotto y en los últimos días la hemos acompañado con depósitos que hizo el empleador a mi cliente en época de pandemia, abonando sueldos”.
Mencionó que “distintas empresas” contrataban a la firma de Bertotto para realizar tareas de seguridad, pero con la aparición de mayores controles por la pandemia “terminaron levantándole el contrato”. Hernández aseguró que en ese momento “el señor Tomás Bertotto les avisó que no tenían más trabajo, apagó el teléfono, no contestó más, desapareció de la ciudad de Ushuaia, nosotros no pudimos ubicarlo en su última dirección, hemos enviado cartas documento que han sido rebotadas y el Ministerio de Trabajo intentó ubicarlo también, porque nosotros hicimos una presentación, pero tampoco pudimos ubicarlo”, repasó.
Advirtió que si los trabajadores hubieran sufrido un accidente laboral en este tiempo “no hubieran tenido ningún tipo de cobertura, porque no tenían ninguna ART ya que estaban en negro. Además de un montón de cuestiones que se tienen que tener en cuenta, estamos al borde de la trata laboral, es gente que ha venido de provincias pobres a la ciudad de Ushuaia para buscar trabajo y les faltó solo la cuestión de la cama caliente para configurar la trata laboral”, concluyó el letrado.