El presidente de AFARTE Federico Hellemeyer recordó que el 2019 cerró ya con las cifras más bajas de la última década, y el año en curso será peor. No hay estimaciones de producción para 2021, pero aspiran a que “el mercado reaccione” para poder aumentar los volúmenes. Advirtió que la capacidad ociosa de las empresas es muy grande y cuesta mantener las estructuras, y cifró expectativas en la competitividad que garantiza el nuevo escenario arancelario para las importaciones plasmado en el presupuesto nacional. El compromiso asumido por las empresas es que la mayor carga tributaria que deberán enfrentar no se traslade a los precios, o lo haga en su mínima expresión, para no afectar el consumo. Respecto de la mano de obra ocupada, más allá de la pandemia, se mantuvo el promedio de los últimos tres años, dijo.
Río Grande.- El presidente de AFARTE, Federico Hellemeyer hizo un balance por FM Aire Libre sobre la actividad industrial en 2020, luego de mantener una reunión el pasado viernes con el gobernador Gustavo Melella, la Ministra de Producción Sonia Castiglione y el secretario de Industria Juan Ignacio García.
Informó que en este encuentro “revisamos el panorama por el cual estamos atravesando en la industria. Sabemos que no es bueno porque veníamos de un 2019 bastante golpeado y en 2020, con la pandemia, se profundizó eso. Los volúmenes de producción están muy bajos y era esperable, porque hay una realidad de la que no escapamos y afecta a todos los sectores productivos. La expectativa es que el año que viene se dinamice un poco la actividad y puedan crecer los volúmenes de producción”, dijo.
Tocando fondo
Adelantó que “este año vamos a marcar nuevos pisos, luego de un 2019 en que ya teníamos los pisos más bajos de los últimos diez años. No tenemos estimaciones de producción para el año que viene, pero para el cierre de este año vamos a rondar los cinco millones y medio de celulares producidos, el millón ochocientos de televisores y unos setecientos cincuenta mil equipos de aire. Significa una caída respecto del 2019, que estuvimos en siete millones de celulares, dos millones de televisores y ochocientos mil equipos de aire. Esas habían sido las cifras más bajas de los últimos diez años y, si se confirman las estimaciones de 2020, vamos a tener las cifras más bajas de los últimos once años”, manifestó.
Lo atribuyó directamente a “la restricción de la demanda que hemos tenido en este año tan atípico con el coronavirus. Para el año que viene tenemos la expectativa de que se dinamice la economía y consecuentemente haya un poco más de consumo de los productos que vendemos, para que los volúmenes de producción puedan crecer. Realmente lo necesitamos porque en este momento estamos en valores muy bajos y con una capacidad ociosa muy alta. Cuesta mantener la estructura de la industria actual, así que la esperanza está en que el año que viene se dinamice un poco el consumo, que se pueda fabricar todo el año y un poco más, si reacciona el mercado”, dijo.
Cambios en el presupuesto nacional
También analizó con optimismo el presupuesto nacional en el apartado referido a las alícuotas de impuestos internos, dado que hay un “restablecimiento de las alícuotas históricas que rigieron hasta el 2017 inclusive. Van a ser del 6,5% para los productos fabricados en Tierra del Fuego y del 17% para los productos importados. Es una medida que tiene un costado muy positivo para la industria, porque es una herramienta que le otorga competitividad y mayor protección frente al producto importado. También el gobernador nos hizo saber la preocupación que había respecto de que esta reimposición de alícuotas tenga el menor impacto posible en los precios de venta al público”, observó, anticipando el compromiso de las empresas para evitar aumentos excesivos.
“Hoy los productos fabricados en Tierra del Fuego tienen un 0% de impuestos, y desde el 1° de enero de 2021 pasarían a tener un 6,5%. Los importados tienen un 7% y pasarían a tener el 17%. Lógicamente esto significa un encarecimiento en la estructura de costos y por eso el gobernador instó a las empresas a que ese encarecimiento se absorba dentro de la cadena de valor, en la medida de lo posible”, explicó.
“Las empresas acompañaron este compromiso y manifestaron que se iba a hacer el mayor esfuerzo posible para que así sea. Este año se dieron muestras de acompañamiento porque, con la retracción que hubo en la demanda, no se pasó a precios todo lo que se podría haber pasado. La idea es seguir acompañando esto para que el consumidor se perjudique lo menos posible”, afirmó.
“De todas maneras el gobernador es consciente de que los fabricantes no forman la totalidad del precio de venta al público. Tienen su incidencia sobre el precio de salida de fábrica y después hay delante una cadena de comercialización. Se va a buscar que esa cadena de comercialización también acompañe este sacrificio”, apuntó.
Consideró esta medida como “algo positivo para la actividad económica de la industria electrónica y para la conservación de los puestos de trabajo. También es muy importante tener el compromiso de que el impacto sea el menor posible en el precio de venta al público y, si se puede, que sea nulo, para que no desaliente el consumo de nuestros productos”.
Empleos sin cambio
Pese al escenario desfavorable y la caída en la producción, los puestos de trabajo serían prácticamente los mismos que en los últimos tres años: “La industria tiene en este momento 7.800 trabajadores directos entre UOM y ASIMRA, y es un número muy cercano a los promedios de 2018 y 2019. En aquel momento se orillaban los 8.000 puestos de trabajo. Si hacemos un promedio de los últimos tres años, desde el acuerdo de noviembre de 2017 –de congelamiento de salarios- más la prohibición de despidos y el esfuerzo de las empresas de mantener las dotaciones, hubo un mantenimiento de los puestos de trabajo. La diferencia es menor, del orden de las 150 personas entre 2018 y la situación actual”, precisó.
“Estamos en una situación particular porque las personas de los grupos de riesgo no pueden trabajar, están en sus casas, y las personas que están afectadas a la función productiva en ocasiones quedan en situación de aislamiento por contagios o contacto estrecho”, concluyó.