Gobiernos provinciales, empresas privadas y sindicatos han ido modificando las reglas y otorgan días por sobre lo que marca la Ley de Contrato de Trabajo. Tierra del Fuego es la única jurisdicción del país que contempla la creación de una licencia parental de 180 días, que puede ser repartida entre ambos progenitores como ellos lo deseen.
Río Grande.- Según un informe del matutino porteño El Economista Diario, algunas veces la sanción de una ley marca un rumbo todavía incipiente en la sociedad y, en ese mismo acto, puja por ampliar derechos y propiciar cambios culturales. Otras, el debate parlamentario es tan lento que no logra reflejar los consensos ya generalizados y queda desfasado respecto de las inquietudes de la gente común. Ese parece ser el caso de la Ley de Contrato de Trabajo, que otorga noventa días de licencia por maternidad y sólo dos días por paternidad: los mismos que se pueden pedir para rendir un examen e incluso menos de los tres días que se conceden por fallecimiento de un familiar. En este marco, y desde hace ya varios años, gobiernos provinciales, sindicatos y empresas privadas han ido modificando las reglas y ampliando beneficios por encima de lo que marca la ley.
El caso más reciente es el del Gobierno de la Ciudad, que hace dos semanas presentó un proyecto para ampliar las licencias. La Ciudad ya cuenta con una licencia por maternidad de entre 120 y 165 días y este proyecto agrega la posibilidad de que la mujer pueda ceder 30 días de esa licencia al otro progenitor en caso de que este también sea empleado del gobierno porteño. Además, extiende de 10-12 a 15 días corridos la licencia de uso exclusivo para el otro progenitor y agrega una nueva licencia de 30 días corridos, que puede ser tomada durante el primer año de vida del hijo. Es decir: si se aprueba la ley, padres o progenitores no gestantes podrán tener 45 días de licencia paga, a lo que se suma una excedencia de 120 días sin goce de sueldo, no transferible.
Para Gala Díaz Langou, directora del Programa de Protección Social de CIPPEC, el proyecto del gobierno de la Ciudad es interesante porque intenta afrontar los principales problemas que tiene el régimen de licencias actual. Por un lado, busca combatir el sesgo maternalista al proponer una extensión mucho más que proporcional de la licencia por paternidad. “Esto contribuye a señalar que este rol de cuidado en los primeros meses de vida no es una responsabilidad exclusiva de las madres o de las personas gestantes sino que incluye también a los padres o progenitores no gestantes, lo que puede ayudar a sentar las bases para una distribución más justa de estas tareas de cuidado y crianza para todo el ciclo vital”, señaló. Por otro, la iniciativa busca adaptarse a los distintos modelos de familia. “Hoy priman las familias ensambladas, monoparentales u homoparentales –dijo– y contar con días de licencia familiar que puedan ser de uso indistinto por cualquiera de los adultos del grupo familiar permite una mayor adaptación a las necesidades de cada familia”.
Para la elaboración del proyecto, el Gobierno de la Ciudad hizo un relevamiento de los sistemas de otros países, a algunos de los cuales viajó el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, junto a los legisladores Roy Cortina y Natalia Fidel. “Con este nuevo paradigma, la Ciudad se distingue en la región y se une a los países con legislaciones más avanzadas en materia de cuidados compartidos”, apuntó el secretario general y de Relaciones Internacionales porteño, Fernando Straface.
Más allá de los días de licencia por paternidad, que en el caso de Islandia llega a 90, muchos países europeos complementan el esquema co licencias familiares. Finlandia, por ejemplo, ofrece 158 días laborales para ambos padres, que no pueden ser tomados al mismo tiempo para que padres y madres alternen el cuidado de sus hijos (Gráfico 1).
Como en el caso de CABA, el hecho de que los gobiernos subnacionales tengan potestad para regular el empleo público a nivel provincial permitió la creación de un esquema de licencias muy heterogéneo en todo el territorio (Gráfico2). Dentro de esta variedad, un caso a resaltar es el de Tierra del Fuego: es la única jurisdicción del país que contempla la creación de una licencia parental de 180 días, que puede ser repartida entre ambos progenitores como ellos lo deseen.
Incluso las compañías privadas han ido desmarcándose progresivamente de la ley. Según un reporte elaborado por la consultora global en recursos humanos Mercer, el 51% de las empresas del país otorga a sus empleados más de dos días de licencia y en el ranking mundial la Argentina se encuentra séptima entre los países con el porcentaje más alto de compañías que ofrecen prestaciones de licencia por paternidad superiores a las requeridas por ley. “Una mira estos datos y dice ‘qué bueno que las empresas tengan en cuenta la flexibilidad’, pero cuando ves que en el marco legal de Argentina a un padre le corresponden sólo dos días de licencia ves que, en realidad, no hay opción”, dijo a este diario Cecilia Giordano, CEO de Mercer en Argentina.
Estiman que esta tendencia se mantendrá en el futuro: en la medida en que la ley no logre reflejar las demandas de los trabajadores las empresas continuarán estando a la vanguardia. “Es un ejemplo de muchísimas otras acciones que apuntan a mejorar la experiencia del empleado en su trabajo y tiene como objetivo lograr una mejor retención del talento en la compañía”, apuntó Mercedes Bernardi, líder de Career Products de Mercer.
También algunos convenios colectivos de sectores específicos lograron acuerdos que superan los mínimos reglamentarios. Por ejemplo, la Ley del Régimen de Trabajo Agrario amplía la licencia por paternidad a 30 días corridos (aunque el altísimo grado de informalidad en el sector relativiza el alcance de ese beneficio). También en algunos ámbitos de la Justicia el Sindicato de Trabajadores Judiciales de la Ciudad de Buenos Aires (SiTraJu) logró aumentar las licencias por paternidad –y también por co-maternidad, para cuando se trata de dos madres– a 60 días.
Más allá de los ajustes que pueda hacer cada sector, los derechos del grueso de los trabajadores privados siguen estando determinados por la letra de la Ley de Contrato de Trabajo. El presidente, Mauricio Macri, se comprometió a cambiarla en el discurso de apertura de las sesiones ordinarias y envió un proyecto al Congreso, que a casi cinco meses permanece empantanado. Todavía no fue tratado en comisión de Diputados porque si bien hay consenso respecto de la necesidad de modificar el régimen de licencias (todas las fuerzas han presentado propuestas en este sentido) hay pujas políticas que le impiden avanzar. La comisión de Legislación para el Trabajo está dominada por el peronismo, que prefiere instalar la discusión de un proyecto propio antes que abonar la iniciativa oficialista.