Oriundo de Santa Fe, y residiendo desde el año 1994 en Tierra del Fuego, y siendo juez desde ese momento, Francisco Justo De la Torre, no siempre fue magistrado, trabajo muchos años antes en Coca Cola y también en Sancor, hasta que, con la idea e ilusión de fundar un nuevo Poder Judicial en una provincia flamante, llegó junto a su familia, para radicarse y culminar su carrera judicial, resaltando, entre muchos otros aspectos, “la independencia con la que pude desempeñar el cargo, hubo presiones, pero jamás amenazas”.
Río Grande.- El Poder Judicial de Tierra del Fuego va dejando partir poco a poco, a quienes fundaron esa institución fundamental para el funcionamiento de una provincia joven como en la que residimos. De este modo, el Doctor Francisco Justo De la Torre de 63 años, camarista durante 19 años, llegó a cumplir y computar 41 años laborales.
Recibido en la Universidad Católica, De la Torre no siempre fue magistrado, tuvo otros trabajos en Coca Cola y Sancor, recuerda con nostalgia, mientras ceba un mate que no puede compartir debido a pandemia y un distanciamiento social, que, aunque recibe a medio en su casa, respeta a raja tabla.
Previo a llegar a la Cámara de Apelaciones de Río Grande, fue juez de Primera Instancia del Trabajo, cuando los Tribunales funcionaban en la planta alta del ex Offen Plaza.
Mientras deja a un gasista en la cocina, arreglando los calefactores, próximo a la llegada del invierno y su esposa continúa con la labor doméstica, el ex juez recuerda a los jueces de mayor antigüedad en Tierra del Fuego, “Pagano Zavalía y Barrionuevo y yo”, dice con orgullo.
“Juramos el 29 de agosto del 94 y se habilitaron los Tribunales el 3 de octubre del mismo año. En febrero año 2002, pasó a la Cámara de Apelaciones, de hecho trabajé 19 años como camarista” y continúa recordando, mientras sigue con su mate en mano, “luego fallece José Salomón, entonces el Presidente y el Vicepresidente de la Cámara, pasamos a ser Presidente y Vicepresidente del Superior Tribunal Interino”.
“Estuve unos meses, junto a Walter Tabaré, que también se jubiló en el 2018. Él venia de Río Negro, vino al juzgado del fallecido Julio Rodríguez y paso luego a la Cámara”, se acuerda de otro hombre que también perteneció a eso que hoy llamamos vieja guardia, o de la vieja escuela.
La causa Colazo
La charla sigue, el ex juez hace memoria acerca de las causas más trascendentales en las que le tocó intervenir, entre ellas, la destitución del ahora legislador y allá por el 2004, Gobernador Jorge Colazo.
“En el 2004 me tocó intervenir en la causa Colazo, interpusieron una revocatoria porque echaron a todos los jueces, excepto a Robbio que no había votado y esa vez, fue la única vez que Robbio fue titular del Superior Tribunal tercero. Primero salí yo con el voto, después salió Tabaré y tercero Robbio, que había tenido un incidente, le habían aflojado las ruedas a la señora, estaba asustado y luego vinieron los actuales integrantes del Superior Tribunal, Sagastume, Muchnick y la única que quedó fue María del Carmen Battaini” y agrega, sin mayores comentarios: “Les conozco la vida a todos acá”.
Otra de las intervenciones que claramente marcaron su carrera y luego le marcaron el camino, fue cuando “recusé a Paños –actual propietario del TV Fuego- abogado de la matrícula local y que en más de una ocasión trató de ser parte formal del Poder Judicial Fueguino- porque tenía una enemistad manifiesta conmigo, TV Fuego brindó una información parcialmente inexacta sobre la circulación de un vehículo de mi propiedad que se habría trasladado hasta la ciudad de Ushuaia sin patente lo cual no era exacto, y lo recusé y renuncié con una carta fuertísima, y pensé que le iba a dar tanta vergüenza al Ministro Jefe de Gabinete, que iba a renunciar, pero no, no pasó nada”, dice con malestar, aunque trasluce que ese tipo de situaciones, suceden en Tierra del Fuego.
La mirada puesta sobre el Consejo de la Magistratura
En otro párrafo, De la Torre fue consultado acerca de algunos aspectos que podrían ser cambiados o mejorados dentro del Poder Judicial, y dijo: “La selección de jueces se ha politizado más, creo que hay un tema de composición del Consejo de la Magistratura, interviene la parte política, creo que hay una parte en la composición que debería estar integrado por algún juez de alguna instancia ordinaria, no del Superior Tribunal, porque la diferencia que hay entre un juez de segunda instancia y primera instancia, es que a nosotros nos designa el Superior Tribunal. Nos propone y nos designa el Superior Tribunal y a ellos los designa el poder político entonces cumplen un rol político, de modo tal que yo creo que debemos tener una representación de los jueces inferiores”, enfatizó.
“El Consejo de la Magistratura es el órgano más democrático para designación no te evalúan 4 requisitos básicos: independencia, imparcialidad, probidad y buen juicio. Es imposible porque en una entrevista, un examen, vos no podes probar ni tu independencia del poder político, ni la imparcialidad al momento de juzgar por compromiso de alguna de las partes o con sectores económicos, ni tu probidad, ni tu buen juicio”, detalla.
“Por ejemplo un juez que tiene el 50 por ciento de las sentencias revocadas, evidentemente no tiene buen juicio. Hay causas que son bastante políticas y es probable que intervenga algún componente de valoración política como paso con la causa Iniciativa Popular, que vote en disidencia, pero si tenés la mitad de las sentencias recurridas y revocadas es porque algo pasa”.
“Creo que el Consejo de la Magistratura, merece un aggiornamiento en cuanto a la composición”
En este sentido, el Doctor De la Torre dice: “el que quiere ser independiente en el Poder Judicial de Tierra del Fuego, lo es. Ahora si querés coquetear con el poder político, es otra cosa. Si se te respeta cuando sos independiente”, asiente y confirma que es su caso, un juez independiente.
Su llegada a la Justicia Fueguina
Haciendo referencia un poco a la tan cuestionada selección de jueces de la actualidad, De la Torre recuerda cómo fue su llegada a la Justicia Fueguina: “Las entrevistas eran personales sin examen, había muchas preguntas sobre la radicación”, debido a que se trataba de una provincia incipiente, gran parte de las preguntas se centraban en la radicación de las familias de los futuros jueces.
“Soy de Santa Fe, pero viví mucho tiempo en Buenos Aires. Ya tenía tres hijas chicas, nos venimos convencidos con mi mujer –Rosana Chotro- porque la idea de construir un nuevo Poder Judicial, a mí me atraía mucho la idea, y de hecho no nos gustaba vivir en Buenos Aires”, sonríe, mientras lo cuenta.
Un nuevo Poder Judicial, un desafío personal
“Era un desafío muy importante y la pase muy bien, al principio la pase mal porque tengo un carácter fuerte, recuerdo a Gabargnoli que falleció, tenía un gran carácter. A mí me parece que los abogados median a los recién llegados, entonces probaban, que jueces era más presionables que otros, quienes eran más reaccionas, más accesibles y en ese ida y vuelta se producían roses”, cuenta esos detalles que casi no trascienden, pero que son conocidos por aquellas personas que conforman el Poder Judicial, o bien tienen cierta llegada a ese ámbito.
“Cumplí mis objetivos, profesionalmente me desarrollé, no sé si me podía haber adaptado al Superior Tribunal, perdí con Sagastume y con Muchnick. No sé si hubiese ido bien en el Superior Tribunal tengo mis dudas, porque existen cuestiones políticas que desde la mirada de un juez ordinario son difíciles de admitir, entonces, capaz me hubiese adaptado, pero cuando tuve que intervenir que falleció Salomón, fueron muchas las presiones para que nosotros que yo integrara el Consejo de la Magistratura. Y con la causa Colazo con unas presiones enormes, tremendas y hubo otros juicios de mucho contenido político. Después hubo otra causa que era Iniciativa Popular que era muy sensible al gobierno de Bertone, una puja profunda con los sindicatos que habían tomado y cortado la ruta. Yo vote en disidencia pero no dejo de reconocer que son causas de contenido político”, explica Francisco.
Reflexiona unos minutos, se hace un pequeño silencia y dice: “No sé si hubiese encajado bien en el Superior Tribunal, me hubiera costado, en cambio como juez de instancia ordinaria si me sentí muy bien. Es un perfil más profesional, no estás tan expuesto a la crítica pública”.
Pueblo chico “más restringida se ve la independencia”
Acerca de su función como juez, De la Torre refiere, “Es una sociedad muy descreída en la Justicia. Los jueces contribuyen para eso, con fallos polémicos, algunos casos dudosos, pero es inevitable en un sistema de selección donde predomina el aspecto político, cuando más se politizan las designaciones, más restringida se ve la independencia”.
“De todas formas como el juez tiene una legitimidad de origen media debilitada por su falta de elección popular, la legitimidad la logra en el ejercicio de la función, con independencia, con imparcialidad, providencia, y buen juicio. Es así”, dice convencido de tal aseveración.
Estas virtudes se sostienen “no metiéndote donde no debes, es fundamental. Hay jueces que les gusta compartir con políticos cenas, reuniones sociales y eso de algún modo te condiciona”, resalta.
“La gente nos mete a todos en la misma bolsa, y es nuestra conducta que genera este tipo de desconfianza. Cuando atacan a un juez, nos distinguen a fulano o mengano, nos dicen son todos iguales, y tampoco el poder judicial es una isla dentro de la decadencia institucional que existe en Argentina, forma parte de esto”, destaca el ex magistrado, con cierta soltura que le da, no pertenecer más a esa institución, que igualmente lleva guardada en su ser.
El falso testimonio que no llega a causa ni juicio
Hablando acerca de lo que hace al buen desempeño de jueces y juezas, y el buen funcionamiento del Poder Judicial, De la Torre indica: “A mi, hay un caso que conversaba con Juan Varela y Daniel Borrone, yo les preguntaba cuántos del Tribunal de Juicio o Correccional estuvieron imputados por falso testimonio, que es un delito que afecta al Poder Judicial, y esto, muchos abogados preparan a los testigos para decir cualquier cosa”, se queja y continúa, “en varias oportunidades estando como juez de primera instancia he parado la audiencia, y le he dicho al abogado y le dije si no se rectifica lo detengo ahora y se termina la discusión”.
“En penal el falso testimonio es mucho más grave. Lo he denunciado dos veces, y tenía testimonios, varios que decían lo contrario de un acontecimiento falso. Es un problema de cultura de la que formamos parte los jueces y los abogados, porque si los jueces fueran más estrictos los abogados no se animarían a preparar testigos”, asegura.
“Es muy difícil ser juez en una provincia chica, si te vas reuniendo con todo el mundo, siempre alguien te va a ir pidiendo por algún amigo o alguna persona conocida”.
Proyectos a futuro
Francisco De la Torre no tiene pensado en lo inmediato dejar su casa en Río Grande, que con ahorros y un crédito del Banco Nación. Junto a su esposa, “vamos a estar acá y allá, pero a mi Buenos Aires no me gusta” y tampoco a su pareja.
“Soy abuelo de una sola nieta, Catalina, y la menor de mis hijas se casa a fin de año, entonces van a venir los nietos, quizás con el tiempo decidimos, pero por ahora no, no nos gusta Buenos Aires y eso lo tenemos claro”, vuelve a remarcar.
Cómo es la partida
En otro tramo de la entrevista, Francisco De la Torre cuenta como vive dejar de trabajar, y explica, “La función de juez es muy desgastante, y cuando iban a cambiar, por ejemplo, la Ley con la que se fue Tabaré que tenía 24 años de servicio, hicimos un juicio con Borrone y Varela nos querían aplicar la nueva ley, porque sosteníamos que el derecho adquirido se producía cuando cumplíamos los requisitos establecidos por la ley o cuando existía un acto administrativo que otorgara la jubilación. Yo me jubile en diciembre del 2014, y Juan Varela y Daniel Borrone en el transcurso del 2015, hicimos una acción meramente declarativa que no salió nunca, hace 4 años estamos esperando, pero todo este tiempo fui elaborando que me fui por maduración y entendí que necesitas más tiempo, para la familia, para viajar, para quedarme acá, tener la libertad y a determinada edad de tu vida, necesitas tiempo porque es lo que te falta”.
“Quiero disponer de mi tiempo y hacer lo que quiera, aunque los jueces no tenemos jefes, tenemos un contralor administrativo que es la licencia, entonces dependes administrativamente del Superior Tribunal, y necesitas libertad, ya está”, dice mientras a sólo 3 días de haber dejado la Cámara, sigue procesando su partida.
“Sé que voy a tener momentos de nostalgia, pero cuando fluye, es más fácil”, rescata de toda la situación.
Buenos compañeros y amigos en la Justicia
“Las despedidas son tristes, tengo un aluvión emocional, me entregaron una placa –compañeros de trabajo- pero les prometí que en julio vuelvo, compro unos sanguchitos y nos despedimos. Sé que voy a ir a tomar mate, y voy a seguir yendo, pero me llevo de los compañeros, una excelente relación, y estoy seguro que ellos me recuerden con afecto. Excepto Haydée Martín que cumple 20 en mayo, los conozco a todos”, vuelve a insistir.
“Me costó irme, me emocionó, pero si hubiésemos hecho una despedida, me hubiera emocionado más”, dice para concluir el Doctor Francisco De la Torre, que ahora, disfruta de su jubilación y una vida nueva.