El ex convencional constituyente provincial Mario Ferreyra lamentó las declaraciones del gobernador Gustavo Melella sobre el puerto de Río Grande y aseguró que “me produjo mucho dolor y mucha tristeza escucharle decir esto al Gobernador” a la par que entendió que los riograndenses deben exigir la concreción de la obra porque “es fundamental para el desarrollo de Río Grande”. A 30 años de la jura de la Constitución fueguina, mantuvo sus fuertes cuestionamientos al sistema de tachas “que representa un esquema muy negativo de funcionamiento -sobre todo para la política- y que ha desarmado la democracia interna de los partidos políticos de Tierra del Fuego, especialmente al partido que lo propuso”, dijo en referencia al Movimiento Popular Fueguino.
Río Grande.- El ingeniero Mario Félix Ferreyra, en su carácter de Convencional Constituyente (MC) y co redactor de la Constitución Provincial, fue entrevistado por Radio Nacional Río Grande sobre aquella convención constituyente que elaboró la carta magna fueguina.
“Lo primero que tengo que reconocer es la participación del pueblo fueguino en ese momento y agradecerle a mi partido, el Partido Justicialista, que me haya nominado para integrar la lista y después ser Convencional Constituyente; es un honor para mí haber representado al Justicialismo y a sus proyectos que venía desarrollando desde el año 1986 y antes también, para lograr la provincialización”, introdujo el ex Diputado Nacional.
En ese sentido, Ferreyra destacó que esta provincialización “incluía la Antártida y las Islas Malvinas; toda esta idea de provincia grande fue la que llevamos adelante los cinco convencionales del Partido Justicialista, en el seno de la Convención Constituyente”.
“También quiero agradecer a todos los colaboradores con los que trabajamos integrando ideas para completar con propuestas del Justicialismo al proyecto que presentó el partido que tenía mayoría y que era el Movimiento Popular Fueguino”, agregó.
En este punto, recordó que “en temas generales pudimos, de alguna manera, incluir muchas ideas, por ejemplo, en Salud, Educación, Energía y en toda la parte socioeconómica. Donde no pudimos consensuar fue en el sistema político, especialmente electoral; ni tampoco en otros aspectos de la organización política de la futura provincia”.
En tren de agradecimientos, el ingeniero Ferreyra le dedicó un párrafo especial a los secretarios de la asamblea, tanto al Secretario Administrativo como al Secretario Legislativo, “porque se comportaron muy bien, nos ayudaron mucho. Se redactó una constitución que puede no ser del agrado con respecto a lo que nosotros sosteníamos del cómo debe ser la organización política de un Estado. Pero siempre hay que ser respetuosos y tratar de trabajar en los cambios, sobre todo después de los festejos de aniversarios y el 1 de junio fue un día de festejo; no era el momento propicio para debatir si se debiera o no modificar la Constitución Provincial”.
“He sostenido que sí debe actualizarse porque hay institutos dentro del plexo constitucional como el sistema de tachas que representa un esquema muy negativo de funcionamiento -sobre todo del alma de la política- y que ha desarmado el funcionamiento de los partidos políticos de Tierra del Fuego, especialmente al partido que lo propuso”.
El referente peronista entendió que “más allá de que haya una ley que elevó el piso de las tachas, creo que ningún candidato salido de una interna democrática de un partido, debería ser tachado. Pero la Constitución adoptó por una propuesta que no la aceptamos, no la comprendemos porque elegir desde lo negativo me parece que no es lo conveniente para seleccionar a un conjunto de personas que conduzca legislativamente a la provincia”.
Observó que “por más que haya leyes para corregir el error de las tachas, las mismas están sujetas a interpretaciones con los avatares de los tiempos. Creo que la democracia interna partidaria ha sido lesionada justamente por este sistema de elecciones, sobre el cual bregaremos para que alguna vez se saque de la Constitución de este modo se pueda elegir a la gente desde una concepción positivas de sus cualidades y calidades, sus conductas cívicas, proyectos e intenciones políticas y no que sean electos aquellos que perdiendo la interna, terminen legislando para la provincia”.
Sin embargo Ferreyra valoró que “fue un trabajo muy armonioso, aún sabiendo que el partido dominante de la Constituyente era el Movimiento Popular Fueguino que tenía 11 votos; es decir, más de la mitad más uno de los convencionales y que podía imponer su voluntad a fuerza de votos. Pero la buena conducción de este bloque por parte de Doña Elena Rubio de Mingorance, se tradujo también en una buena participación de los partidos que éramos minoría. También primó la calidad intelectual y personal de los representantes, tanto de la Unión Cívica Radical, como del Partido Justicialista y del Partido Socialista Auténtico, que fuimos escuchados, por lo que pudimos introducir algunos artículos o párrafos completos en el articulado, de la Constitución Provincial”.
“Fue un trabajo muy rico, muy lindo, muy respetuoso, de muy alto nivel, a pesar de las disidencias que planteamos -en muchos aspectos- y que hoy se ven reflejadas por las trabas que la provincia tiene para un desarrollo integral”.
“Algunos artículos, desde el sistema de tachas -que yo siempre he cuestionado- -hasta algunos otros institutos que creó la provincia- otorgan al poder burocrático mucho del poder político, por lo cual, tomar decisiones políticas desde el Poder Ejecutivo, puede resultar engorroso y hay una limitación del poder político, por este esquema de transferencia de ese poder de decisión y ejecución”.
Consultado sobre cómo evalúa la gestión de la pandemia del gobernador Gustavo Melella, Mario Ferreyra consideró que “el Gobierno provincial, en su afán por diferenciarse un poco del Gobierno nacional y haciendo uso de su incuestionable autonomía, se adelantó a tomar medidas. Para mí, no se si es bueno o es un mérito adelantar una semana la cuarentena; a mi me parece que desde un principio se tendría que haber trabajado con el Gobierno nacional codo a codo, ya que casi en el mundo comprendía la naturaleza de este coronavirus, como se viene haciendo ahora después de que se entendió que solos no podemos y de que hay que trabajar juntos”.
En otro orden, el ingeniero Mario Ferreyra añadió que “nosotros también queremos cooperar con el Gobierno provincial, pero hay cosas que no se pueden decir, como por ejemplo, expresar que la ciudad de Río Grande o los riograndenses nos tenemos que olvidar de tener un puerto en la ciudad. Esto tiene ya una respuesta muy vieja: no debemos escuchar a aquellos que nos aconsejan de que por el hecho de que somos hombres y mujeres debemos dedicarnos solo a las cosas humanas y por el hecho de que somos mortales, renunciar a las cosas inmortales”.
Definió que “una idea o un proyecto de infraestructura, es un sueño colectivo y por lo tanto su concreción se interpretará como algo inmortal porque trasciende las vidas de los que lo concibieron, de los que lo construyeron, de los que lo usaron, la usan y la usarán en el futuro”.
“Un puerto para la ciudad de Río Grande es trascendental desde el punto de vista de la conectividad, la logística y la economía de nuestra ciudad”.
Ferreya compartió que estos dichos del mandatario fueguino “me produjeron mucho dolor y mucha tristeza. Creo que alguien lo asesoró mal ya que tiene una ministro de Obras Públicas (Gabriela Castillo) que siempre se ha caracterizado como una mujer muy inteligente, de gran empuje, reconocida por la formulación de ideas y proyectos con visión de futuro”.
“Que ahora se manifieste que con un puerto seco en Río Grande, dependiente de Ushuaia y que sea destinado a estiba de contenedores, no me parece una salida satisfactoria para las aspiraciones de la ciudadanía de Río Grande. Con todo el derecho del mundo, nuestra ciudad puede exigir la concreción del proyecto de construcción del Puerto de Río Grande, sea en Caleta La Misión o en donde convenga. Si bien el puerto en Caleta La Misión es una obra iniciada que ha sufrido una gran campaña de desprestigio, su vista supone un símbolo y una identificación de las esperanzas del pueblo de Río Grande, por eso el mayor de mis respetos para quienes asumiendo un gran riesgo político, tomaron esta decisión de construirlo”.