La presidente del IPV, arquitecta Leticia Hernández, confirmó el inicio de la construcción de las primeras 455 viviendas, de un total de 1.200 gestionadas para responder a la demanda general del listado. Será luego de la veda invernal y la distribución es prácticamente equitativa entre Ushuaia y Río Grande, mientras que se reserva un 10% para Tolhuin, donde “el padrón es muy pequeño”, dijo. El IPV prevé seguir recibiendo nuevas inscripciones del 1 al 10 de cada mes, y se van a entregar 30 turnos por día en las tres ciudades para completar la documentación. “El objetivo por supuesto es reducir el déficit habitacional, si bien en cuatro años no vamos a llegar a dar solución a las 12 mil familias que están esperando”, señaló, y dio a conocer dos operatorias que se agregan al plan federal. Una de ellas prevé trabajar con gremios y asociaciones que posean tierra, para poder construir viviendas en un trabajo conjunto. La segunda se refiere al PROCREAR II, y está direccionado a créditos para empleados estatales de las áreas de educación, salud y seguridad.
Río Grande.- La presidente del IPV, arquitecta Leticia Hernández, dio detalles sobre el inicio de la construcción de las primeras 455 viviendas del Plan Federal, luego de la veda invernal. En total son 1.200 viviendas las gestionadas por el gobierno fueguino y se irán construyendo por etapas.
Por FM La Isla, señaló que “el año pasado por suerte pudimos dar una vuelta de página y gestionar programas. Hicimos un diagnóstico profundo y se lanzaron tres líneas importantes que fueron anunciadas por el gobernador la semana pasada. Iniciado el 2021, con presupuesto propio pudimos lanzar 118 viviendas. Esto fue parte de la defensa de nuestro presupuesto en la Legislatura, para que el Instituto volviera a hacer viviendas. El segundo objetivo por supuesto es reducir el déficit habitacional, si bien en cuatro años no vamos a llegar a dar solución a las 12 mil familias que están esperando en el listado”, sostuvo.
Aunque la demanda ya es alta, se seguirán inscribiendo nuevos postulantes. “En febrero abrimos la inscripción por una semana y se anotaron 2.650 personas, que son nuevos inscriptos y se suman a los 10.140 que había cuando iniciamos la gestión. Cerramos la inscripción a la semana porque la verdad es que me equivoqué con la metodología a través del whatsapp. Pusimos dos líneas para las inscripciones y reconozco que fallé, porque tener 2.650 preinscriptos distribuirlos en la semana con un protocolo que habilitaba cierto porcentaje de atención al público para que lleven la documentación, y este trámite nos llevó meses”, dijo.
A partir de este mes hubo un cambio, ya finalizados los trámites de los preinscriptos en febrero. “En el mes de agosto comenzamos con las inscripciones normales, del 1 al 10 de cada mes. Hicimos el anuncio en nuestra página web, donde están los requisitos, y habilitamos un turnero que permite dar 30 turnos por día en las tres ciudades, es decir que por semana estamos dando 150 turnos. Tratamos de evitar que la persona venga dos veces, y pedimos que en la primera visita traigan toda la documentación o no saquen turno si les falta algún papel, porque tal vez le saca la posibilidad a otra persona que ya tiene todos los papeles”, señaló, por lo tanto “todo el mes de agosto y septiembre se está renovando el sistema para salir en octubre y noviembre del 1 a 10 de cada mes con 30 turnos por día”, dijo.
Demanda de solteros
Se la consultó sobre la cantidad de aspirantes a una vivienda que no tiene familia constituida, pero la prioridad es por antigüedad y grupo familiar. “Tenemos un análisis que se realiza desde el área social, por año y por grupo familiar. En la ciudad de Ushuaia nos encontramos con un grupo de personas solas que se llaman Fueguinos Sin Respuesta. Son unas 200 personas y muchas tienen una antigüedad de diez años. En Río Grande la cifra es menor, y en Tolhuin tenemos en 345 inscriptos casi un 40% que son personas solas”, indicó, siendo un porcentaje importante.
La intención es diseñar otro tipo de vivienda para este sector. “Hay viviendas de dos dormitorios y se puede subsanar la situación para familias más numerosas. Queremos sacar un plan direccionado, con una vivienda de menos metros cuadrados, implantadas en un buen terreno para que puedan crecer si también crece la familia”, explicó.
Inicio de obras
Sobre el inicio de obras, confirmó que será luego de la veda invernal, y comenzarán a construirse las primeras 455 del grupo de 600 gestionados en la primera etapa. “De estas 600 viviendas ya hay 64 que se están construyendo en Ushuaia en el sector II del Pipo y ahora vienen 600 más. Es lo que firmó el gobernador la semana pasada con el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat Jorge Ferraresi. Esas 600 viviendas se suman a las 600 que ya tenemos y cuya construcción arranca luego de la veda invernal”, dijo, del total de 1.200 previstas para la provincia.
Respecto de la distribución, sostuvo que “la mayoría responde al Plan Federal y el gobernador quiere que esa mirada federal esté en las tres ciudades. Por ejemplo en Tolhuin corresponden 41 viviendas de las primeras 455 que se van a construir, que es aproximadamente un 10%. De las nuevas 600 viviendas que van a venir a Tolhuin le van a corresponder 50”, adelantó.
“En Tolhuin tenemos un padrón muy pequeño y vamos respetando la demanda general. Queremos tener la impronta de hacer viviendas también pero el número es más chico porque la demanda es más chica. En Río Grande y Ushuaia la distribución es más equitativa. De las primeras 455, 210 van a ser para Ushuaia y 204 para Río Grande”, precisó.
“En el desglose de la demanda, la diferencia es muy poca entre las ciudades de Ushuaia y Río Grande, hay una diferencia de mil personas aproximadamente”, observó sobre el padrón general, más numeroso en la capital fueguina.
“De las 455 viviendas ya hicimos el llamado a licitación y de las nuevas 600 viviendas, se prevén 210 para Ushuaia porque vienen en dos etapas, una primera de 450 y una segunda con las 150 restantes. De las 450, 210 son para Ushuaia, 50 para Tolhuin y las restantes 190 para Río Grande”, agregó, con lo que se completa el segundo programa.
“Ahora estamos empezando a entregar la documentación y de las que comienzan luego de la veda, que son 455, 204 se emplazan en el barrio CGT de la ciudad de Río Grande y las 210 de Ushuaia en el sector II del Pipo, donde estamos consolidando los últimos macizos que nos quedan para llegar con este número. La distribución tiene que ver con el análisis de la tierra. Hay que poner muy poca infraestructura, pero en otros sectores como el III del Pipo todavía falta resolver dos ítems, que son la electricidad y el gas. De todos modos estos servicios están contemplados para las nuevas 600 viviendas. La primera etapa se va a construir en terrenos que ya tienen servicios o donde hay que poner muy poco”, dijo.
Programa para estatales y gremios
Las 1.200 viviendas irán a dar respuesta al listado pero paralelamente se gestionó la línea PROCREAR II, “que está direccionada a los servidores públicos de educación, salud y seguridad. A su vez se están gestionando viviendas para asociaciones, mutuales y cooperativas que tengan tierras, para trabajar con ellos y darle una solución habitacional”, informó.
“Son dos líneas por fuera de lo que comúnmente viene trabajando el IPV. La mirada tiene que ser otra, y el Instituto tiene que posicionarse frente a las situaciones reales. La idea es tener todo un abanico para llegar a los sectores que más se pueda”, planteó.
Recupero complicado
Finalmente se le preguntó sobre el nivel de recupero de las cuotas que deben pagar los adjudicatarios. “La situación del área de recupero es buena, pero no es la óptima. Tenemos un recupero de aproximadamente 15 millones de pesos mensuales, que nos permite hacer dos viviendas por mes. Eso multiplicado en un año es muy poco. La curva en este período ha sido ascendente y ahora vamos a ir casa por casa para ver la situación por la que está atravesando el adjudicatario. Así paguen mil pesos, son bienvenidos, porque ayudan a poder seguir haciendo viviendas. Comúnmente se hace un informe socio-ambiental donde se verifica lo que el vecino viene a comentar, luego se piden los ingresos del grupo familiar y ahí está la función social del IPV, que es acompañar a la persona. Pedimos que aporten lo que puedan porque necesitamos llegar a otras familias que están esperando una solución”, concluyó.