Industria naval y conectividad fluvial marítima el enemigo de los imperios y la salida de Argentina

La Industria Naval es una fuente de ingresos estratégicos para un país, tanto material como intelectual, ya que mueve el comercio a gran escala de productos primarios e industriales. Generadora de empleo especializado directo e indirecto, fomenta y estimula en la población la adquisición de conocimientos universitarios, técnicos y oficios mientras como consumidor moviliza las industrias siderúrgicas del acero, fundiciones del cobre, aluminio y metalmecánicas en la fabricación de las piezas y motores.

Río Grande.- Alejandra Portatadino, Ingeniera Mecánica, pertenece al Grupo Bolívar, Miembro de Ingeniería sin Fronteras Argentina, del ASME Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos, CAI Centro Argentino de Ingenieros, profesora post Grado UTN Buenos Aires, Presidenta de FIPCA Filial Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, brindó su visión acerca de la industria naval y observó que está íntimamente ligada al desarrollo sostenible de un país

La Industria Naval es una fuente de ingresos estratégicos para un país, tanto material como intelectual, ya que mueve el comercio a gran escala de productos primarios e industriales. Generadora de empleo especializado directo e indirecto, fomenta y estimula en la población la adquisición de conocimientos universitarios, técnicos y oficios mientras como consumidor moviliza las industrias siderúrgicas del acero, fundiciones del cobre, aluminio y metalmecánicas en la fabricación de las piezas y motores.

Esta Industria ha sido una de los pilares que han permitido salir a países de profundas crisis inigualables en la historia de la humanidad como ejemplo una Alemania desbastada luego de la primera y segunda guerra mundial, Vietnam y Coreas ambos países arroceros antes de sufrir una guerra desbastadora que los dejó en la más absoluta ruina económica.

Comencemos a ver la Industria Siderúrgica, materia prima esencial para la Industrialización de un país.

 

Minería y siderúrgica, la materia primaria industrial

 

En diferentes periodos los Presidentes Irigoyen y Perón junto a generales como Mosconi, Savio y Pistarini, comprendieron la importancia del autoabastecimiento de la energía y la industrialización de nuestro país para poder sostener un futuro sostenible y soberano, al igual que el Dr. en Física Enrique Gaviola en el campo de la energía nuclear con tecnología e investigaciones propias. En 1938 Manuel Savio elabora un proyecto de ley para crear la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), donde se contemplaba realizar exploraciones y explotaciones tendientes a la obtención de cobre, hierro, plomo, estaño, manganeso, wolframio, aluminio y berilio.

En Octubre de 1945 se crea Altos Hornos Zapla, que tuvo un constante crecimiento ante la demanda de acero de muy buena calidad. En agosto de 1947 se promulga la ley nacional Nº 12.987 para el Plan Siderúrgico Argentino, llamada Ley Savio, que eran el conjunto de prácticas ligadas a Altos Hornos Zapla. Estas prácticas definían el producir acero en el país, utilizando minerales y combustibles argentinos y extranjeros, en la proporción que económicamente resulte más ventajosa y de manera de conservar activas las fuentes nacionales de minerales y de combustibles, en la medida que resulte conveniente para mantener la técnica respectiva en condiciones eficientes. El objeto era suministrar a la industria nacional de transformación y terminado, acero de la más alta calidad cumpliendo normas especificaciones técnicas, a precios que se aproximen todo lo posible a los que rijan en los centros de producción extranjeros más importantes. Con esta ley se aseguraba la evolución y posterior afianzamiento de la industria siderúrgica argentina. El Plan Siderúrgico Argentino contemplaba la constitución de las condiciones necesarias para el desarrollo y la consolidación de la industria siderúrgica nacional. El plan contempló el desarrollo de diferentes establecimientos industriales que en conjunto sostuvieran la producción nacional de acero. Donde la minería del hierro como mineral estratégico en manos del Estado garantizaba la provisión de materia prima propia a precios razonables para el proyecto siderúrgico. Los establecimientos industriales de SOMISA, cuya constitución se aprueba por esta Ley, y cuyo objeto principal será la producción de arrabio y la elaboración de acero en productos semi terminados con destino a la industria nacional. Se fomentan establecimientos industriales con sociedades mixtas que en adelante se crearen para la transformación o terminación de productos de acero. Pero estas acciones tuvieron su mayor enemigo, en el Reino Unido y los Estados Unidos que no podían permitir el ingreso de un nuevo competidor industrial que compitiera con sus productos. En Argentina ya tenían socios y testaferros en la Sociedad Rural con grandes terratenientes, más abocados a los placeres que brindaban los frutos del campo que mantenían con mano de obra barata, sin salarios dignos, jubilaciones ni beneficios sociales. Pero ese nuevo Plan Industrial generado que les ofrecía un nuevo futuro a las clases trabajadoras, también atentaba contra los intereses de esa Sociedad Rural. Ya destituido el Gobierno democrático de Juan D. Perón, comienza la infiltración de sectores de la derecha agropecuaria argentina en los sucesivos gobiernos. En nombre de la libertad y el libre comercio se comenzaron a generar políticas destinadas a contraer la producción y comercialización de los avances industriales y siderúrgicos argentinos a medida que iban tomando las riendas en los ministerios de economía. Ese sector entendía el fuerte enemigo que resultaba para sus intereses la industrialización Argentina, ya que la “peonada” había comenzado a entender que eran sujetos de derecho y sobre todo tenían derechos laborales sumando el acceso a la educación incluyendo la universitaria para ellos y sus hijos. Para destruir la producción tenían los capitales suficientes algunos propios y otros conseguidos de manera de préstamos espurios utilizando dinero público con estafas a la banca estatal con préstamos otorgados por amiguismos en los gobiernos donde muchos de esos préstamos jamás fueron devueltos, acrecentando la deuda pública. Con ese dinero se comenzaron a crear quiosquitos para importar marcas de otros países con grandes beneficios económicos para los representantes locales. Para perpetrar el plan desintegrador también utilizaron la propaganda financiada desde sus propios gobiernos destinada a destruir la Industria Argentina, que hasta hoy en día a dejado secuelas en la sociedad donde incluso muchos políticos descreen de la capacidad ingenieril Argentina, pese a tener aproximadamente 700 facultades de Ingeniería ganando incluso muchas de ellas premios internacionales. Así que esas florecientes industrias siderúrgicas que existían comenzaron a mermar la producción y eliminar productos básicos como por ejemplo lo era el acero naval, se abandonaron las extracciones mineras Llegados los años noventa, su privatización acabaría con se modelo de producción que tantos beneficios había generado para la Argentina y su población como fuente generadora de empleo de calidad. Y así se intentó terminar con el ambicioso plan siderúrgico argentino, pero que todavía estamos en condiciones de recuperar.

 

Los números de la construcción naval pesada Alemana

 

Construyó en 5 años desde 1934 a 1939 la cantidad de 39 embarcaciones de guerra pesadas de última tecnología para su época con un tiempo de construcción por embarcación de dos años y medio, desde 1936 a 1944 construyó 1.100 submarinos. Eso generó miles de empleos, reactivando otras industrias y potenciando las universidades. Hoy se está creando un conglomerado naval con los astilleros Thyssenkrupp, Kiel, Lindenau, Nobiskrug y Lürssen, articulando con las universidades alemanas para desarrollar nuevos proyectos.

 

Vietnam 1975 – 2019

 

Vietnam 1975 país arrocero queda completamente desbastado y endeudado luego de una guerra interna que casi la lleva al exterminio. Con un ambicioso plan de industrialización llega al día de hoy construyendo por año 1.400 embarcaciones grandes entre Panamax, Suezmax, Handymax, Very Large Carrier y Ultra Large Carrier, para diferentes transportes, graneleros, tanqueros, portacontenedores, metaneros. Aparte su plan siderúrgico y metalmecánico posibilitan que también fabrique su propio acero naval y produzca motores propulsores y auxiliares, pesados y ligeros,. De acuerdo a las estadísticas, han vendido casi 22 millones toneladas de acero en el año pasado. Las exportaciones de los productos de acero también incrementaron un 40 por ciento, alcanzado casi ocho millones toneladas con un valor de más de cinco mil setecientos millones de dólares. Actualmente, la capacidad productiva de la industria siderúrgica vietnamita es de 30 millones de toneladas por año, considerada como la primera entre los países del Sudeste de Asia. Con un crecimiento del 25 por ciento de esta industria en 2019.

 

Argentina: el nacimiento de la industria naval y su posterior destrucción

 

El Astillero Río Santiago inició sus actividades en el 15 de junio de 1953, por el Decreto N.° 10 627 del presidente Juan Domingo Perón que establecía la creación de Astilleros y Fábricas Navales del Estado (AFNE), empresa integrada por el ‘Astillero Río Santiago (ARS) y por la Fábrica Naval de Explosivos Azul (FANAZUL), con dependencia del Ministerio de Marina. Cuando la construcción se completó, el Astillero Río Santiago contaba con talleres de calderería, herrería, mecánica (tornería y ajuste), cobrería, electricidad, velería, fundición y matricería, galvanizado, carpintería y depósitos de madera, carpintería metálica y pinturería.

Tecnificado para la industria pesada cuenta con dos centros de mecanizado pesado con control numérico: el “INNOCENTI” y el “CERRUTI”. El primero tiene una capacidad máxima de carga de 160 toneladas, torneado de piezas de hasta 12 metros de diámetro y una carrera horizontal como alesadora de 25 metros.

El segundo tiene capacidad máxima de carga de 60 toneladas. Entre sus capacidades destacables se encuentra un taller de fundición de hierro y acero para producir piezas de hasta 15 toneladas. Produjo grandes motores diésel de hasta 30.000 CV, para buques y usinas terrestres. Fue licenciatario de Sulzer, GTM, Fiat, Charmillier Atelier, Brisonneau et Lotz Marine, Cockerill-Ougree y Burmeister & Wain.

El astillero aún está en condiciones de realizar construcciones, desde su proyecto e ingeniería básica hasta su alistamiento final y entrega al cliente. Asimismo cuenta con los recursos necesarios para realizar trabajos de reparaciones de envergadura de buque en muelle y diques flotantes. Ha construido buques de guerra, y mercantes graneleros y petroleros para Argentina, Alemania, y Venezuela.

 

ALMIRANTE STORNI – CINAR – TANDANOR

 

Cuando regresa a la presidencia Juan Domingo Perón en los 70, nuevamente comienza a intentar restablecer el Sistema Productivo Naval Argentino. Ahora con un nuevo proyecto de dotar a la flota de mar con 8 submarinos. En 1973 mediante el Decreto del PEN N.º 768 en el año 1974 se ensamblaron Tandanor dos submarinos Tipo 209 los ARA Salta S-31 y San Luís S-32, de origen alemán . Con otro decreto el N.º 956 del 28 de marzo de 1974, se realiza un convenio con el astillero Thyssen Nordseewerke donde se compran las patentes y planos de dos tipos diferentes de submarinos los TR 1700 y TR 1600, que impulsaría a la Argentina a construir submarinos diésel defensivos, se comenzaría con la construcción de una serie de seis submarinos TR-1700 dos construidos en Alemania y luego los primeros cuatro Industria Nacional construidos íntegramente en Argentina. Para ello construyó el Astillero Ministro Domecq, uno de los más modernos del mundo en ese entonces.

Perdida la guerra de recuperación de nuestras Islas Malvinas se paralizaba la construcción de submarinos, quedando el primero de la serie de cuatro que se iban a construir en Argentina el ARA ‘Santa Fe’ sin terminar. En 1983 recibimos al estar ya comprados a los ARA ‘San Juan’ y el ‘Santa Cruz’, pero se había cancelado el proyecto de construcción nacional. En los noventa durante la presidencia de Carlos Saúl Menen se desmantelaba todo el proyecto y las instalaciones del astillero casi terminan en un shopping tan de moda en esa Argentina de los 90, que tantos trabajadores quedaron en la calle con un sistema productivo destruido.

Todavía quedan posibilidades de reconstruir esa Argentina perdida, solo si ponemos a participar en los gobiernos nacionales y provinciales a profesionales formados en proyectos industriales y no pensando en inversiones en grupos financieros internacionales que producen el ahorcamiento de un país.

Así lo han entendido en el pasado y lo entienden en la actualidad con el gobierno de Merkel en Alemania, donde el Estado alemán tiene participación en todas las grandes empresas instaladas históricamente en su país que crecen sosteniblemente en la actualidad.

 

 

 

 

 

 

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