El referente del radicalismo, ex pre candidato a diputado nacional en las PASO, consideró necesario ampliar la base de Juntos por el Cambio y por sobre todo avanzar en la construcción colectiva de un proyecto de desarrollo para la provincia. Cuestionó que algunos candidatos aparecen cada dos años y, cuando termina la elección, se olvidan de los compromisos asumidos. También cargó contra dirigentes que deberían haberse postulado pero prefieren “quedarse cuidando su quinta”, luego de la segunda elección legislativa en que termina ganando el candidato de un partido minoritario como PRO de Tierra del Fuego. En lugar de pintar el país de amarillo se debería haber pintado de rojo, porque el 80% de los distritos en los que triunfó Juntos por el Cambio fue con dirigentes radicales, planteó, propiciando pelear por el protagonismo que merece la UCR.
Río Grande.- El radical Fernando Gliubich visitó los estudios de Radio Universidad 93.5 y reflexionó sobre la necesidad de mayor protagonismo de la UCR, de avanzar en la construcción colectiva de un modelo de desarrollo que tenga continuidad, y de la participación de referentes que no se han postulado, cediendo espacios que derivaron en dos derrotas consecutivas ante el PRO.
“El radicalismo está buscando distintas figuras a nivel nacional. Hay figuras emergentes y otras que vienen hace larga data dentro del partido buscando un protagonismo, con un rol diferencial dentro de Juntos por el Cambio. La UCR cumplió un rol muy limitado en la gestión de Mauricio Macri y esto se vio reflejado a nivel interno, cuando uno baja a los armados electorales. Muchas veces no se ve reflejado en el resultado la territorialidad que tiene la UCR a lo largo y ancho del país”, expresó.
“En esta ocasión habría que poner un tinte de otro color, porque el mapa se pinta de amarillo en los distritos en que ganó Juntos por el Cambio, que identifica al PRO, pero la realidad es que el 80% se debería pintar de rojo porque fueron triunfos de radicales. Esto tiene que ver con la territorialidad, con la historia de un partido centenario, con figuras emergentes en distintas localidades que vienen de fuera de la política, como es el caso de Facundo Manes, que tuvo una irrupción muy grande a nivel nacional”, destacó.
“Ese protagonismo debe ser propio del radicalismo, y tenemos que tener la valentía y la sabiduría de salir a seducir a gran parte del 60% del electorado que le dijo que no al kirchnerismo. Eso depende de nosotros, no de lo que hagan los demás”, señaló con autocrítica.
Lo cierto es que por segunda vez en una elección legislativa, esta vez con tres listas radicales, volvió a ganar un referente del PRO y la UCR fue perdiendo representación en los estamentos legislativos. “Esto tiene que ver con un proyecto político, con el armado a largo plazo y con una construcción colectiva. También tiene que ver con ambición de poder, que no está mal. Quienes son figuras emergentes, o referentes del partido, deben buscar ocupar determinados lugares. La interna del año próximo será una etapa previa seguramente y para el 2023 esa ambición de ocupar determinados lugares requiere darle sustento y estructura al partido”, manifestó.
“Para cambiar la realidad de la gente se necesita poder, y una vez que se accede a esos lugares de poder se pueden materializar las ideas y proyectos. También debe haber continuidad en la política, porque es uno de los puntos fuertes que la gente recrimina, y yo me sumo, porque una vez que terminó la contienda electoral el candidato se va a la casa, no pone más una palabra y parece que nos olvidamos de todo, de los comedores, de las escuelas, de los modelos de desarrollo. Después vuelven a los dos años a intentar un lugar. Tenemos que avanzar en la construcción de un proyecto de construcción colectiva y mi enojo de algunos días atrás tiene que ver con esto. Estamos cansados de una política nefasta que no logra resolver los problemas de la sociedad y necesitamos poner un proyecto sobre la mesa, discutirlo y continuar por ese rumbo. Una de las grandes falencias de Argentina es haber ido cambiando el modelo de desarrollo y debe haber un hilo de construcción”, instó.
“En lo personal después de las PASO de septiembre he mantenido la coherencia en términos políticos, mantuve la palabra, dándole valor a la palabra empeñada, y dijimos que íbamos a seguir colaborando hasta el 2023 armando un proyecto colectivo e intentando sumar gente que no se encuentra en la UCR. Hay un espacio mucho más grande para conformar y, más allá del corazón partidario, al día siguiente de la elección hay que gobernar para todos los fueguinos”, subrayó.
“Esto parece un River-Boca permanente, un blanco y negro, y este movimiento pendular destruye todo”, lamentó Gliubich.
Sumar y ampliar
Se le preguntó si Juntos por el Cambio puede incorporar nuevos partidos y si cree que la política tradicional está perdiendo vigencia. “Ambas cosas son reales. La política tradicional tiene una crisis de identidad, tanto de los partidos como de la sociedad y no sé cuánto tiempo más van a seguir los partidos políticos representándonos, e incluso materializándose en una contienda electoral. Quizás el día de mañana tendremos nuevos modelos de participación. Hay democracias más modernas donde se dan distintos plebiscitos y leyes para mejorar. Lo hemos visto en el caos de Alemania”, citó.
“Por otro lado creo sumamente necesario que Juntos por el Cambio se siga ampliando, lo que tenemos que entender hacia adentro es que es un proyecto de construcción colectiva. No es cuestión de meter a todos dentro de una bolsa de gatos como ocurrió en otros espacios. Compartiendo un compromiso medular, lo que tenemos que hacer es empezar a ceder cada una de las partes. Hablamos de armar un espacio de manera amplia, pero después vienen las mezquindades y hay algunos que no quieren dar un paso al costado. También hay otros que en determinadas circunstancias deberían presentarse en las elecciones y prefieren quedarse donde están. Es más fácil quedarse cómodos y quedarse cuidando la quinta que tienen”, criticó de los que no se postularon y cedieron espacios al PRO.
“Hay otro aspecto que nos va a dar previsibilidad, y es la participación de la juventud. Vemos lo que pasa en las instituciones, que el Concejo Deliberante no pone una palabra frente al Ejecutivo municipal, siempre hablando desde lo constructivo, porque es imposible que todo esté bien y la democracia se construye desde el disenso. Es la manera de construir un camino sano, pero no se está llamando a participar a la juventud, y no es un dato menor el peso concreto que tiene dentro de la sociedad. Tierra del Fuego es una sociedad joven y lo que menos les estamos dando es un marco de previsibilidad ni un espacio para que opinen, ni un presente que tenga cierta certidumbre. No puede ser que para todos los problemas de la provincia la mejor solución sea un avión. Tenemos que comenzar a generar un modelo de desarrollo integral, que comience a abarcar distintas soluciones”, reclamó.
“Esta pandemia ha dejado muchas cosas al descubierto. Expuso situaciones de violencia intrafamiliar, el rol del Estado, los distintos niveles de gobierno, y algunas cosas en las que tenemos que sacar un poco el pie del acelerador, porque siempre se habla de un Estado presente pero la realidad es que en esta pandemia nos apuntalamos en las relaciones de vecindad. Cuando un vecino tenía un problema le golpeaba la puerta al de enfrente, porque tenía alguna necesidad o le faltaba algo en la heladera. Esto es parte de lo que pudimos recolectar cuando caminamos por la ciudad”, afirmó.
“Hay necesidad de generar un diagnóstico de manera urgente. Hoy se está discutiendo en la Legislatura el presupuesto 2022 y es muy difícil racionalizar el gasto, ver de qué manera vamos a adjudicar las partidas, cómo vamos a administrar los recursos de una manera eficiente, que siempre son limitados, si no tenemos ese diagnóstico”, concluyó.