El Secretario de Hidrocarburos de la provincia analizó el nuevo escenario mundial a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania, y el impacto que tendrá no sólo para el mundo sino en particular para la provincia y el país. Tierra del Fuego produce en general para consumo interno en el caso del gas, y en petróleo se exporta un importante porcentaje a Holanda, por lo que se podría traducir en un aumento de regalías el incremento de precios del crudo. Para el país se complica el aumento del gas, porque todavía se importa, y el costo creció exponencialmente: “El año pasado el promedio de precio era de 8,33 dólares el millón de BTU y se está hablando de que se va a importar a un costo de entre 30 y 40 dólares. Son casi cinco mil millones de dólares y algunos analistas hablan de seis mil millones”, advirtió. Se suma la dificultad para conseguir barcos que traigan el gas importado, por la demanda de los países europeos. Prácticamente “estamos rezando”, dijo, para que el invierno fueguino no sea tan crudo, y a la vez baje la demanda en Europa por el inicio del verano, pero no se descartan medidas de racionamiento. Por otra parte, vio una oportunidad tanto para la provincia como para Vaca Muerta, ante la demora obligada en la transición a energías renovables. “Creo que por varios años vamos a seguir dependiendo de los hidrocarburos y esto produce una ventana de oportunidades para seguir produciendo gas. Una vez que logremos el autoabastecimiento podremos tener saldos exportables importantes. Si se desarrolla Vaca Muerta, tenemos la posibilidad de que nuestro gas, en lugar de ir a Bahía Blanca, sea exportado, y eso es un incentivo”, afirmó.
Río Grande.- El secretario de Hidrocarburos Alejandro Aguirre se refirió por FM La Isla al impacto del precio del petróleo y el gas en la provincia y el país, a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania. Explicó que “en el caso de Tierra del Fuego y en todo el país tenemos un fuerte condicionamiento de la demanda interna. Los precios internacionales impactan en la comercialización sobre todo cuando son bajos, como pasó al inicio de la pandemia donde hubo hasta valores negativos. El WTI (West Texas Intermediate) se ha dejado de usar pero sigue siendo una zona de almacenamiento importante del mercado en la zona de Texas, se ha convertido en un mercado electrónico de gas, y tenemos compradores que compran y venden crudo en forma virtual. Al no haber consumo en su momento, los que tenían en su poder el petróleo en los tanques de los que habían comprado en forma virtual, pidieron que se lo llevaran, cuando por ahí estaban sentados en una computadora en Nueva York. Esos vendedores empezaron a ofertar crudo y pagar incluso para que lo retiren, y es lo que el mercado toma como valores negativos. El que tenía en poder el producto pagaba para que lo retiren”, señaló sobre los inicios de la pandemia y la paralización mundial.
“En el Brent, que es el del mercado europeo y el que toma casi todo el mundo, está a 130 dólares el barril. Nosotros a través de OFEPHI pedimos un barril criollo, con un precio sostén de la producción y consumo de las refinerías, porque casi todo el petróleo que se produce en el país va a refinerías, en un 70% para YPF, para combustible. Mucho del gasoil se importa y en el caso de Tierra del Fuego, Total vende su petróleo a Shell, y el petróleo más pesado se exporta a Holanda. Ahí sí tenemos regalías atadas al precio internacional. Todo lo que va al mercado interno está regulado por el mercado nacional para sostener el precio del combustible. En los precios estamos condicionados al mercado interno y no tenemos estos vaivenes que se suceden a nivel internacional», aseguró.
“Siempre estamos cerca del valor Brent menos diez dólares aproximadamente, y el 40% de nuestra producción de petróleo es la que se va a ver influenciada por los valores altos a nivel internacional, porque es el que se exporta. Ahí podemos tener pequeños índices que pueden llegar a incrementar las regalías. Lo vamos a ver ahora, de acuerdo a las ventas que tengamos también, que son mensuales. En el caso de las regalías, el mes que viene veremos cómo fueron afectando las ventas de exportación. Esas regalías son de los fueguinos, pero hoy están cautivas para el pago de los bonos y se depositan directamente en cuentas del exterior. No recibimos un peso de eso salvo que haya excedentes, pero en los últimos años no hubo”, manifestó.
“En el caso del gas seguimos con la producción y el Plan Gas nos ha favorecido bastante para sostenerla. Total cada vez inyecta mayores volúmenes a las ciudades y es la segunda productora del país. En 2014 iba todo al continente, y a partir de la necesidad de las ciudades comenzó, a través de una operación de retroceso, a inyectar gas en el Gasoducto Fueguino, que abastece a la provincia. Hoy casi la mitad del consumo es de los yacimientos off shore, como Vega Pléyade o Carina. El precio también está condicionado a las necesidades del continente, es un mercado muy reglamentado por el Estado nacional. Donde entra el impacto más que nada es en el país y tiene que ver con la crisis en Europa y los precios internacionales del gas”, diferenció.
Importaciones con aumento exponencial
Aguirre advirtió que “hay importaciones que va a tener que hacer Argentina que duplican prácticamente el costo en dólares de las que se hicieron año pasado”, por lo que se le preguntó si esto puede significar un racionamiento del consumo. “Hay analistas que ven esa posibilidad. Esta es la cuarta edición del Plan Gas y el Estado nacional hace rato viene tratando de apalancar el desarrollo de Vaca Muerta primero, que revertiría la tendencia, porque es un yacimiento de características mundiales que serviría para exportar gas. Lo que tenemos es una gran debilidad en infraestructura, porque hay un solo gasoducto que atraviesa la Patagonia, un solo gasoducto va de Neuquén a Bahía Blanca, y dos que van al gran anillo de consumo de Buenos Aires. Casi el 70% del gas que se consume en el país es de los primeros 300 kilómetros alrededor del Obelisco”, dijo.
“Esta falta de infraestructura y la baja producción que tenemos todavía con respecto al consumo, hace que debamos importar energía en barcos. El año pasado el promedio de precio era de 8,33 dólares el millón de BTU y se está hablando de que se va a importar a un costo de entre 30 y 40 dólares. Son casi cinco mil millones de dólares, algunos analistas hablan de seis mil millones, pero este precio también incrementa lo que se va a volcar en subsidios y se habla de cerca de 15 mil millones de dólares”, expresó.
“El Plan Gas hoy termina siendo un moderador, pero no de gran impacto. En su momento la oportunidad era ofertar gas a 4,5 dólares el millón de BTU, cuando en promedio no superaba los 3 dólares. Era un incentivo y atiende la crisis obviamente, pero con estos precios hay que esperar qué va a pasar con Europa. Alemania es el octavo consumidor de gas del mundo y el 40% es de Rusia. Ahora está demandando gas de Estados Unidos que venía acá. A nosotros nos va a costar en dólares poder traer esos barcos. El año pasado fueron 56 barcos y ahora van a ser 62. No solamente es un problema de precio, sino que hay que conseguir esos barcos, porque si consiguen mejor precio en Europa se van a ir para allá, en lugar de venir a Sudamérica”, alertó.
“Ya tuvimos crisis y hubo que cortar a la industria, también hubo que hacer cortes en momentos de pico, sobre todo en invierno. Hoy se está apostando a tener un invierno suave, y más que apostar estamos rezando”, admitió.
“También esperamos que la demanda de Europa sea suave, porque coincide la salida del invierno de ellos con la entrada del nuestro. Esperamos que haya excedentes y bajos precios al momento que nosotros empecemos a comprar y necesitar esos barcos. Esto se va evaluando día a día, porque el precio del gas fluctúa muchísimo, de acuerdo al mercado especulativo, porque las necesidades son día a día y se paga en el momento que se va el barco”, observó.
“A veces se habla de que termina el conflicto y que va a haber negociaciones y baja el precio del gas. Se incrementan las acciones bélicas y se duplica el precio del gas en cuestión de horas. La verdad es un mercado muy volátil en este momento”, dijo.
Análisis de provincias petroleras
Respecto del análisis de las provincias que integran la OFEPHI de este conflicto y la posibilidad de maniobrar, señaló que “con la nueva gestión de los gobernadores hay provincias que decidimos darle una nueva impronta a la OFEPHI, hemos intervenido en el tema del barril criollo, en el Plan Gas, en la ley que se presentó en Congreso y hasta ahora no ha sido tratada. Tierra del Fuego tiene un posicionamiento fuerte, pero hay provincias que no tienen tanta presencia en el esquema hidrocarburífero del país, aunque integren la OFEPHI. Es importante integrar un cuerpo colegiado y que ninguna provincia se corte sola, con una relación unilateral con el Estado nacional. En eso estamos trabajando y a partir del segundo semestre la provincia va ocupar un lugar en el directorio de YPF, porque es rotativo. Son cuestiones que le dan una impronta fuerte a la provincia”, aseveró.
Inversiones de YPF en la provincia
Yendo a la realidad local, se le consultó sobre la relación actual con la petrolera de bandera. “Las relaciones con las petroleras no son fáciles. Tienen un poder económico y técnico que no tiene la mayoría de los Estados provinciales. Hay que estar encima para que hagan lo que corresponde, que es producir sustentablemente y generar inversiones. Cuando asumimos nos encontramos con la peor situación en el caso de YPF, porque había dejado de invertir, con un proceso de incertidumbre, conflictos gremiales que involucraban la paz social y conflictos de todo tipo, y era la empresa con la que teníamos más dificultades de comunicación. Se había roto la monoboya en octubre, cuando asumimos en diciembre no había ido nadie de la provincia a ver qué pasaba, dos meses después comenzó la pandemia y estuvo un año fuera de servicio. Hubo inacción de la empresa y de la provincia para presionar, y la misma situación se dio en mayo del 2021. Está viniendo un barco por mes para evacuar el crudo y exigimos que tuvieran repuestos acá, porque se volvió a romper un eslabón de la cadena, pero la reparación se hizo entre barco y barco. No se vio afectada la producción de hidrocarburos y eso marca la presencia del Estado, pero no es una situación fácil, hay que estar continuamente intimando, peleando y estando encima”, expresó.
“Por suerte hay una tendencia a revertir la situación. En junio empezamos con la sísmica del área CA12, estamos coordinando obras para la evacuación del crudo a través de la monoboya de Cullen y se está refaccionando un descargadero. Son situaciones que hacen que no se detenga la producción de petróleo, que está atada a la producción de gas. Es un trabajo continuo ir gestionando esto”, reiteró.
Malestar gremial
En cuanto al malestar expresado por los sindicatos por la desinversión de YPF, destacó que “tenemos un diálogo bastante fluido con el gremio, que también reclamaba la falta de presencia de la Secretaría, porque no había con quién discutir. Fue una decisión política de la Secretaría y nos reunimos en la oficina de Luis Sosa, ponemos la cara para lo que haya que hacer y hemos podido articular rápidamente las soluciones. Hubo un incendio en una planta con gente que tuvo quemaduras leves y eso no se puede aceptar. Se identificaron cuestiones entre la contratista y la operadora, porque no se reconocía el costo para la ropa ignífuga y se estuvo trabajando con el gremio. En esto es importante el diálogo, porque mucha de la información de campo la obtenemos de los trabajadores, si bien también estamos mucho en el campo”, valoró.
Una nueva oportunidad
Finalmente habló de las oportunidades de la provincia en el nuevo contexto internacional. “Tenemos como paraguas el tener un consumo fuertemente interno del mercado de gas natural. Gran parte del consumo de lo que producimos es en Tierra del Fuego, distinto de la zona norte de Santa Cruz, Chubut, Río Negro, que tienen inyección de Tierra del Fuego, Santa Cruz, de Río Negro, y los vaivenes del mercado hacen que afecte. Gran parte del problema es la infraestructura, porque falla una bomba acá y deja prácticamente a todo un país sin gas. Alemania hizo punta para dejar de consumir hidrocarburos dentro de la matriz energética, y dejó de hacer funcionar sus centrales térmicas en base a carbón, pero ahora están pensando ponerlo de vuelta en funcionamiento y eso implica salir de determinados acuerdos ambientales. Los cambios de transición energética hoy se tienen que parar y, en lugar de volcar dinero a energías renovables, están pensando hacer en puertos que tienen ellos dos centrales regasificadoras para poder importar gas natural. Creo que por varios años vamos a seguir dependiendo de los hidrocarburos y esto produce una ventana de oportunidades para Tierra del Fuego y Vaca Muerta, para seguir produciendo gas. Una vez que logremos el autoabastecimiento podremos tener saldos exportables importantes. Si se desarrolla Vaca Muerta, tenemos la posibilidad de que nuestro gas, en lugar de ir a Bahía Blanca, sea exportado, y eso es un incentivo”, concluyó.