El presidente de la ONG, Julio Lovece, aseguró que hasta ahora no lograron obtener la documentación y reclamó al Ejecutivo la apertura a todos los sectores especializados que pueden aportar. Abogó por una ruta que respete el paisaje y el medio ambiente, además del valor arqueológico de la zona. Los privados por donde atravesaría el camino tampoco fueron consultados y desconocen si el gobierno pretende avanzar con una expropiación.
Río Grande.- El presidente de la Fundación Ushuaia XXI Julio Lovece planteó su preocupación por Radio Universidad 93.5 ante el desconocimiento generalizado del proyecto del camino costero ya adjudicado a la empresa Gancedo. Se trata de una obra que prevé una inversión de 1.700 millones para la apertura de 132 kilómetros de ruta, donde debe haber un especial cuidado del paisaje y la riqueza arqueológica.
“Es un proyecto que data de los años ’90, cuando ocupaba la Dirección de Turismo y fui uno de los pocos que se opuso a la construcción, con argumentos turísticos y ambientales. En ese momento no había una afluencia turística tan grande que la justificara, sin un plan de manejo previo. Los primeros kilómetros se construyeron bastante mal, con una mirada netamente vial, dinamitando mucha roca, rompiendo mucha arboleda”, manifestó.
Aclaró que “el camino del Atlántico es todo lo que llega hoy hasta Moat, pasando por Harberton y Almanza. Es un camino de ripio que está en bastantes buenas condiciones. Hay un tramo que se construyó de 4 kilómetros desde el río Olivia hasta Punta Escarpados, e iba a ser el inicio de la ruta 30 que iba a unir Ushuaia con Almanza, y posteriormente pensaban llegar a bahía Brown. Hoy en día el proyecto prevé llegar hasta cabo San Pío y, en la segunda etapa, a partir de la zona de Almanza, hacer un mejoramiento de la ruta que ya existe hasta Moat. Pero desconozco el mejoramiento que se va a hacer y no lo puedo calificar como tal, porque puede ser un mejoramiento o una destrucción de lo que se ha hecho hasta ahora”, advirtió.
“Yo presido la Fundación Ushuaia XXI, que es una ONG sin fines de lucro que atiende temas relacionados con turismo, cultura y ambiente, y no tenemos nada del proyecto. Desde diciembre de 2016 venimos reclamándolo. Primero tuvimos una audiencia con la gobernadora y sus ministros para hablar de este tema. Luego tuve cuatro o cinco reuniones con alguno de los técnicos, con el ministro Vázquez, el arquitecto Jovanovich del área de Planeamiento, y con el presidente del INFUETUR Luis Castelli. Esto fue el año pasado y ya había solicitado el proyecto. En ese momento el argumento era que no estaba terminado, lo que me llamó la atención porque primero se consiguió el dinero y después se comenzó a elaborar el proyecto, porque ya se había hecho la colocación de bonos por 200 millones de dólares”, observó.
“Hace escasos días salió por los medios la noticia de que ya estaba adjudicada la obra a Gancedo, que es la única empresa que quedó después de otras dos que fueron desechadas, una de Mar del Plata y otra que se bajó. Sé que Gancedo ha hecho obras en otras provincias patagónicas y ha tenido algunos conflictos, pero este tema no es parte de la investigación en la que hemos ahondado. Lo que más me interesa es cómo van a hacer la ruta y poder acceder al proyecto. Si es que la obra ya ha sido adjudicada, también me interesa conocer el estudio de impacto ambiental”, dijo.
Se le preguntó si la obra prevé un puente, porque atraviesa un río de importantes dimensiones. “No conozco las características del puente, pero hay una zona en Río Encajonado que es complicado para cruzar. La preocupación para quienes estamos en turismo y temas ambientales, es porque se trata de una zona es rica en yacimientos arqueológicos. Hay arqueólogos como Ernesto Piana que han trabajado varias décadas en la zona y nos preocupa saber si el proyecto contempla la protección de ese tipo de valores. Uno imagina que se va a tener sumo cuidado con el recurso paisajístico y se van a proteger todos los valores biológicos, naturales, históricos, culturales, que sería el producto que se estaría imponiendo a través de esta ruta”, manifestó.
Contra los que ven a los ambientalistas como “bohemios” que no quieren el desarrollo, planteó que “cuando hablo de cuidar el medio ambiente, hablo de cuidar la plata, el recurso patrimonial de todos los fueguinos, porque el paisaje de Tierra del Fuego nos da plata todos los años. Es un recurso que no requiere tanta inversión y aun así está generando una inmensa cantidad de puestos de trabajo que ronda las 15 mil personas. El paisaje impactado ya no se puede recuperar”, expuso.
“Cuando hablamos de cuidar paisaje, hablamos de cuidar un recurso económico tangible, que da ganancias a perpetuidad si somos inteligentes y lo sabemos cuidar. Nadie va a recorrer 8 mil o 20 mil kilómetros para venir a ver un paisaje destruido y esto es lo que nuestras autoridades no terminan de entender”, lamentó Lovece.
Respecto de la posición del INFUETUR, dijo que “siempre he tenido una buena relación con Luis Castelli, porque he sido compañero de él en el gabinete de Garramuño en el Municipio de Ushuaia. Tuvimos mucho diálogo el primer año de esta gestión, pero desde hace varios meses no tengo mucho contacto y quiero creer que es porque está muy ocupado. El INFUETUR siempre se ha caracterizado por tener presidentes viajeros”, deslizó.
Remarcó que “hay una mirada cada vez más exigente del turismo, que exige mucho respeto por lo ambiental y lo escénico. Nos está faltando esa mirada más profunda y una de las críticas que le hago al gobierno es que no existe un plan de manejo del lugar. Hay un funcionario que habla de turismo, otro que habla de minería, otro que habla de emprendimientos productivos en Almanza, otro que habla de la granja multitrófica, otro que habla de emprendimientos acuícolas, y hay que poder conjugar todas esas actividades. Con algunas se podrá, pero no con todas porque no son compatibles. Si pensamos en una ruta turística, ya no podemos pensar en minería, a menos que estén guitarreando”, disparó.
“Yo estoy suponiendo, desde el desconocimiento de no haber podido acceder al proyecto, y el responsable es el mismo gobierno que no nos deja verlo. Si hubiese accedido a conocerlo en detalle, quizás hoy tendría una mirada más optimista, pero hasta ahora nadie lo conoce, a excepción de las autoridades de la Casa de Gobierno”, aseveró.
Aclaró que no es el único que pretende ver el proyecto y sumar alguna opinión para enriquecerlo. “Hay geólogos y arqueólogos del CADIC, ingenieros que tienen mucha experiencia vial, y ninguno ha sido consultado. La gente del CADIC no tiene el proyecto ni pudo opinar, tampoco la gente de la Universidad de Tierra del Fuego. Hablé con ingenieros viales y tampoco tuvieron acceso”, dijo.
“El gobierno habla de un proyecto que va a proteger los yacimientos arqueológicos, y los arqueólogos que trabajan hace décadas no han sido consultados. Eso me preocupa”, insistió.
Asimismo, cuestionó que se limite la participación a una audiencia pública. “El vicegobernador me dijo que va a haber una audiencia pública, pero la audiencia pública no es para opinar sobre un proyecto. Junto con el estudio de impacto ambiental son herramientas que exige la ley y los gobiernos se han caracterizado por hacer de estos instrumentos algo banal. Cumplen con el requisito de la ley, por ahí hay 30 oradores que tienen dos minutos para hablar. Nadie puede exponer una opinión seria, y la audiencia pública no es suficiente porque además no es vinculante”, recordó.
“En esa zona hay bosques nativos y están marcados como zona roja. La tala de bosques no la puede decidir el maquinista ni el ingeniero a cargo de la obra, a menos que cambien la ley porque tienen mayoría en la Legislatura. Pero al menos que disimulen y hagan una fantochada de debate para que podamos discutirlo y opinar. Además hay sectores privados, y hasta donde sé tampoco fueron consultados fehacientemente. Están tratando de obligarlos a firmar un acuerdo, por ejemplo a Harberton, que es la estancia más antigua de Tierra del Fuego y un monumento histórico nacional. Es un producto impuesto hace décadas que nos lleva a la principal pingüinera, tiene una historia riquísima, anterior al nacimiento de Ushuaia. Es un lugar emblemático para la zona sur, y los propietarios debieran ser consultados si les van a expropiar algo, para darles la posibilidad de que opinen”, reclamó.
“Yo hablé ayer con los propietarios de Harberton, porque ellos se comunicaron con el gobierno después de este proyecto, tuvieron una charla y quedaron en analizar la traza de la ruta de la estancia. Los propietarios pidieron hacer una propuesta, porque no se oponen a que pase la ruta por ahí, pero piden que rompan lo menos posible los yacimientos arqueológicos y preservar el paisaje que están vendiendo hace más de 40 años. Pero la respuesta fue negativa. La propuesta que hicieron de la traza dentro de la estancia fue rechazada”, reveló Lovece.
“Me parece que no es necesario tomar esta postura tan obtusa y cerrada. Con el gobierno anterior tuvimos la misma postura, con diálogo cero cuando hablamos del interconectado y ni siquiera la gente de medio ambiente tenía el proyecto. Debe haber algún virus en los sillones de la gobernación que los infecta ni bien ingresan, porque no comparten información, todo es secreto y hay que escuchar sin opinar. Me resulta incomprensible”, señaló.
“Hemos propuesto crear un cuerpo interdisciplinario ad honorem para analizar el proyecto, porque no queremos nada. Por las campañas y proyectos que hacemos no cobramos nada, sino al contrario, y eso es importante aclararlo”, concluyó Lovece.