Coto justificó la quita de la obligatoriedad de entregar tierras con agua y cloacas

El convencional de Republicanos Unidos explicó que se quitó de la carta orgánica la obligatoriedad de proveer de agua potable y cloacas a las tierras municipales, porque ambos servicios no son prestados por el municipio y sería “de imposible cumplimiento”. Paralelamente la mayoría de la convención votó a favor de habilitar al municipio a hacerse cargo tanto del servicio de agua como de cloacas, que hoy presta la DPOSS, con la asignación presupuestaria correspondiente. También consideró que haber limitado el presupuesto participativo a un porcentaje del presupuesto de obra pública lo hará de más fácil cumplimiento.

Río Grande.- El convencional de Republicanos Unidos, Agustín Coto, justificó la quita de la carta orgánica de la obligatoriedad del municipio de entregar tierras con los servicios esenciales de agua y cloacas. Fue uno de los incumplimientos de la carta orgánica más señalados por la oposición en la gestión Vuoto y, para el convencional Javier Branca, en lugar de ampliar derechos, se quitaron en la votación de la primera parte de la reforma.

Sin embargo, por Radio Nacional Ushuaia, el convencional Coto argumentó que sería de “imposible cumplimiento” la redacción anterior, porque no depende del municipio la prestación de estos servicios, si bien, contradictoriamente, por mayoría se  lo habilitó a hacerse cargo de todos ellos, con la asignación presupuestaria correspondiente en caso de una transferencia del gobierno.

Puntualmente consultado sobre el tratamiento del requisito de instalación de los servicios para entregar tierras, señaló que “en la carta orgánica original se hablaba de cloacas, y las cloacas dependen de la provincia, no son municipales. En el texto estaba escrita una condición que el Ejecutivo municipal no puede cumplir, porque está fuera de su competencia. En su momento, cuando obras sanitarias era municipal, tenía sentido, pero hoy que la DPOSS es provincial, no se puede obligar a cumplir algo que depende de terceros”, sostuvo.

“Suena lindo decir que el municipio debe hacer un montón de cosas, pero después no las puede cumplir, y entramos en el problema de que está incumpliendo la carta orgánica pero por otro lado no la puede cumplir, y no nos sirve”, dijo.

 

La contradicción

 

Mientras por un lado la mayoría de la convención quitó la obligatoriedad al municipio de entregar tierras con servicios esenciales, por otro lo facultó a hacerse cargo precisamente de esos mismos servicios que hoy no puede prestar, con el tratamiento de los artículos 68 y 69, que habilitaron al municipio a hacerse cargo de los servicios de “agua, cloacas y electricidad, entre otros”.

Coto explicó que “el artículo incluye que debe tener la asignación correspondiente de los recursos, en caso de una transferencia de servicios que hoy presta el gobierno. Esto es importantísimo porque, si no, podría ser muy demagógico que alguien diga que se va a hacer cargo del agua, las cloacas y la luz, pero con qué recursos. Si se consigue la transferencia de algún servicio, como puede ser la electricidad, deberá ser con los recursos, si no, significaría un problema económico y financiero para el municipio”.

 

Cambio de opinión

 

En cuanto a su cambio de postura al haber firmado dictámenes en minoría que luego no votó, decidiendo acompañar la mayoría, fue uno de los señalamientos que le había hecho la convencional Liliana Fadul en sesión y Coto advirtió que “ninguno de los dictámenes que se votaron son el proyecto de un bloque, sino que son el fruto del trabajo de múltiples proyectos, incluso de vecinos, como por ejemplo el articulado de Malvinas donde se tomó como base el proyecto de los excombatientes. Hubo muchos artículos que se aprobaron por mayorías grandes y es bueno que así sea”.

Negó que haya votado “con el oficialismo” particularmente, porque “todos los artículos fueron apoyados por la mayoría de los bloques y no hubo proyectos de un bloque que lo haya impuesto y eso me parece buenísimo. Con el artículo 37 había tres dictámenes y uno de minoría estaba firmado por mí, pero se puso la cámara en comisión para producir un dictamen de consenso, que obtuvo 10 votos”, citó como ejemplo, y lo mismo ocurrió con el tope del gasto al Concejo Deliberante.

 

Sesión en dos jornadas

 

Sobre la extensa sesión, que demandó más de 17 horas, se le consultó si resulta conveniente acumular tanta cantidad de artículos, dado que fue otra de las críticas del convencional Branca al votar “paquetes” sin la debida discusión.

“Se podrían hacer cuartos intermedios de un día para el otro. Sería bueno tratar menos cantidad de artículos, pero si miramos la historia de otros cuerpos similares, es normal. En la convención de 2001-2002 también hubo sesiones así. Lo que sucede es que hay todo un proceso burocrático para llamar a sesión, la convocatoria, la reunión de Labor Parlamentaria, el tiempo de homenajes, la parte protocolar; y si se hacen dos sesiones hay que hacer dos veces todo eso. Lo que puede llegar a suceder es que la siguiente sesión tenga dos jornadas, con un cuarto intermedio, y que se continúe al otro día”, barajó.

“Al venir trabajando en los dictámenes de comisión, ya todos deberíamos tener una idea de cómo van a ser las votaciones de los artículos, y en este caso no hubo sorpresas. Algunos nos llevaron mucho tiempo porque son muy largos, como el 37 y 38, sobre competencias municipales exclusivas y concurrentes, que tienen más de 20 incisos. El empleo público también llevó tiempo y hubo movilización de los gremios, también pasó con los taxis. Al tener tanta participación de la gente, lleva su tiempo y eso explica por qué duró tanto la sesión”, dijo.

 

Presupuesto participativo limitado

 

Finalmente se refirió a la limitación al presupuesto participativo que fue criticada por Somos Fueguinos. “Ese artículo se aprobó con 10 votos y no creo que haya una limitación, sino una delimitación. El artículo original era más general, y el que se aprobó es más específico sobre los recursos para el presupuesto participativo”, dijo.

“En la carta orgánica hay muchos instrumentos participativos y muchos no se llegaron a aplicar. Uno es el presupuesto participativo, que se ha usado poco y nada, y poco y mal. Está buena la idea de que se pueda hacer de todo, pero no se termina haciendo nada porque es difícil de aplicar. Si se delimita es mucho más factible que se termine aplicando”, argumentó.

“La carta orgánica original es muy hija de la crisis de 2001-2002 y tiene muchos elementos participativos que me gustan pero, como la redacción es muy amplia, la aplicación no se hace sencilla y está visto en los 21 años que tiene de vigencia. El presupuesto participativo se ha utilizado muy pocas veces, y no queremos que se termine disfrazando como presupuesto participativo para cumplir la carta orgánica una decisión del Ejecutivo del momento, es decir, pasar una obra que se hubiese hecho por administración, como presupuesto participativo. La idea es que haya un porcentaje del presupuesto que sea ejecutado y decidido por los vecinos. Me parece que limitarlo lo hace más fácil de aplicar y es más previsible cuánto dinero se puede utilizar en presupuesto participativo, porque está relacionado directamente a un porcentaje de la obra pública. La aplicabilidad va a ser más sencilla”, insistió.

Concedió que tanto antes como ahora, si el Ejecutivo no quiere convocar a dar cumplimiento a esta herramienta de la carta orgánica, el problema sigue. “En la redacción actual no se forzó el mecanismo de activación, pero espero que de aquí en adelante haya mayor uso de esta herramienta. En la carta orgánica se ponen enunciados y luego se deben establecer las condiciones por ordenanza, para ejecutar las herramientas. Si ponemos condiciones muy precisas en la carta orgánica, con el tiempo son imposibles de cumplir”, concluyó.

 

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