El ex gobernador José Estabillo expresó que si Mónica Urquiza, como presidente del MPF, “dijo algo e hizo lo contrario, será ella la que dé las explicaciones del caso, y el MPF sabrá juzgar esta conducta”, tras el desempate a favor del oficialismo municipal. Marcó su disidencia con el aumento de concejales que aprobó la mopofista, con la figura del viceintendente, y se pronunció a favor del ballotage, con una mirada que coincide con las promesas de campaña de Urquiza, aunque en los hechos hizo todo lo contrario. Barajó que la conducta de la presidente del MPF responde a “intereses ocultos” que el tiempo va a develar.
Río Grande.- El ex gobernador José Estabillo, referente histórico del MPF, dialogó con Radio Universidad 93.5 y Provincia 23 sobre la reforma de la carta orgánica y el rol de Mónica Urquiza, actual presidente del partido del que todavía es afiliado.
Estabillo fue el primer intendente de Ushuaia de la democracia, además de gobernador por dos períodos, convencional constituyente provincial y nacional. Ayer participó de los actos del 138° aniversario de la capital fueguina, y sostuvo que “fue un honor para mí acompañar este festejo tan importante. El voto de la gente nos dio la posibilidad de iniciar el primer gobierno provincial de Tierra del Fuego y creo que hemos hecho cosas importantes en la provincia, que ha tenido un crecimiento exponencial.Como todo partido político, el MPF tuvo su crecimiento, después vino la puja interna y veo que se está perdiendo esa concepción de partido provincial, porque se mezclan las personas con distintas representaciones políticas donde da la sensación de que se busca el cargo por el cargo mismo, y no llevar un modelo de desarrollo y un modelo político, pensando en la evolución de la provincia”, cuestionó.
“La provincia tiene un gran potencial y necesitamos terminar la obra del puerto de Río Grande, porque es el sostén para una montaña de riqueza enorme, como es el petróleo, el gas, la turba, la madera. Hay mucho por desarrollar y corremos el riesgo de que nuestro régimen de promoción sufra algún retoque. Nadie me explicó nunca por qué motivo no se continuó la obra del puerto que iniciamos. Esa obra tuvo el informe de la consultora más importante de Canadá, todos los informes de los organismos técnicos del país en materia portuaria, el Servicio de Hidrología Naval, la Armada Argentina, la Secretaría de Puertos y Vías Navegables. Llegamos a fin del ’99 con algunos problemas que había en el país y nosotros los padecíamos del punto de vista económico, y me preocupa que se hayan hecho 2.500 metros de viaducto para poner el puerto en marcha en un plazo de dos o tres años más. Quedó la obra paralizada y ahora se habla de que se estaría construyendo un puerto en Las Violetas”, señaló.
Los intereses de Urquiza
Yendo puntualmente a la convención, se le pidió una evaluación del desempeño de los referentes del MPF. En principio expresó “reparos con respecto a algunos artículos que se han incluido. La carta orgánica municipal no debería ser modificada. Tanto las cartas orgánicas como las constituciones de las provincias tienen un contenido, que es el espíritu que le ha puesto el constituyente, y ese espíritu no se puede distorsionar con leyes que sancione la Legislatura o con ordenanzas del Concejo Deliberante. Evidentemente en estas modificaciones siempre hay intereses ocultos y uno los puede imaginar. Alguno está queriendo ordenar algún espacio, tener la posibilidad de tal o cual cosa, y obviamente hace algunos acuerdos. A algunos dirigentes los entusiasma esta idea y votan en contra de sus principios y del mandato que les ha dado el partido”, expresó en relación al acompañamiento de dirigentes de su partido a La Cámpora.
“No creo que en este caso el MPF haya dado instrucciones a los que participaron, porque estaba Mónica Urquiza, Fernando Oyarzún que fue por otro partido pero es afiliado al movimiento. Ya no sé quién es afiliado al MPF”, ironizó.
No obstante hizo una clara diferenciación entre Oyarzún y Urquiza: “Si el que vota, dijo antes qué iba a votar, me parece una postura clara y respetable; el tema es aquel que llega con un mensaje diciendo que tal cosa no la comparte y luego vota contra esa idea. Hay intereses ocultos que pueden estar dando vueltas”, barajó.
“Por otro lado hay que considerar el gasto político. Si no entendemos definitivamente que no podemos tener una provincia que cada vez tenga más gasto político y menos gasto en inversiones para prever un desarrollo genuino, no vamos a ningún lado y estamos dependiendo siempre de que nos den partidas adicionales para sostener un gasto corriente que excede absolutamente lo que está previsto. En la Constitución del ’91 pusimos que los gastos corrientes no podían exceder el 50% del presupuesto total y eso se fue distorsionando. Lo mismo ocurre con la carta orgánica”, indicó.
“Me parece que la figura del viceintendente no era necesaria y tampoco tantos concejales. Tal vez dos más sí, porque la comunidad de Ushuaia necesita tener representación de algunos sectores; y hubiera sido interesante tener la segunda vuelta para evitar que, cuando la elección se polariza mucho, alguien pueda ganar la intendencia con 22 puntos”, opinó.
Cabe señalar que Mónica Urquizaplanteó esta misma visión en campaña, pero terminó avalando la viceintendencia, el aumento a 11 concejales y el rechazo al ballotage, haciendo uso del voto de desempate. “Yo no escuché los comentarios previos a la elección de la vicegobernadora, pero creo que esto hace referencia a los intereses ocultos y el tiempo despejará el porqué de esta conducta”, aseguró.
También fue crítico de la cantidad de asesores de los concejales y de la presidente de la Cámara. “Yo no estoy de acuerdo con tener tantos asesores. El gasto de la política es muy alto, hay que bajarlo, pero no depende de mí sino de las actuales autoridades. Se está destinando dinero a gastos de funcionamiento y no se encaran las grandes obras que deberían encararse. Cuando asumí como presidente del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura le dije a los cinco directores que íbamos a tener un solo asesor cada uno. Acá parece que el cargo de asesor es una compensación que da el candidato por haber llegado, y estas cosas no le hacen bien a la política. Hay que ser serio y responsable en el manejo de la cosa pública”, recomendó.
“Como intendente yo no tenía ningún asesor. Tenía tres secretarios, de Gobierno, Hacienda y Obras Públicas, después había algunas subsecretarías y direcciones, como la de Deportes y Cultura. La recolección de residuos la hacíamos nosotros hasta que vino una empresa privada, y no pasaban de 180 los empleados del municipio. Cuando dejé mi segundo período de gobernador mandé el proyecto de presupuesto e, incluyendo los sectores más importantes de cualquier gobierno, que son educación, salud y seguridad, más la Justicia que nos tocó poner en marcha, teníamos un total de 7 mil empleados públicos, con entes descentralizados, absolutamente todo. Hoy creo que superan los 20 mil”, comparó.
“Yo puedo aceptar que los servicios esenciales tengan que crecer, porque la población crece y demanda mayor cantidad de médicos, de docentes, de personal de seguridad, pero el resto es un gasto que hay que justificarlo muy bien, porque después no quedan recursos disponibles para encarar inversiones en infraestructura o bienes de capital, y no se genera un camino de desarrollo para la provincia”, advirtió.
La caída del MPF
Lo cierto es que reconoció un derrumbe del partido que ganó la primera gobernación y un segundo mandato con 20 puntos de diferencia. “A medida que fue creciendo la sociedad, el MPF no fue ofreciendo un trabajo intenso. Yo no estuve muy cerca del partido, si bien venía frecuentemente, pero dentro del MPF había dificultades de convivencia, intereses de distintos sectores que quieren ubicarse y demás. Por otro lado, tenemos una carta orgánica donde la junta central toma definiciones. La alianza que hizo el MPF, con la que muchos no estaban de acuerdo, la determinó esa junta central, sin consulta partidaria y a los afiliados. Cada ciudad tiene una junta departamental y hay una junta central integrada por representantes de Río Grande y de Ushuaia”, recordó.
“Veo que en el partido no han nacido líderes ni personas confiables como para poder generar un aggiornamiento y un nuevo camino, desde el año 2000 en adelante. Yo perdí una interna con Garramuño y en el ’84 me ganó la interna Juan Carlos Oyarzún. Ahí me di cuenta de que los adversarios se dedican a afiliar gente y, a pesar de que uno pueda ser una imagen que a la comunidad le gusta, por ahí internamente te dejan en el camino. A mí me cuesta aprender que si quiero intervenir en política tengo que hacer un fuerte trabajo interno. Yo sueño con que el afiliado tiene un pensamiento personal y puede distinguir entre un candidato con más carisma y otro menos confiable”, se sinceró, sabiendo que en la realidad eso no ocurre linealmente.
“Con el movimiento neuquino está pasando lo mismo porque hubo grandes dirigentes, como los Sapag, y ya no es más gobierno provincial. Uno puede trabajar para fortalecer al MPF, pero si no encuentra una figura que resulte ser confiable y atractiva, se produce una caída del punto de vista electoral”, lamentó.
Se le preguntó si la conducta de Urquiza en la convención debilita más la confianza en el partido. “Yo no voy a juzgarla a Mónica. Si dijo algo e hizo lo contrario, será ella la que dé las explicaciones del caso, y el MPF sabrá juzgar esta conducta”.
Dado que el partido salió anteúltimo en la elección de convencionales, con la presidente a la cabeza de la lista, sentenció que “eso es una clara demostración de la decadencia que tiene el partido”.
“Veo que el partido está mal, que está muy polarizado y cada uno se va corriendo de un lado para otro, pero confío en que se pueda sostener el concepto de un partido provincial que privilegie los intereses de la provincia por sobre otras cosas. No me asusta que el MPF haga acuerdos políticos para trabajar para el bien social o de la comunidad, pero cuando la búsqueda pasa por cómo se accede a un cargo, se están trastrocando los valores que teníamos”, enfatizó.
Bajar el gasto
A modo de anécdota, contó que “el 28 de diciembre pasado llamé a mi amigo ‘Chiquito’ Martínez, que fue mi amigo antes de que fuéramos adversarios, porque cumplimos 30 años de nuestra segunda vuelta en 2021. Lo saludé porque ambos vivimos un momento histórico. Era la primera gobernación de la provincia y además un hecho irrepetible. Fue una elección con una diferencia que no llegaba a los 300 votos, pero triunfo al fin, e hicimos muchas cosas por la provincia. Hoy no estamos bien, porque no se han hecho obras trascendentales como las que nos tocó hacer a nosotros, fundamentalmente las obras en el sur, como el aeropuerto internacional, el cerro Castor, la ruta nacional 3 que también gestionamos y la ampliación del puerto. Ahora hay una ampliación que están haciendo con recursos nacionales y esperemos que este ajuste del Estado argentino no le quite recursos a Tierra del Fuego para poder completar algunas obras en marcha, otras anunciadas, y que no se rompa la ilusión que tienen muchos fueguinos”, concluyó.