Luego del proyecto de Ley que presentara el diputado nacional porteño, presidente del Bloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, con el objeto de “eliminar el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego”, el ex legislador fueguino y referente de la Unión Cívica Radical, Dr. Luís R. Moreno, fue entrevistado por Pal’Sur para consultarle sobre esta iniciativa, su impacto en la provincia y en el modelo económico argentino, dado que Moreno es un especialista en dicho régimen.
Ushuaia.- El portal Pal’Sur entrevistó al ex legislador fueguino y referente de la Unión Cívica Radical, Dr. Luís R. Moreno para consultarle sobre el proyecto de Ley que presentara el diputado nacional porteño, presidente del Bloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, con el objeto de “eliminar el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego”.
– ¿Qué consideraciones le merece el proyecto de ley impulsado por el bloque Juntos por el Cambio de por parte de la Coalición Cívica que pretende eliminar el régimen de promoción de Tierra del Fuego?
Es una desmesura que cabalga sobre una idea de país sin federalismo ni soberanía, que pretende gobernar en beneficio de sectores económicos al que solo le importa la maximización de ganancias. Y por supuesto, estos sectores cuentan como aliados secundarios a políticos de distintas vertientes partidarias. Los que presentaron el proyecto en cuestión solo son la punta del iceberg que fueron utilizados para generar un debate sobre la base del desmantelamiento de la actividad industrial de Tierra del Fuego.
– ¿Esto tiene una dimensión mucho más profunda?
Por supuesto. Este proyecto es un calco de aquel que presentaron recientemente los mal llamados chacareros (en realidad son acopiadores de granos), que se movilizaron a Plaza de Mayo y acercaron, en esa oportunidad, la propuesta de llevar las retenciones de exportación a cero y que ese costo fiscal fuera cubierto con la eliminación de cuajo de la ley 19640, en un periodo de cuatro años, y una indemnización temporal para los trabajadores que quedaran en la calle.
El Régimen de Promoción ha sido atacado históricamente por distintas razones, pero si uno trazara una curva temporal de la producción de bienes industriales de la provincia y el nivel de empleo del sector, podrá advertir que los picos críticos se dan en los tiempos en que el modelo de país se inclina hacia posiciones liberales ortodoxas.
– ¿Y ello a qué se debe?
Eso es así porque para un liberal ortodoxo lo fundamental no está en la producción sino en lo fiscal, y conciben que el costo de importación de insumos para la industria fueguina, cercana a los 2500 millones de dólares, afecta la balanza de pagos. Pero contradictoriamente, se emperran en la apertura indiscriminada de la economía, que además de ser más costosa, termina impactando sobre el aparato productivo. Los ejemplos más relevantes podemos encontrarlos en la última etapa del gobierno militar, la gestión Cavallo durante el gobierno de Menem y el gobierno anterior.
– ¿Iniciativas de esta naturaleza pueden prosperar?
Se tienen que dar condiciones objetivas para que ello ocurra. Hay modelos económicos en que la Ley 19.640 es absolutamente inviable. Por lo general, a estos modelos poco les importa la geopolítica o los equilibrios regionales. El gobierno anterior es un claro ejemplo de ello que, si bien no pudo avanzar en el desmantelamiento del aparato industrial de Tierra del Fuego bajo la mascarada de la “reconversión”, por la resistencia parlamentaria, le produjo severos deterioros. Pero no me cabe la menor duda que esta vez están decididos a todo y creen que contarán en el futuro con el apoyo suficiente en ambas cámaras del Congreso.
– ¿Quiénes son?
Macri, en la presentación de su libro “Para que” dice que “el gradualismo fue producto de nuestra debilidad y no de nuestra vocación”. Advirtiendo, para que no existan dudas que: “El próximo gobierno será más fuerte y su fortaleza requerirá que las reformas estructurales se sancionen en las primeras horas. Debemos tener la valentía de terminar de inmediato con legislaciones obsoletas en materia laboral, sindical, previsional y fiscal”. El desmantelamiento de la industria fueguina indudablemente se inscribe en el terreno fiscal.
Pero no es el único. Patricia Bullrich, en oportunidad de anunciar hace unos días su “rimbombante” plataforma económica prometiendo una economía bimonetaria, anunció que eliminaría todos los subsidios y haría una apertura indiscriminada de las importaciones.
– ¿Tierra del Fuego queda en el ojo de la tormenta en caso de que estos actores lleguen a ser gobierno?
Sin duda. Pero no son solo nombres. Son exponentes de un modelo que no solo atenta contra los intereses de Tierra del Fuego, sino contra los intereses nacionales. Todos sabemos que consideración han tenido para estos actores la cuestión Malvinas. No podemos disociar el interés de nuestras empresas, sus trabajadores y la provincia de lo que incluso es más importante, la Nación. Resulta extremadamente preocupante que para un puñado de corporaciones económicas y un entramado político de amplio espectro, no exista un proyecto de país.
– Teniendo presente que uno de los impulsores del proyecto habló en Twitter de que estaría bueno hablar de geopolítica. ¿Cuál es tu mirada al respecto?
Desde la consideración de nuestras industrias podemos decir que los fueguinos necesitamos tanto de la industria, como el país de un polo de desarrollo estable en la isla. Ambos deben complementarse para sentar soberanía. Porque la soberanía a la que hoy debemos prestar atención es a la del dominio y usufructo de los espacios geográficos y eso con las economías pastoriles, como algunos imaginan a Tierra del Fuego, no alcanza.
Pero no es solamente nuestra geografía austral. Podemos observar por los datos intercensales el amesetamiento de la población en la Patagonia. Para darnos una idea del desequilibrio; en toda la Patagonia habita el equivalente al 15 por ciento de la población del Gran Buenos Aires. Si esto no los conmueve, como tampoco el hecho de ser el atlántico sur una ruta estratégica de dominio, de ser referentes continentales de Antártida y Malvinas, resulta claro que solo les importa la supremacía económica de sectores concentrados de la economía. Y ese definitivamente es un problema que debemos resolver todos los argentinos.
– ¿Qué opina sobre el transversal rechazo de la clase política fueguina a este proyecto?
Por supuesto que uno ve de manera positiva la reacción del amplio espectro político fueguino en relación a este proyecto. Pero tampoco podemos taparnos los ojos.
Digo esto en distintas circunstancias históricas la corta vida de la Ley 19.640 (50 años) tuvo ataques muy profundos y tuvo complicidades en el seno de la sociedad de Tierra del Fuego y también dentro de su clase política. Esto lo vimos durante un ataque muy fuerte que se produjo durante la época de Menem, con la apertura de la economía y apuntando al desguace a la actividad industrial de fueguina, que sufrió un trágico deterioro.
Exactamente lo mismo pasó en el gobierno anterior, donde muchos, por acción u omisión, los que hoy se rasgan las vestiduras no hicieron absolutamente nada, inclusive propiciaron de manera argumental, esgrimiendo loas con respecto a la política económica del gobierno nacional de aquel entonces y fueron consecuentes con el discurso de reconversión económica que planteaba Macri, que no era otra cosa que cercenar la actividad industrial fueguina.
En esta oportunidad han estado todos juntos, pero esto es un tema de modelo, y cuando nos sentemos a hablar de modelo quisiera saber si todos aquellos que hoy están señalando este proyecto van a estar juntos criticando el fondo de la cuestión que es, repito, el modelo económico. Porque también debería criticarse con igual énfasis lo que dijo Bullrich con respecto a la apertura de la economía y la bimonetarización, o lo que dijo Macri con respecto al «costo fiscal». Porque son todas cuestiones que conducen a las mismas consecuencias: el desmantelamiento de la actividad industrial.