La asociación Reencontrándonos aspira a la sanción de una ley que garantice el sostenimiento económico

Hoy la demanda supera ampliamente la capacidad de la ONG para dar respuesta y, de las 36 camas disponibles para internación en el edificio de la capital fueguina, solamente están habilitadas 18, por falta de fondos para los profesionales que se necesitan para brindar una atención adecuada. Además es necesario incrementar el equipo de Río Grande que brinda atención ambulatoria. Mediante un proyecto de ley que presentó Reencontrándonos y tomaron todos los bloques de la Legislatura, se apunta a garantizar el sostenimiento económico en función del costo que requiere la atención de pacientes, en un contexto en el que muchos carecen de una obra social que se haga cargo de la cobertura.

Río Grande.- Stella Maris Lavenia, presidente de la Asociación Civil Reencontrándonos, dialogó con Radio Universidad 93.5 y Provincia 23 sobre la situación de la institución y el aumento de la demanda para la recuperación de adicciones.

“Somos una ONG que va a cumplir 22 años de trabajo en Ushuaia y 18 en Río Grande, donde tenemos un espacio ambulatorio. En Ushuaia tenemos atención ambulatoria e internación. En la gestión de Bertone accedimos a un edificio modelo para la Argentina, en nuestra sede central de Ushuaia, donde hacemos las internaciones de pacientes de toda la provincia. Además tenemos comunidad de día y consultorio externo. En Río Grande solamente hay atención ambulatoria”, dijo.

“Trabajamos con un sistema de comunidad terapéutica, es un trabajo interdisciplinario donde hay médicos, psicólogos, psiquiatras, especialistas de familia, licenciados en trabajo social, y se trabaja para modificar los valores y las actitudes, donde también se incluye a la familia. Tenemos una capacidad edilicia de 36 camas en Ushuaia pero solamente tenemos 18 habilitadas, por una cuestión de capacidad de equipo. Las 18 camas están cubiertas y en este último tiempo hemos tenido muchos pedidos de internación, más de Río Grande que de Ushuaia. Hoy va a haber una reunión de la comisión de salud y la convocatoria la hizo el Secretario de Salud Mental y Adicciones, a partir de un proyecto que presentamos con el fin de respaldar económicamente a la gente que no tiene obra social. En agosto fuimos convocados nosotros, hicimos nuestra exposición, y ahora irá el Secretario de Salud Mental y Adicciones, porque cuando comenzamos no había demasiada gente sin obra social, pero hoy las cosas cambiaron y es otra la realidad social en toda la Argentina. Hoy tenemos más gente sin obra social que recurre a los programas que tenemos, que la que tiene obra social. Esto viene a equilibrar las becas que podemos dar”, explicó.

Recordó que “ya en la gestión anterior se había planteado una ley, luego el gobernador Melella nos dio un subsidio, pero los montos se van quedando en el tiempo. Hace unos cuatro o cinco meses volvimos a presentar un proyecto de ley actualizado en la Legislatura, y lo tomaron como propio todos los bloques. La legisladora Liliana Martínez Allende fue la primera que lo tomó y siempre nos ha acompañado en todas las idas y vueltas, como lo hizo en su momento la diputada Bertone. Muchos políticos nos han acompañado a lo largo de muchos años”, destacó.

“Hoy estamos muy bien con la OSEF y estoy muy agradecida con la presidente y el vicepresidente, que siempre han estado conectados con nosotros, conseguimos que nos actualizaran los costos y están al día con los pagos. Luego tenemos otras obras sociales, como Camioneros, Swiss Medical, el Centro de Empleados de Comercio, y hay una ley que obliga a las obras sociales a pagar este tratamiento. El problema es la gente que no tiene obra social. Tenemos un pequeño subsidio de la Municipalidad de Río Grande, que cubre el contrato de dos profesionales, y hay una ordenanza municipal que prevé un subsidio para la contratación de profesionales en Ushuaia. Del gobierno tenemos un subsidio que no cubre a los profesionales, porque tenemos una cantidad importante de profesionales que trabajan y comparten su saber, dado que el tratamiento de adicciones es complejo”, sostuvo.

“Los costos de internación y tratamiento son muy elevados, en una comunidad de Capital Federal están cobrando 200 mil pesos por mes y tenemos un costo similar en Ushuaia, pero no son los mismos costos en Capital Federal que en Tierra del Fuego. Cuando atendemos un paciente que no tiene obra social, nunca cobramos la internación y buscamos que puedan colaborar con un bono contribución en la medida de sus posibilidades. La mitad de los internados están becados, por derivaciones judiciales o del Estado, y no pagan nada. Esas personas necesitan todos los días su plato de comida y ser atendidos como corresponde, con la misma calidad de atención de una persona que tiene obra social”, subrayó.

“En el nuevo edificio tenemos un ala de mujeres y otra de varones. Hace poco pudimos habilitar el ala de mujeres, por una cuestión de equipo, porque hay que tomar profesionales mujeres. Hoy tenemos tres mujeres de Río Grande, de Ushuaia no hay mujeres y se ha podido contener la demanda con atención ambulatoria. Entre el 60 y el 80% son internados de Río Grande. Son unos 30 pacientes de Río Grande, de los cuales 8 están internados y el resto con tratamiento ambulatorio en nuestra sede de Antártida Argentina, al lado de Aerolíneas Argentinas, donde hay consultorios externos”, indicó.

“Primero intentamos el tratamiento ambulatorio y, si eso no funciona, el último recurso es la internación. Tenemos que multiplicar el equipo de profesionales de Río Grande con carácter urgente y necesitamos el recurso económico. Es difícil armar un equipo y sostenerlo económicamente. Para las camas que nos falta ocupar en Ushuaia también hay que duplicar el equipo. Hoy no podemos dar respuesta a toda la gente que necesita atención, tanto en Río Grande como en Ushuaia. Los contratos son bajos y la gente se va, esta es una ONG, no una empresa con un respaldo económico. Todo lo que entra, sale en servicios, en comida, en el pago al equipo”, manifestó.

Respecto del proyecto de ley, dijo que “hemos hecho una estimación del valor de 18 camas y el servicio ambulatorio, con una reserva para las personas que no tienen obra social. Eso necesitamos solventarlo desde el Estado, porque el lugar está, pero no tenemos los recursos económicos para dar de comer a los pacientes y sostener el equipo de profesionales. Necesitamos equipos capacitados tanto en Ushuaia como en Río Grande, y no es fácil cuando no están los recursos para pagar los sueldos”, advirtió.

“Cuando presentamos el proyecto habíamos estimado dos millones y medio por mes para la atención de la mitad del servicio nuestro sin obra social, porque después tenemos la facturación de las obras sociales, pero hay costos que aumentaron el 100%”, planteó.

 

Integración con el Estado

 

Consultada sobre la posibilidad de que el gobierno o el municipio cedan profesionales de las áreas de salud para atender a los pacientes, dijo que esto “se habló tanto con el intendente de Río Grande como con la Ministra de Salud, pero hemos encontrado bastantes dificultades a la hora de concretarlo, porque el personal del Estado tiene otra formación y otra manera de trabajar, también otra carga horaria y otros sueldos. Mi equipo tendría que trabajar con profesionales que tienen diferencias horarias, de días de vacaciones, y es muy difícil amalgamar todo eso. Hay buena voluntad y lo que logramos con el Municipio de Río Grande es el subsidio para dos contratos, para un psicólogo y un operador, pero solamente hemos cubierto uno porque renunció hace poco el operador, se fue al Estado, y no es fácil conseguir otro”.

En caso de no poder dar atención en Reencontrándonos, la comunidad más cercana está ubicada en Puerto Madryn, pero “no son fáciles los traslados y termina siendo más cerca la internación en Buenos Aires. Es complicado porque hay un desarraigo en la familia y poca gente pueda acompañar el tratamiento de un hijo. A veces se hace difícil el traslado de familias de Río Grande para acompañar al familiar internado en Ushuaia, porque es costoso. Nosotros tenemos un residencial y las familias tienen que hacer un gran sacrificio para venir a Ushuaia. No es solamente el costo económico sino el psicológico y físico”, señaló.

 

Edades variadas

 

En cuanto al rango de edad de los pacientes, es muy amplio. “Tenemos internados de 15 años y hemos tenido hasta de 60 años. Hoy tenemos personas alcohólicas crónicas de esa edad que ya están en tratamiento ambulatorio. Es difícil internar a menores de 15 años porque hay que sacarlos del seno familiar y cuesta bastante, pero hay problemas de adicciones en chicos de 13 y 14 años. Sabemos que la edad de inicio de consumo de los que llegan con 16 años es de 8, 9 ó 10 años, pero no quiere decir que recibamos niños de 8 años”, aclaró.

“Las adicciones son varias, al alcohol, marihuana, cocaína, ácidos, pegamento. Acá hay policonsumo y no hay una sola droga. Estamos trabajando articuladamente con la Secretaría de Salud Mental y Adicciones. La semana pasada tuvimos una reunión con la gente de los dispositivos intermedios que está generando la provincia y no teníamos en la provincia. Aspiramos a achicar la cantidad de tiempo de internación y poder derivar a los pacientes a estos dispositivos. Venimos trabajando muy bien y somos parte de la red del gobierno. Nosotros derivamos a los dispositivos intermedios y también ellos nos derivan a nosotros. Estamos haciendo varias experiencias piloto, tenemos una reunión por mes y estamos avanzando mucho en esto, trabajando articuladamente con el gobierno de la provincia”, destacó.

“Tenemos el único lugar de internación en la provincia y también interviene el juzgado del menor y la familia, en caso de ser necesaria la internación involuntaria”, apuntó, con lo que se da cumplimiento a la ley de salud mental.

 

Seguimiento por más de un año

 

Lavenia dio cuenta además del tiempo que demanda la recuperación de un paciente. “Luego de la internación se pasa a una etapa ambulatoria, después hacemos una finalización del tratamiento y un seguimiento de un año, porque los pacientes tienen que volver a su lugar de origen, a su sociedad y si no trabajamos eso, es difícil la recuperación. Los acompañamos en la sociabilización y realizamos ese seguimiento. Hemos rehabilitado a un montón de gente de Río Grande, algunos padres de familia. Tenemos una cantidad importante de pacientes de esa ciudad y son la mayoría de los internados también”, observó.

Consultada sobre las causas por las cuales una persona recae en consumos problemáticos, señaló que “las adicciones son multicausales, hay situaciones que pasa la persona en su núcleo familiar, en su vida, hay cuestiones traumáticas, situaciones no resueltas, y la manera de pasar la vida es consumiendo una sustancia. Hay muchas adicciones, algunos son adictos a la comida, otros al trabajo, otros a las compras y, en el caso de las sustancias, tal como lo dijo la Dra. Borruto, es importante trabajar en la oferta, pero también en la demanda. Hay que trabajar en prevención, en rehabilitación, en la inclusión social y tenemos pasantías rentadas con la Municipalidad de Ushuaia para incluir laboralmente a las personas”, informó.

“No hemos podido avanzar en Río Grande, pero en Ushuaia tenemos diez becas anuales dentro de la Municipalidad para el paciente que se rehabilita. Hay muchas recaídas porque la gente no consigue trabajo, en sociedades pequeñas quedan marcados como consumidores, por eso es importante esta inclusión. Empezamos en la gestión del intendente Sciurano con una experiencia piloto y después se fijó por ordenanza. Por eso estamos buscando la ley para garantizar el sostenimiento económico, y habría que hacer lo mismo con el gobierno provincial”, concluyó.

 

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