El patriarca de la familia Bilbao, don Francisco, llegó a Río Grande en 1905 y constituyó su familia de fueguinos con Jesusa. Le sobrevivieron tres hijos, de los cuales uno fue el primer gobernador nacido en Tierra del Fuego y otro concejal de Río Grande. Hace 110 años fundó la Estancia Policarpo, la única estancia ubicada en Península Mitre que desarrolla ininterrumpidamente una actividad ganadera desde su fundación en 1912 hasta la actualidad. Sergio Bilbao, nieto de Francisco, hizo un breve repaso histórico de esta familia de vascos que se posó sobre tres siglos para construir con su esfuerzo pionero, parte de la historia y de la economía de Tierra del Fuego.
Río Grande (Ramón Taborda Strusiat).- El contador Sergio Bilbao, nieto de don Francisco Bilbao, ex intendente de Río Grande y sobrino de don Ruperto Bilbao, ex gobernador de Tierra del Fuego, brindó una entrevista al programa ‘Dos Preguntan’ conducido por Alberto Centurión, en Radio Universidad 93.5 y Provincia 23 sobre la historia de esta familia que tiene una larga raigambre en Tierra del Fuego.
“Para mi es importante contar la historia de mi abuelo y de toda la familia. Él llegó hace muchos años a Tierra del Fuego y es parte de la historia”, introdujo.
“Es difícil empezar a contar la historia porque estamos hablando de tres siglos, mi abuelo llega a la Argentina en 1898; en ese año embarcó en Francia y llegó a Buenos Aires y tenía 21 años, había nacido en 1877”, agregó.
Desde ese destino porteño, “buscando tierras promisorias se fue a Mendoza, trabajó un poco en la industria del vino y en esa época Valparaíso en Chile era prácticamente una de las capitales del mundo, lo mismo que Punta Arenas, puesto que aún no existía el Canal de Panamá y todo el tráfico marítimo pasaba por el Estrecho de Magallanes y entonces, a -caballo como decía él- cruzó los Andes y se fue a Valparaíso. Esto fue en 1900”, dijo.
Continuó relatando que “en Valparaíso conoció a don Belarmino Vásquez quien tenía relación familiar con la familia Montes y le habló de las bondades que tenía Punta Arenas, una ciudad muy pujante y próspera. Con una carta de recomendación, llega a la capital magallánica y se relaciona con la casa Menéndez Behety”.
Después de un lustro en Punta Arenas, “mi abuelo decide venir a Tierra del Fuego y el 10 de noviembre de 1905, con el ‘Vapor Amadeo’, el barco que tenemos en (San Gregorio), llega a La Misión, que es donde atracaban los buques en ese tiempo. Así llegó mi abuelo a Tierra del Fuego”.
“Lo primero que hizo fue comprar el almacén ‘El Cañón’ (en 1906) que era de propiedad del ex juez Javier Soldani porque era parte del negocio que se movía en cada una de estas localidades”, explicó sobre los negocios de ramos generales que eran los habituales en esos años en las lejanas latitudes patagónicas.
Detalló que en esos tiempos Río Grande (que se llamaba ‘Juárez Celman’) había 25 casas y unas 150 almas, “pero en la zona rural había un poco más, aunque en total no llegaban a 400 habitantes”.
“Al llegar mi abuelo, las mejores tierras ya estaban todas ocupadas, entonces él le alquila a Menéndez Behety la ‘Estancia Inés’ de tres mil hectáreas, que era muy chica para lo que es Tierra del Fuego, la más económica es de diez mil hectáreas”.
Don Francisco Bilbao era Maestro Mayor de Obras y procedía de Mallavia (País Vasco, España) y durante más de 20 ocupó diferentes cargos en la entonces aldea de Río Grande. “Estuvo 18 años como presidente de la Comisión de Fomento (Intendente) y tuvo a su cargo encarar varias obras”, acotó.
“Con mi abuela ya eran novios en el País Vasco antes de 1900 y cuando él llega a América se casa por poder; el hermano de mi abuelo, Vicente, los presentó y mi abuela llegó acá entre 1902 y 1903, aún no tengo la fecha exacta”, comentó el entrevistado.
Agregó que “acá vuelven a casarse en Punta Arenas en el año 1904 y se vienen los dos a radicarse a Río Grande”.
“Junto a su esposa Jesusa, formó su familia de cinco hijos; Luz, Donata, Ana, Ruperto y Francisco. Solo tres de ellos llegarían a adultos: Ana, Ruperto -quien con los años se convirtió en el Primer Gobernador fueguino (nació en 1908 en Tierra del Fuego) en 1963 bajo la presidencia del Dr. Arturo Umberto Illia, del entonces Territorio Nacional- y Francisco ‘Patxi’, mi padre, como lo conocían en Río Grande porque ‘Patxi’ significa Francisco en eusquera”, completó.
Aquí vive su tía Zdrinka Francisca Mímica de Bilbao (esposa de Ruperto), Coca, quien el pasado 12 de octubre cumplió 105 años. “Mi tía Coca es muy austera como todos los inmigrantes vivieron una vida dura; ella es croata y realmente me encanta estar con ella porque tiene una lucidez impresionante”.
“En 1918 mi abuela y sus cinco hijos vuelven una temporada a España; mi papá estaba recién nacido -había nacido en Capital Federal porque estaban de camino a la península ibérica- y allá en España les agarró la Gripe Española que se lleva la vida de Luz y Donata”, explicó.
“Esta situación golpeó muy duro a la familia; mi abuela muere en 1931, muy joven con un poco más de 50 años”.
Estancia Policarpo la tierra prometida
Aquí Sergio Bilbao remite al padre Alberto María de Agostini misionero salesiano de Don Bosco, fotógrafo, documentalista, montañista y geógrafo italiano, quien documentó parte de la historia de don Francisco Bilbao.
“Don Francisco, inquieto emprendedor, vislumbró la posibilidad de desarrollar una actividad ganadera en la franja costera de la zona noreste de Península Mitre. La que, a diferencia de la zona interior formada por turbales casi en su totalidad, a causa de los vientos del mar presentaba un terreno seco que permitía la instalación de animales.”, explica el padre Alberto de Agostini en su libro ‘Treinta años en Tierra del Fuego’.
El sacerdote salesiano describió con mucha precisión los motivos que impulsaron a mi abuelo a establecer Policarpo en esa zona de Península Mitre.
“Mi abuelo vio que desde Cabo San Pablo mirando hacia el Atlántico, había una pequeña franja de tierra que, castigada por los vientos del mar, es seca; porque Península Mitre está compuesta por turbales (en más de un 70 por ciento) y pantanos, pero la costa era más seca, que era más utilizable para la ganadería, como bien lo observó mi abuelo”.
Agregó que “fue así que funda la Estancia Policarpo en 1912 para la cría de animales. Era un lugar desolado y sin caminos, ellos se tenían que venir a caballo hasta Río Grande, por lo cual acá mi abuelo tenía caballerizas”.
“A partir de ese año de 1912 mi abuelo empieza a explotar Policarpo, que a pesar de todas las inclemencias climáticas, tenía una ventaja y era la comunicación marítima porque en su sector más oriental, en Caleta Falsa Policarpo, podían atracar las embarcaciones, favorecida por la relación que tenía con José Menéndez con quien había trabajado en el almacén. Pedir un barco era como pedir un taxi y es así que atracaban barcos como el ‘Vapor Amadeo’, el ‘Vapor Antártico’ y otros. Aún conservo notas de esa época”, comentó.
En esos tiempos la producción de lana tanto de Estancia Inés como de San Pablo, se cargaba en barco en la bahía Ladrillero, cerca del Cabo San Pablo “y a veces los barcos iban hasta Policarpo. En principio los viajes eran más seguidos porque mi abuelo estaba construyendo la estancia en Policarpo, que en su momento era un establecimiento muy importante, ya que llegó a tener entre 8 a 9 mil ovejas y unos 400 vacunos, ganado este último en que se trabajó un verano, pero en ese tiempo el fuerte era el ganado ovino, como lo fue en general en Tierra del Fuego porque el vacuno no es ideal para esta zona”, explicó.
Recordó Sergio Bilbao que “en 1969 no teníamos barcos, durante tres años se acopió la lana y durante ese tiempo tuvimos que vivir de los corderos que vendíamos y todos los víveres que necesitábamos para vivir se llevaba a caballo, la gente de hoy no sabe lo duro que era la vida, las nevadas de más de 80 centímetros de espesor y el frío. Pero éramos muy felices”.
El escritor Juan Carlos Rosello publicó en 2003 el libro ‘Rumbo a Policarpo. Relato de una aventura fueguina’, obra en la que relata de manera autobiográfica el viaje a caballo de cuatro amigos por la península Mitre en el año 1971.
“La estancia Policarpo fue administrada primero por mi abuelo Francisco; después de la década del ’30 se hace cargo mi tío Ruperto, posteriormente se hace cargo mi padre ‘Patxi’ y luego, alrededor de la década del ’60 empezamos a actuar los hijos, primero Francisco Miguel que era mi hermano mayor, le siguió Renán que era el segundo y ahora, desde hace diez años, opté por volver de Buenos Aires a Tierra del Fuego porque es mi lugar de origen, y me hice cargo de Policarpo”.
Los puestos de Policarpo
Sergio Bilbao realizó un escrito donde describió que la Caleta Falsa Policarpo, donde se instaló el casco, era un excelente puerto. A principios de 1900 la comunicación terrestre casi no existía.
La única vía de comunicación que unía esta región tan alejada e inhóspita de la Tierra del Fuego, con los centros urbanos y comerciales como Punta Arenas y Rio Grande era la vía marítima. La estancia realizó la construcción y transporte de todos los materiales por agua y contrataba embarcaciones privadas para la extracción de la lana producida para su comercialización.
Hasta finales de la década del 70 todo se abastecía y explotaba fundamentalmente por vía marítima. El barco llegaba una vez por año para recoger la zafra y dejar las provisiones y materiales necesarios para el año siguiente.
La estancia llegó a tener más de 8.000 cabezas de ganado ovino y un galpón de esquila para más de 800 animales. En ese momento la mano de obra para los trabajos rurales era abundante y calificada. Esquiladores, puesteros, ovejeros, carpinteros etc. no faltaban.
Al dejar de ser accesible la comunicación marítima por la falta de barcos que hicieran este trabajo con regularidad ocurrió que durante 3 cosechas no se pudo sacar la lana.
Este hecho provocó que al finalizar la década se hiciera inviable el trabajo con ovinos.
Al no poder retirar ni vender la producción ni tampoco aprovisionar las demandas de la estancia y su personal había que pensar en otra alternativa.
La mano de obra calificada empezó a disminuir -atraída por trabajos menos duros en las ciudades- y Policarpo comenzó a quedar aislada y a sufrir poco a poco el precio de estar en el último y más remoto rincón de la Tierra del Fuego.
“La familia Bilbao, hijos y nietos de Don Francisco, no bajamos los brazos a pesar de lo incierto del futuro y decidimos eliminar la hacienda ovina y aumentar la actividad ganadera con bovinos. Esto implicó reorganizar la actividad en general y readecuar las instalaciones y el manejo de la hacienda. Ya no hay necesidad de los barcos y los vacunos se desplazan por arreos”, describió.
La estancia construyó a través de los años y a lo largo de la costa varios puestos necesarios para sus actividades, podemos mencionar:
Puesto San Diego, Bahía Thetis, Tres Amigos; Casco de Estancia Policarpo, Donata,
Río Bueno, Cerro Alto, Leticia, José, Malengüena (en alusión al lugar donde nació su abuelo Francisco en el País Vasco) y el Puesto La Chaira.
Este último se creó en los años 80 con motivo del cambio de ganado y la necesidad de un puesto más cercano al río Irigoyen y a los centros de distribución.
“Varios de estos puestos ya no existen o no están en uso. A unos se los llevó el mar, a otros el fuego, a otros los años y también, importante de mencionar, el hombre con su mal uso, vandalismo y el anonimato que facilita el estar donde nadie los ve ni controla.
Hoy la Estancia Policarpo usa y mantiene el casco antiguo de Caleta Falsa, los puestos de Río Bueno, Cerro Alto y La Chaira que es considerado el centro operativo y logístico”, detalló Sergio Bilbao.
Esta gran infraestructura de edificios además de los muchos kilómetros de alambrados son los que hoy están dentro del Plan integral de recuperación, mantenimiento, puesta en valor y readecuación para nuevas actividades.
“El desafío sigue siendo enorme ya que la principal dificultad es el acceso a esta región donde, como ya mencionamos, no existen caminos, la comunicación marítima es costosísima, riesgosa y escasa y Policarpo es una aventura extrema en todos los sentidos, aun en estos tiempos”, reparó el entrevistado.
“Esta tarea es llevada a cabo con el esfuerzo material, físico y económico que ello significa considerando no sólo los vaivenes económicos de nuestro país que hacen tan difícil planificar a mediano y largo plazo sino también la falta de apoyos e incentivos desde los sucesivos y diferentes gobiernos provinciales”, añadió.
No hay duda de que los Bilbao, son unos de los más viejos pobladores de Península Mitre, más de 100 años recorriendo la península.
Generando puestos de trabajo, construyendo puentes, potreros, alambrados, planchados que hoy forman parte de la geografía del lugar y a los que acceden los caminantes, científicos, trabajadores y todos aquellos que quieran conocer y valorar esa zona de la provincia.
Policarpo hoy
“Nada sería más gratificante para Don Francisco que ver que los establecimientos que él construyó con tanto esfuerzo a lo largo de Policarpo hoy son valorados y reciben el reconocimiento histórico que, entiendo, la tarea desarrollada merece. Península Mitre es una enorme porción de tierra, más de 300.000 hectáreas de las cuales el 70% son turbales”, detalló Sergio Bilbao a mediados de julio de este año, a los legisladores provinciales.
“Por esta razón, D. Francisco, con buen ojo, eligió determinados sitios para la instalación del casco y puestos de la estancia. Estos lugares, el casco en Caleta Falsa Policarpo, los puestos Río Bueno, Cerro Alto y La Chaira, son los más indicados para agrupar y realizar los trabajos propios de la hacienda vacuna”, entiende Sergio Bilbao.
A lo largo de los años han sido mantenidos y mejorados con nuevas instalaciones, nuevos corrales y potreros. “En ellos se ha invertido mucho dinero, tiempo y esfuerzo para que sigan estando operativos”, explicó.
“Como ya he mencionado porque nos parece fundamental para el futuro de Península Mitre, venimos trabajando Policarpo desde hace más de 100 años. Eso nos da una experiencia en el manejo del ganado de la zona que nadie más tiene. El conocimiento que da la experiencia de estar ahí, metidos en el barro, en la nieve o enterrados en la turba”, contrapuso.
Justamente por la experiencia es que los potreros, los puestos, los alambrados están ubicados donde están. Por ser las zonas accesibles y óptimas para la crianza y manejo de los vacunos. “Esta experiencia es la que queremos compartir con las autoridades y con todo aquel que quiera preservar y poner en valor esta zona de Tierra del Fuego. Como conocedores del campo de Policarpo tenemos claro lo que es útil para la ganadería.
En Península Mitre existen cientos de miles de hectáreas de turba que tienen una finalidad importantísima en la preservación del medio ambiente pero que para la explotación ganadera no tienen ninguna utilidad”.
“Para qué ser reclamadas si lo nuestro es la ganadería. Le corresponde al Estado preservarlas en Parque Provincial para el bien futuro de las nuevas generaciones. En cambio las zonas aledañas a los puestos son fundamentales para el trabajo ganadero. Recordemos que no son animales fáciles y que su manejo debe estar acompañado de los recursos y conocimientos necesarios”, les dijo a los parlamentarios.
“Policarpo no es una llanura donde correr y encerrar a los animales, hay que salir a buscarlos durante horas y juntarlos en los potreros y corrales. Los vacunos en su gran mayoría no son baguales. Son vacunos que con el correr de los años se han ido modificando para adaptarse al terreno, al clima, es decir a las condiciones propias de Península Mitre”, explicó.
En ese sentido, “sólo con el trabajo de varios años, bien hecho y a consciencia, sin los arrebatos de la inmediatez, es como se podrá despoblar Península Mitre de los vacunos. La experiencia de tantos años me impulsa a proponer conversaciones y acuerdos. La tarea compartida da más frutos y el sentirnos apoyados y poder brindar nuestro conocimiento mirando al futuro y compartiendo intereses y objetivos nos da más energía para seguir trabajando en la conservación y puesta en valor de la zona por muchos años más”.
Descendencia de Francisco Bilbao
Ruperto Bilbao quien fue Gobernador de TDF se casó con Coca Mimica que el 12 de octubre cumplió 105 años.
Durante su mandato no uso su poder para conseguir la regulación dominial por más que ya estaban en Policarpo hace más de 50 años (1912 – 1963) ya que decía que no correspondía continuar con los trámites mientras sea Gobernador. Su exceso de rectitud hace que 60 años después aún estemos sin la escritura correspondiente.
Notas.
Ruperto Bilbao era Radical, Primer Gobernador fueguino casado con Coca Mimica y tuvo tres hijos. Luz, Carlos y Marta.
Su hermano Francisco a quien apodaban ‘Patxi’, que es Francisco en Euskera (Patxi), era Peronista y fue uno de los fundadores de la primer unidad básica en RG de la cual fue el secretario general.
Se caso con Solange Susic y tuvieron tres hijos. Francisco, Renán y Sergio.
Mi madre Solange era hija de Miguel Susic quien llego a TDF en 1907 y de Franka Zuvic quien vino a TDF en 1921 a los 20 años de edad y aquí se casó con Miguel.
Este matrimonio tuvo tres hijas fueguinas. Maruja, Emilia Bonifetti y Solange.
La tercera hermana, Ana se caso en primeras nupcias con Federico Ibarra con el cual tuvieron un hijo. Rodolfo Ibarra Bilbao. Luego se separo y se fue a vivir a Punta Arenas donde se casó con Yerko Stipicic y tuvieron dos hijos. Jorge y Julio.
En esta larga historia encontramos derechos de pastaje desde el año 1916, Contrato de arrendamiento Nº 441 de 1940 por diez años.
Notas enviadas a los Gobernadores Sres. Luis Arigotti, Alfredo Ferro y Adolfo Sciurano.
Pedidos de reunión con los últimos gobernadores/ras las cuales nunca fueron concedidas.
Ahora fundamentalmente estamos bajo el expediente Nº 5561/1987 por el cual tramitamos el pedido de regulación dominial en los términos de la Ley Nº 313.
Si bien en el año 2004 el Secretario Legal y Técnico y el de Planeamiento y Desarrollo determinaron que “no existe obstáculo legal para hacer lugar a la petición formulada por los sucesores de Francisco Bilbao de adjudicación en venta de los lotes que componen la estancia Policarpo, incluida su franja costera”.
El pedido otorgado era de 40.000 has. pero ahora teniendo en cuenta lo utilizable que son los alrededores de los lugares citados (Casco y Puestos) lo necesario para la explotación ganadera es menos de la mitad.
Los lugares explotables alcanzaran un 5 % de lo que abarca Península Mitre (más de 300.000 has.) pero deberán ser en donde se pueda continuar con la actividad ganadera.
Toponimios:
Estos son algunos lugares a los cuales les puso nombre don Francisco.
Cerro Bilbao – Cerro Real – Cerro Arriola – Cerro Ruperto – Playa Donata – Chorrilo Luz – Malenguena – Río Udaeta –