Una de las colaboradoras de la organización ambientalista Mane’kenk, Nora Loekemeyer, celebró el avance que tuvo el proyecto que declara área protegida a Península Mitre en esta gestión. Con dictamen de comisión 3 firmado el viernes, este martes se haría lo propio en una reunión conjunta de las comisiones 1 y 4, para llevarlo a votación. Se prevé convocar a Sesión Especial y a partir de allí comenzará la elaboración del plan de manejo, que ya tiene avanzado el área de Ambiente de la provincia, más la dotación de recursos y personal para hacer efectiva la fiscalización y el control. Con esta norma la provincia se asegura la soberanía sobre el lugar, ante la pretensión de la Fundación Tompkins de colonizar y adueñarse de áreas naturales en todo el mundo, bajo distintas ONG que actúan bajo su órbita.
Río Grande.- Nora Loekemeyer, colaboradora de la Asociación Mane’kenk y ex directora de áreas naturales protegidas en el gobierno, hasta que se jubiló, dialogó con Radio Universidad 93.5 y Diario Provincia 23 sobre la importancia de contar en breve con la ley que declara a Península Mitre como área protegida. Haciendo un poco de historia, dijo que “hubo mucho trabajo con el CADIC para el proyecto de área protegida de Península Mitre, además de organismos oficiales y privados de Ushuaia y Río Grande. Tuvimos una participación muy amplia y, esto comenzó en 2002; en 2018 el proyecto fue actualizado por el paso del tiempo y ese es el que está actualmente en tratamiento”.
“Península Mitre es una parte importante de nuestro patrimonio natural y cultural y es un viejo anhelo de la comunidad poder conservarlo. La preocupación comenzó antes de 2002, cuando ingresó el primer proyecto, porque en la década del ’80 el Museo del Fin del Mundo comenzó a realizar campañas de verano con la participación de grupos de trabajo de distintas disciplinas, arqueología, geología, biología, para conocer Península Mitre. A través de estos trabajos se empezaron a conocer los valores que contenía el lugar. El primer proyecto de ley lo llevó adelante el Museo, a través de su director, Oscar Zanola, el arqueólogo Hernán Vidal, entre otros integrantes del Museo. Estamos a 32 años del primer proyecto”, manifestó.
“En este período parlamentario fue la primera vez que se trabajó tan a conciencia y abiertamente. Las legisladoras Myriam Martínez y Laura Colazo presentaron el proyecto y hubo un gran trabajo de Mónica Acosta, que puso todo el empeño para llevarlo adelante y convocó a los distintos actores vinculados con la zona. Se habló de los problemas que existen y son parte de la falta de fiscalización, de control, de un plan de manejo, que requiere de recursos y de personal, a fin de proteger el recurso y hacer una explotación sustentable del lugar. No planteamos un área cerrada donde no se pueda hacer nada, sino un uso sostenible, compatible con la conservación”, aclaró.
Cerca de la aprobación
En cuanto a la hoja de ruta, detalló que “el martes a las 15:30 se van a reunir los integrantes de la comisión 1 y 4, para emitir dictamen sobre el proyecto. Ya tenemos dictamen de la comisión 3, y una vez que estén todos los dictámenes completos, se puede llevar a votación, Por lo que anunciaron se haría una Sesión Especial solamente para tratar este tema, pero todavía no tenemos la fecha. Luego de eso el Poder Ejecutivo tendrá que convocar a la comisión de asistencia para la gestión del área natural protegida, y se tiene que avanzar en un plan de manejo. La Secretaría de Ambiente ya viene trabajando en este tema, y ese plan orienta los usos y la conservación del área. Esperamos que se vaya implementando lo antes posible para asegurar la conservación de la biodiversidad y el patrimonio cultural. Para que esto sea efectivo, hay que dotar de personal y equipamiento”, subrayó.
Las características
Indicó que “son aproximadamente un millón de hectáreas en total, incluyendo el área marina circundante, que son aguas de jurisdicción provincial. Es un área extensa con dos zonas de acceso, por tierra en la zona norte y hay bastante para trabajar en ese sentido. Desde el Ejecutivo se tienen que llevar adelante todas las acciones para garantizar el acceso público. Hay etapas que se tienen que ir cumpliendo, y construir consensos para facilitar el buen uso y la buena gestión de un área natural protegida”.
“La península tiene el 80% de las turberas de la Argentina y un alto porcentaje de las de Sudamérica. Las características son absolutamente únicas y por otro lado tiene un borde costero siempre verde, que se desarrolla en condiciones de altísima humedad, tiene características especiales en la composición de especies. En la parte marina hay bosques de algas pardas que sustentan una gran biodiversidad. Hay diferentes espejos de agua, zonas de pastizales. La fauna costero marina es la que se destaca; y se alimentan en sus aguas especies vulnerables, como el pingüino de penacho amarillo, el petrel gigante del sur, es zona de tránsito del pingüino de Magallanes, hay lobos marinos, una gran variedad de cetáceos, sin hablar de los invertebrados. En la zona terrestres está el zorro colorado, hay guanacos y una especie amenazada, que es el lobito de río. Además de todo esto, está el patrimonio cultural que es importantísimo”, expuso.
Intento de compra y reventa
Respecto del intento de una organización que depende de la Fundación Tompkins de comprar tierras de Península Mitre para revenderlas al Estado, dijo que “en Tierra del Fuego se presentaron con distintos nombres. Ahora adoptaron el nombre de ‘Por el Mar’, y es una organización enmarcada en lo que se denomina ‘acaparamiento verde’. Tienen objetivos distintos a la comunidad, estas son tierras fiscales, claramente de la provincia, y es la comunidad de Tierra del Fuego la que tiene que decidir sobre su uso. Ellos trabajan con un modelo único que replican en los lugares en que se establecen y tienen que ver con producción de naturaleza. Por supuesto tienen un gran poder de lobby y un caudal económico que les permite estar en los medios. Es bastante difícil explicar en qué consiste esta propuesta, que afecta intereses de la comunidad y nuestra soberanía. Desde mi punto de vista el objetivo es económico y de concentración de poder sobre grandes espacios naturales”, alertó.
“Los espacios naturales en buen estado de conservación son muy escasos en el mundo y hay corporaciones a nivel mundial que siguen emitiendo dióxido de carbono en su producción, que en su mayoría están en el hemisferio norte, pero nos empujan a conservar áreas naturales en el hemisferio sur. Su esquema plantea la toma de control de las zonas naturales y eso complejiza mucho más la posibilidad de los gobiernos de tomar decisiones sobre el uso de sus ambientes y recursos naturales. Se han tomado todos los recaudos en el proyecto de ley para que las autoridades naturales, en este caso el Ministerio de Producción y Ambiente, lleven adelante la gestión, con el acompañamiento de las organizaciones de la comunidad. Uno siempre tiene que estar siempre atento, porque estas organizaciones cambian de nombre, se presentan con el discurso de ayudar a conservar, y la gente con total inocencia se plantea por qué no dejarse ayudar. Hasta que un día se encuentran con que en la práctica es otro el que toma las decisiones”, concluyó.