La capa de ozono podría recuperarse totalmente dentro de unos 40 años

Si los países continúan prohibiendo los clorofluorocarbonos y otras sustancias químicas, las mediciones deberían alcanzar los niveles anteriores a 1980. También deberían recuperarse para 2045 en el Ártico y para 2066 en la Antártida.

Bruselas.- La debilitada capa de ozono, crucial para proteger la vida en la Tierra, está en vías de recuperar toda su fortaleza dentro de unas décadas: el último éxito de un esfuerzo mundial de las naciones para dejar de utilizar sustancias químicas que destruían la capa crítica de la atmósfera superior.

En un informe para las Naciones Unidas, los científicos afirmaron el lunes que, en esencia, China había eliminado las emisiones ilícitas de una de esas sustancias químicas, conocida como CFC-11.

El CFC-11, el cual alguna vez se utilizó de manera generalizada como refrigerante y en espuma aislante, se sintetizó por primera vez hace un siglo. Junto con otras sustancias químicas similares, nombradas en conjunto clorofluorocarburos, el CFC-11 destruye el ozono, una sustancia que bloquea la radiación ultravioleta del Sol la cual puede causar cáncer de piel y otros daños a personas, plantas y animales. Los clorofluorocarburos se prohibieron conforme el Protocolo de Montreal, un histórico acuerdo ambiental que entró en vigor en 1989.

Si los países continúan prohibiendo los clorofluorocarbonos y otras sustancias químicas, para 2040, los niveles de ozono entre las regiones polares deberían alcanzar los niveles anteriores a 1980. Los agujeros de ozono —o las regiones con una mayor disminución que por lo regular aparecen cerca del Polo Sur y, con menor frecuencia, cerca del Polo Norte— también deberían recuperarse para 2045 en el Ártico y para 2066 en la Antártida.

“La recuperación de la capa de ozono va por buen camino”, comentó David W. Fahey, director del Laboratorio de Ciencias Químicas de la Oficina Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) y copresidente del panel de evaluación científica del protocolo. “La destrucción máxima de la capa de ozono mundial ha quedado atrás gracias a la eficacia de las medidas de control del Protocolo de Montreal que adoptaron todas las naciones”.

 

El deterioro de la capa de ozono

 

En la década de 1970, los científicos determinaron por primera vez que los clorofluorocarbonos estaban agotando el ozono en las capas altas de la atmósfera. A mediados de los años ochenta, los investigadores descubrieron un agujero en el ozono sobre la Antártida, lo que desencadenó una urgente iniciativa internacional para repararlo. Más de 100 compuestos que agotan la capa de ozono fueron prohibidos y eliminados de manera gradual.

Las emisiones chinas habían amenazado con demorar una década la recuperación de la capa de ozono, pero, según el nuevo informe, solo se retrasó un año.

“Las emisiones cayeron de forma sorprendentemente abrupta”, mencionó Stephen A. Montzka, químico investigador de la NOAA y uno de los autores del informe. El retraso en la recuperación “es mucho menor de lo que podría haber sido si las emisiones hubieran persistido”, añadió.

Las emisiones de CFC-11 comenzaron a aumentar después de 2012 y parecían provenir del este de Asia, según un estudio de 2018 de Montzka. Unas investigaciones de The New York Times y otros medios sugirieron de forma convincente que unas fábricas pequeñas del este de China eran la fuente de las emisiones ilícitas.

En aquel entonces, el director del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, el cual supervisa el protocolo, calificó la producción ilegal de CFC-11 de “nada menos que un delito ambiental que exige una acción decisiva”.

Sin embargo, un estudio de seguimiento en 2019 mostró que las emisiones estaban disminuyendo, una señal de que el gobierno chino estaba tomando medidas estrictas contra la nueva producción de CFC-11.

Es probable que el CFC-11 chino se utilizara como agente espumante en la fabricación de espuma aislante. Durante la producción de espuma, parte del CFC-11 se escapa a la atmósfera, donde puede detectarse y medirse, pero gran parte queda contenida dentro de la espuma cuando se endurece.

Según los investigadores, de este modo, la producción ilícita de China había contribuido a los “bancos” de clorofluorocarburos que se producían en todo el mundo antes de que entrara en vigor la prohibición y que se encuentran tanto en espumas como en equipos de refrigeración y sistemas de extinción de incendios. Estas sustancias químicas aún no han llegado a la atmósfera, pero se liberan lentamente a través del deterioro y destrucción de las espumas, las fugas u otros medios.

Montzka dijo que no se sabía el tamaño de la contribución china a los bancos. “Pero, si los bancos han crecido de manera significativa, eso añadiría algunos años más a ese retraso previsto en la recuperación”, comentó.

Durwood Zaelke, presidente del Instituto de Gobernanza y Desarrollo Sostenible, una organización defensora y de investigación con sede en Washington, señaló que la eliminación de las emisiones ilegales era otro ejemplo del éxito del protocolo, el cual por lo general se considera el pacto ambiental a nivel mundial más eficaz que se haya promulgado.

 

Las mediciones de la capa de ozono

 

El monitoreo atmosférico, el cual es exigido por el protocolo, detectó el problema, comentó Zaelke, y se lo hizo saber a la dirección del tratado. “Sin admitir su culpabilidad, las partes infractoras empezaron a comportarse como es debido”, mencionó. “Y las mediciones vuelven a estar donde deberían”.

Según el protocolo, las evaluaciones como la publicada el lunes deben realizarse al menos cada cuatro años. Además de científicos de la NOAA, contribuyeron investigadores de la NASA, la Organización Meteorológica Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente y la Comisión Europea.

La nueva evaluación también consideró, por primera vez, los efectos de un tipo potencial de intervención climática o geoingeniería sobre el ozono. El método, conocido como inyección de aerosoles estratosféricos, busca enfriar la atmósfera utilizando aviones u otros medios para distribuir aerosoles de azufre que reflejen parte de los rayos solares antes de que lleguen a la superficie.

La idea ha provocado una feroz oposición. Entre otras objeciones, los opositores afirman que intervenir en el clima de este modo podría tener graves consecuencias involuntarias, las cuales podrían alterar los patrones climáticos en todo el mundo. Sin embargo, según muchos científicos y otras personas, como mínimo, se necesita la investigación, porque el calentamiento puede llegar a un punto en el que el mundo esté desesperado por probar una técnica de intervención de este tipo, tal vez de manera temporal para ganar tiempo antes de que las reducciones de los gases de efecto invernadero puedan tener un efecto significativo.

Fahey, de la NOAA, dijo que algunos estudios habían demostrado el impacto de los aerosoles de azufre sobre el ozono, por lo que se le encargó al equipo de evaluación que lo investigara.

El protocolo “existe para proteger la capa de ozono y lo hemos hecho bastante bien al hacerles frente a las sustancias que agotan la capa de ozono”, afirmó. El estudio de la inyección de aerosoles estratosféricos “está dentro de nuestras capacidades”, agregó.

 

Fuente: TN (Henry Fountain).

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