Se trabaja en recuperar la infraestructura y modernizar la Base Antártica Petrel. «En la segunda etapa de la recuperación, que es la vinculada a todo lo que tiene que ver con el informe de impacto ambiental integral, debe presentarse a fines de mayo en la reunión consultiva que se realizará en Finlandia, por el Tratado Antártico, en el que todo se resuelve por consenso de todas las partes consultivas», dijo el jefe Antártico.
Río Grande.- Después de una noche de fuertes vientos que balancearon con intensidad al rompehielos «Almirante Irízar», las maniobras planificadas para descargar a través embarcaciones los suministros destinados Petrel debieron ser postergadas y sólo fue trasladada a hacia la base una pequeña comitiva de funcionarios a través de uno de los helicópteros del buque.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti; el director de Política Exterior Antártica de la cancillería, Fausto López Crozet; la titular de la Dirección Nacional del Antártico, Patricia Ortúzar; el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente General Juan Martín Paleo; el jefe del Comando Conjunto Antártico, general de Brigada Edgar Calandín; el presidente del astillero estatal Tandanor, Miguel Tudino; y otros funcionarios aterrizaron cerca del mediodía en la Isla Dundee, unos mil kilómetros al sur de Ushuaia, en dónde se interiorizaron sobre la remoción de residuos históricos en ese emplazamiento y el proyecto para que ese emplazamiento se transforme en la gran plataforma logística de Argentina en la Antártida.
El jefe del Comando Conjunto Antártico, general de Brigada Edgar Calandín, afirmó en diálogo con Télam que «la importancia estratégica de Petrel está fundada en su posición relativa favorable en la Península Antártica en el contexto de la conexión que permite entre el norte de la península, el centro y la Antártida profunda».
El militar sostuvo que «Petrel tiene características que la dotan de dos pistas casi naturales, una de 1.800 metros y una de 1.200 metros, con la facilidad de instalar un muelle en una zona con batimetría favorable; es prácticamente un nodo logístico natural que permite enlazar por aire y mar con el resto de la Antártida o cruzar hacia Ushuaia».
«Recuperar la infraestructura y modernizarla nos permite explotar de manera más eficiente los beneficios de la ubicación, el proyecto busca ampliar y potenciar las facilidades que se ponen a disposición de las tareas científicas, del sostenimiento de nuestras trece bases antárticas y también si hace falta para asistir o cooperar con otros países», señaló.
Calandín apuntó que «el incendio que sufrió Petrel en 1974 limitó mucho sus posibilidades y la recuperación de su infraestructura fue postergada por varias décadas, ahora estamos todos empujando detrás de este viejo anhelo para que en el menor tiempo posible pueda estar operativa en todas sus capacidades».
Respecto del proyecto, el militar indicó que «el centro de gravedad de la primera etapa de la recuperación de Petrel durante la campaña del año pasado estaba vinculada a la mitigación, remediación y evacuación de los residuos históricos, dar servicios básicos esenciales para que quienes se quedan a invernar puedan sobrevivir y la recuperación del hangar; todo esto se logró de forma exitosa».
«En esta campaña entramos en la segunda etapa de la recuperación que es la vinculada a todo lo que tiene que ver con el informe de impacto ambiental integral, este verano se llevó un grupo de investigadores del Instituto Antártico Argentino y técnicos para que reúnan todos los datos necesarios para este informe que debe presentarse a fines de mayo en la reunión consultiva que se realizará en Finlandia», remarcó.
Sobre este punto, la titular de la Dirección Nacional del Antártico, Patricia Ortúzar, dijo a Télam que «en la antártida estamos sujetos a las normas que establece un mecanismo internacional como el del Tratado Antártico en el que todo se resuelve por consenso de todas las partes consultivas».
La funcionaria aclaró: «tenemos que cumplir con pasos y plazos estipulados en esa normativa para avanzar con un proyecto de las dimensiones que implica la recuperación de Petrel, en este sentido esta obra va a tener un impacto mayor que mínimo transitorio por lo que va a entrar en la categoría más estricta de análisis que es la de estudio de impacto ambiental global».
«Esa categoría más estricta nos obliga a poner a disposición de todos los miembros del Tratado Antártico el documento de evaluación de impacto ambiental global para que lo lean y respondan si consideran que está bien evaluado el impacto ambiental, si consideran que la obra cumple con todas las normas asociadas, si los plazos están bien estipulados o si se ha considerado las consecuencias del Cambio Climático», añadió.
Ortúzar indicó que «el documento se presenta tres meses antes de la reunión consultiva y se inicia un foro en línea en donde cada país expresa sus comentarios para poder ir adelantando trabajo antes de la reunión presencial e ir adelantando respuestas preliminares si es necesario».
«Con esas observaciones el proyectos se pueden mejorar, modificar o incluso reformular para presentar una versión definitiva que si en los tres meses posteriores no hay una observación el país puede comenzar los trabajos propuestos; si hay algún nuevo comentario hay que responderlo y esperar otros tres meses antes de comenzar las obras porque no se puede avanzar sin consenso de las partes», valoró.
«Las sugerencias u observaciones que hacen otros países de Tratado Antártico sobre este tipo de proyectos suelen ser propositivas y fundamentadas técnicamente, y eso ayuda a mejorar el proyecto original, fortalecer los cuidados ambientales y consolidar los consensos», completó Ortúzar.
Calandín destacó que «Petrel aspira a ser un centro de asistencia integral ante emergencias sanitarias o ambientales en la Antártida, que disponga de sistemas para mitigar derrames de combustible en aguas antárticas, estabilizar pacientes críticos antes de la evacuación médica u otras situaciones en las que proximidad y capacidades puedan dar una respuesta eficaz; Petrel también es una imagen de la presencia integral del Estado argentino en la Antártida, hay más de cinco ministerios empujando este proyecto».
En ese sentido resaltó que «el ministerio de Salud dio este año un apoyo trascendental a todo el programa antártico argentino porque uno de nuestros desafíos era incrementar nuestras capacidades de atención sanitaria en todas las bases, sobre todo en renovación de equipos ya antiguos; iniciamos un programa de tres años de plazo para certificar y habilitar nuestras enfermerías como centros de atención sanitaria, y además recibimos equipamiento muy moderno para base Petrel y otras bases».
Al respecto, la ministra Vizzotti dijo a Télam que «la idea es que Petrel sea un centro sanitario de mayor magnitud que además de responder a las necesidades de nuestras trece bases también pueda atender situaciones o emergencias sanitarias que se presenten en bases de otros países en la Antártida, es la misma respuesta que hoy venimos dando de hecho porque somos uno de los países que más colabora en ese tipo de situaciones y pensamos en que la base Petrel puede ser el punto desde el que formalizar ese servicio».
Calandín contó que, «en simultáneo, en el continente estamos construyendo junto al astillero estatal TANDANOR la casa habitable principal de más de 2.000 metros cuadrados, para ejercitar a la unidad de ingenieros del Ejército que va a tener la responsabilidad de ensamblarla en la Antártida. Vamos a levantarla en algún espacio para que quienes quieran puedan conocerla».
«Con la aprobación del informe de impacto ambiental y la autorización de inicio de los trabajos esperamos poder comenzar la construcción del nuevo edificio el próximo verano, también esta segunda etapa estamos recabando todos los datos de campo necesarios para la recuperación de muelle y de ambas pistas de aterrizaje; creemos que si consolidamos toda la información necesaria podríamos poner la pista en operaciones en pocos meses, anhelamos poder aterrizar una aeronave en Petrel», finalizó el militar.
El documento de evaluación de impacto ambiental de la reactivación de la base Petrel fue remitido en Enero pasado por autoridades de la Cancillería argentina al sistema del Tratado Antártico, y será analizado en la próxima reunión consultiva de ese organismo en mayo próximo.
El presidente de Tandanor, Miguel Tudino, afirmó en diálogo con Télam que «el convenio que firmamos con el ministerio de Defensa y el Comando Conjunto Antártico prevé la construcción completa de las nuevas instalaciones de la Base Petrel que va a recuperar su historia como base permanente de Argentina en la Antártida».
«En esta primera etapa hemos construido las fundaciones completas desde los tensores, las bases y los fustes de casi 2.440 metros cuadrados cubiertos que va a tener la base», indicó.
La base Petrel está emplazada en el cabo Welchness, la única costa sin hielo de la Isla Dundee al noroeste de la Tierra de San Martín, fundada en 1952 fue afectada por un incendio en 1974 y desde 1978 sólo operó en los meses de verano hasta que en el verano de 2022 se instaló una nueva dotación anual para avanzar en el proceso de reactivación.