El titular de Granja Porcina, Daniel Parún, expuso su enojo por la imposibilidad de faenar animales ante la rotura de la caldera del matadero municipal. Desde el Municipio de Río Grande le informaron que ya estaba licitada la nueva, pero se desconoce cuándo se va a regularizar la situación. Aseguró que analiza cerrar su emprendimiento porque está cansado y espera que el intendente responda a los mensajes que le ha dejado para explicarle lo que viene ocurriendo.
Río Grande.- El productor porcino Daniel Parún visitó los estudios de Radio Universidad 93.5 y Provincia 23 y expuso el profundo malestar generado por la rotura de la caldera, que impidió la faena de 15 animales que había dejado este fin de semana.
En primer lugar dio cuenta del volumen de producción que se vería afectado si decide cerrar el emprendimiento. “Tenemos 100 madres, casi 800 animales y estamos planificando que de acá a fin de año vamos a sacar 20 mil kilos cerdos que se producen acá. Hoy tengo ganas de tirar todo por la borda, porque me tienen cansado. Hace dos semanas que tengo la granja cerrada porque estamos haciendo mantenimiento, en esta época hay mucho trabajo en lo que es servicios en la granja para todos los futuros lechones que van a nacer a fin de año para las fiestas. Decidí cerrar por diez días para pintar, ordenar, para que la gente descanse así tenemos un buen impulso para fin de año, porque se trabaja un montón. Resulta que el domingo me dijeron que no se podía traer a los animales porque la gente estaba de vacaciones, y yo necesitaba faenar. Me dijeron que llevara una parte y llevé 15 animales como corresponde, en el horario que ellos pidieron. Hoy por la mañana –por ayer- me dijeron que no me iban a poder entregar a los animales porque se rompió la caldera, y es otra vez lo mismo. Me dicen que me quede tranquilo porque ya licitaron la caldera nueva, y me están jodiendo. No se puede sostener un emprendimiento productivo con siete empleados, con un montón de compromisos. Yo tengo mis animales para vender y no los puedo comercializar porque no está la caldera. Hace meses les dije cómo lo podían resolver, yo les compré unos quemadores para poner debajo de la escaladora, que es como si fuera una olla muy grande, para poner los animales adentro. Yo llevé un plomero, hice hacer yo la instalación ahí adentro, y después me lo descontaron de la faena. Esto se los dije hace más de un año y resulta que hoy está la caldera rota y otra vez hay que poner los quemadores. Me están jodiendo, y juegan con el esfuerzo de la gente, porque hoy no hubo faena para nadie”, aseguró.
“Hay un productor muy importante que también estaba muy enojado porque no puede cumplir con sus compromisos, y me dice que estaba pensando en ir a faenar a Río Gallegos. Para eso tiene que hacer aduana, pagar la balsa para el cruce y después traer los animales faenados. Es una locura y así no se puede sostener. Hablan de matriz productiva y se tienen que poner las pilas, dejar de sarasa. Yo estoy re cansado y ya es una cuestión casi de salud”, manifestó.
Animales sin comida ni agua
Además dio cuenta del estado de los animales que trasladó al matadero, que están sin comida ni agua. “Yo soy un productor que hoy tiene 700 animales bajo techo, no puedo estar dándoles agua con una manguera, tengo chupetes y el animal desde que nace hasta que va a la faena está acostumbrado a tomar agua por chupetes. Le dije al director que pusiera el chupete para los animales, que llevan 20 horas sin tomar agua. Hoy le tuve que dar agua con mangueras y no están acostumbrados, uno les tiene que tirar agua en la trompa para que se den cuenta de que es agua. Hay abandono, dejadez, desidia, y es indignante”, enfatizó.
“Le dije al director del matadero que me haga una nota y me hizo una notita que publiqué en las redes sociales, que por razones de fuerza mayor no me pudieron faenar. Discutí con Lapadula también, pero te pone cara de póquer. Hace dos años y medio que está Lapadula y desde que llegó le dije que tenía que resolver el problema del matadero porque iba a empezar a faenar más animales, lo que me dijo fue que yo me haga la planta. Él me dijo que iba a poner más personal y que iba a duplicar los turnos. No estoy cansado, estoy re podrido, y ojalá me calme un poco porque si mañana no me lo resuelven voy a tirar todo a la mierda (sic). Estoy harto y ellos no entienden el esfuerzo que uno hace, mi familia, mi mujer, mis hijos, mis empleados. Los que no cumplen con sus deberes son ellos”, acusó.
“Los animales están sin comer, así que imaginen la pérdida de esos animales. El mejor alimento que se produce en el país lo tengo yo, porque no se puede tener una Ferrari y ponerle nafta común. Les doy el mejor alimento y me cuesta un montón. Son 5 millones de pesos un viaje sólo de alimento balanceado, sin contar el flete. Yo llevo los animales y ellos se cagan de risa y dicen que se rompió la caldera”, protestó.
Sin respuesta de La Misión
La otra opción de faena la tiene La Misión Salesiana, pero tampoco da respuesta. “Durante muchos años estuvo La Misión Salesiana pero de buenas a primeras, cuando La Misión le alquiló los galpones al municipio, dejaron de faenar cerdos. La planta de faena que está en La Misión Salesiana la armó el Estado provincial, que le paga los sueldos a La Misión, y no tributan a la AFIP, sin embargo La Misión faena cerdos para ellos cuando ellos quieren. Es totalmente desleal la competencia y no le importa a nadie. Hace dos años hicimos una presentación y casi se nos cagaron de risa, primero dijeron que no tenían tiempo por la pandemia, después no tenían lugar así que lo mandaron a archivo. Cuando mi abogado se quejó le dijeron que no era válido el reclamo. La Misión no paga nada y encima hacen la faena cuando ellos quieren, con un médico veterinario que no está habilitado por SENASA para hacer el análisis de triquinosis. La única médica veterinaria habilitada por SENASA para realizar los análisis es una doctora que está en el laboratorio de la Sociedad Rural. Ellos faenan lo que quieren, cuando quieren, lo que ellos quieren, y yo tengo que estar haciendo fila porque hay otros productores, y los productores de la margen sur también tienen que estar”, dijo.
Recordó que “en su momento estuvo Pedro López y se cansó, no quiso renegar más. Si yo quiero hacer una sala de faena cuesta una fortuna y no sé cuándo lo voy a recuperar. De la gente que está hoy a ninguno le interesa. Yo tendría que invitar a cualquiera de estos personajes a que me acompañen una semana, levantádose temprano, andando con hielo, con barro, renegando para bajar los animales. No había una rampa en el matadero y la tuve que hacer yo. Cómo puede ser que el municipio de la ciudad de Río Grande no tenga para hacer una rampa para bajar animales –cuestionó-. El ingreso de los animales parece una losa y entran haciendo vuelta carnero. El animal no soporta movimientos bruscos y se muere de un infarto, porque le agarra un paro cardíaco. No se puede trabajar así, les dije que hicieran una rampa mejor y después me lo descontaran, pero no. Han pasado varios por ahí y ninguno hizo nada. Hoy hay un montón de gente trabajando ahí, todos con ropa limpia, impecable, uno limpiando, el otro pasando el trapo, hay oficinas nuevas para el director, para afuera todo bárbaro pero la caldera no funciona y algo siempre pasa. Hay muchos como yo que están enojados, y no hay respuesta”, lamentó.
Analizando el cierre
“Yo voy a probar unos meses más y si esto no se resuelve, con todo el dolor del alma voy a cerrar mi establecimiento, porque no se puede vivir más así. Para julio hay más de 20 madres para parir y son 200 capones, eso multiplicado por 100 kilos, para el mes de diciembre tengo 20 mil kilos para sacar, pero no puedo faenar 15. Estoy llevando mucho producto a Ushuaia, a hoteles, restaurantes, hay gente que invierte un montón, pero ya el desgaste es tan importante y la indignación es tan grande que hoy estoy pensando seriamente si vale la pena hacer esto”, expresó.
“El intendente nunca me llamó, le mandé mensajes un montón de veces. Le molestó cuando yo cerré hace dos años en julio, pero yo lo llamé varias veces para decirle lo que estaba pasando y nunca me atendió. Yo cerré la carnicería porque no tenía faena. Es gente que nunca tuvo que preocuparse por pagar el 931, nunca supo lo que es tener que pagar una carga social. Todos los productores de la Sociedad Rural no pueden faenar y están cansados. Cuando yo cerré en julio el Estado provincial me dio un aporte no reembolsable de 290 mil pesos que lo usé para comprar 20 jaulas de gestación, que ya están armadas y funcionando. Hoy tengo 30 jaulas de maternidad y hoy una sola jaula cuesta 150 mil pesos. Con mi señora apostamos a esto y vendimos todo lo que teníamos, hasta nuestra casa y hoy pagamos un alquiler, porque arriesgamos y apostamos a esto. La verdad que me equivoqué y hoy estoy pensando en cerrar. Hay que estar en mi lugar, porque es una fortuna lo que uno tiene invertido”, sostuvo.
Sin opciones
Consultado sobre el matadero de Ushuaia, dijo que “está cerrado, en Tolhuin no hay y la única posibilidad de faenar es Río Grande. María Behety hace bovinos solamente, no hace porcinos. En la provincia van a tener que comer carne congelada o la que viene de afuera. No hay ningún funcionario municipal que haya ido a la granja, y tal vez les molesto o les caigo mal, porque les digo lo que pienso, y lo que pienso son todas faltas que ellos cometen”.
“Hace seis años que estamos ofreciendo cerdo fresco en la ciudad y en la provincia, casi todos los días. Es un riesgo tremendo. Si uno dice que están haciendo las cosas mal, les molesta y no les gusta. Ojalá el intendente Martín Pérez me llame por teléfono y me diga si podemos hablar y yo le voy a contar todo esto y le voy a mostrar las fotos, porque hay más de 15 informes presentados sobre lo mal que se faenaban los animales. Yo no pido plata, simplemente que en el matadero funcionen las cosas bien, nada más y, si quieren, que cobren un poco más”, concluyó.